¡Ay, Dios mío! El fin de semana pasado fue otro chapuzón para muchos ticos. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) tuvo que contabilizar cerca de 848 incidentes por inundación en todo el país – desde Puntarenas hasta San José y Alajuela. ¡Qué despiche!, parece que el agua decidió venir a visitarnos sin avisar.
Según datos oficiales, ya hemos superado los 3 mil incidentes relacionados con inundaciones en lo que va del año. Esto es, vamos 'más que cargaos' con estos problemas climáticos. No es broma, los pronósticos no pintan muy bonitas, y si no hacemos algo pronto, esto podría irse al traste.
Las zonas más afectadas, según detalló Alejandro Picado, presidente de la CNE, han sido el cantón central de Puntarenas, Quepos, Parrita, Lepanto, Alajuelita, Turrubares y San Ramón. ¡Una torta la que estamos viviendo ahí! Imaginen tener que lidiar con el agua hasta los tobillos, además de todos los inconvenientes que eso trae consigo.
Actualmente, la CNE ha habilitado tres albergues para atender a las personas damnificadas. Uno en la escuela de Riojalandia, con unas 336 personas buscando refugio; otro en el centro educativo Augusto Colombari, donde se atienden a 103 vecinos; y un tercer albergue en Santa Cruz de Guanacaste, con 14 personas. En esos lugares, le están dando colchonetas, comida caliente y, sobre todo, un techo seco para dormir, qué alivio.
“Estamos haciendo todo lo posible para brindar apoyo a quienes lo necesitan,” comentó Picado. “Les ofrecemos colchonetas, alimentos básicos y un lugar seguro donde puedan resguardarse de las inclemencias del clima.” Pero también hizo un llamado a la población a mantenerse atenta a los reportes de emergencia y a seguir las indicaciones de las autoridades. ¡Es crucial que todos estemos pendientes!
Ahora, hablando claro, la situación nos obliga a replantearnos cómo estamos manejando la gestión de riesgos y la adaptación al cambio climático. ¿Será que necesitamos invertir más en infraestructura, mejorar nuestros sistemas de drenaje o tal vez educar a la gente sobre cómo prepararse ante emergencias? Es una vara que tenemos que analizar a fondo porque esto se está poniendo serio, mae.
Mientras tanto, queda la preocupación por las familias desplazadas y los negocios afectados. Muchos perdieron sus pertenencias, otros tuvieron que cerrar temporalmente sus puertas. Y no olvidemos a la fauna silvestre, que también se vio afectada por las inundaciones. Esto es un brete para todos, y requiere de una respuesta coordinada y efectiva por parte del gobierno, las organizaciones sociales y la propia comunidad.
Con tantas cosas pasando, me pregunto… ¿cree usted que las medidas preventivas que se están tomando son suficientes para enfrentar estos fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes e intensos? ¿O deberíamos estar pensando en soluciones más radicales para proteger nuestras comunidades?
Según datos oficiales, ya hemos superado los 3 mil incidentes relacionados con inundaciones en lo que va del año. Esto es, vamos 'más que cargaos' con estos problemas climáticos. No es broma, los pronósticos no pintan muy bonitas, y si no hacemos algo pronto, esto podría irse al traste.
Las zonas más afectadas, según detalló Alejandro Picado, presidente de la CNE, han sido el cantón central de Puntarenas, Quepos, Parrita, Lepanto, Alajuelita, Turrubares y San Ramón. ¡Una torta la que estamos viviendo ahí! Imaginen tener que lidiar con el agua hasta los tobillos, además de todos los inconvenientes que eso trae consigo.
Actualmente, la CNE ha habilitado tres albergues para atender a las personas damnificadas. Uno en la escuela de Riojalandia, con unas 336 personas buscando refugio; otro en el centro educativo Augusto Colombari, donde se atienden a 103 vecinos; y un tercer albergue en Santa Cruz de Guanacaste, con 14 personas. En esos lugares, le están dando colchonetas, comida caliente y, sobre todo, un techo seco para dormir, qué alivio.
“Estamos haciendo todo lo posible para brindar apoyo a quienes lo necesitan,” comentó Picado. “Les ofrecemos colchonetas, alimentos básicos y un lugar seguro donde puedan resguardarse de las inclemencias del clima.” Pero también hizo un llamado a la población a mantenerse atenta a los reportes de emergencia y a seguir las indicaciones de las autoridades. ¡Es crucial que todos estemos pendientes!
Ahora, hablando claro, la situación nos obliga a replantearnos cómo estamos manejando la gestión de riesgos y la adaptación al cambio climático. ¿Será que necesitamos invertir más en infraestructura, mejorar nuestros sistemas de drenaje o tal vez educar a la gente sobre cómo prepararse ante emergencias? Es una vara que tenemos que analizar a fondo porque esto se está poniendo serio, mae.
Mientras tanto, queda la preocupación por las familias desplazadas y los negocios afectados. Muchos perdieron sus pertenencias, otros tuvieron que cerrar temporalmente sus puertas. Y no olvidemos a la fauna silvestre, que también se vio afectada por las inundaciones. Esto es un brete para todos, y requiere de una respuesta coordinada y efectiva por parte del gobierno, las organizaciones sociales y la propia comunidad.
Con tantas cosas pasando, me pregunto… ¿cree usted que las medidas preventivas que se están tomando son suficientes para enfrentar estos fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes e intensos? ¿O deberíamos estar pensando en soluciones más radicales para proteger nuestras comunidades?