¡Ay, Dios mío! Pues resulta que el Congreso, que ya andaba con los nervios a flor de piel por tanta bronca con el tema de las jornadas 4x3, decidió echarse un 'diay' y mandar el proyecto de vuelta a las instancias consultivas. Después de tanto debate, tantos mociones y hasta intentos de meterle mano rápido, parece que van a darle más rodeo que mulo buscando agua en abril.
Todo empezó con ese proyecto 24.290, que prometía jornadas de 12 horas para aliviar a la gente en el brete laboral. Pero vaya, unos diputados de PLN, liderados por don José Joaquín Hernández, le metieron una macana presentando un texto sustitutivo donde sacaban al agro y a la construcción de este supuesto beneficio. Así, de sopetón, cambiándole la jugada al asunto.
Y ni hablar de la Unidad Social Cristiana (PUSC), que intentó meter un quite proponiendo archivar el texto actual y llevar otro proyecto, el 25.224, a una comisión especial. Querían hacerle la jugada como se hizo con el Plan Fiscal, con esa vía ultra rápida que permite acelerar los trámites. ¡Pero qué ilusión! La idea se fue al traste porque la mayoría de los diputados, incluyendo a los del PLN y al Frente Amplio, dijeron “no puede ser”.
Ahora, el expediente regresa al Plenario después de unas cuantas semanas de consulta obligatoria a diferentes instituciones –dicen que podrían pasar entre dos y cuatro semanas, aunque sabemos cómo anda eso, ¡puede ser más!– mientras tanto, los legisladores tendrán un respiro para intentar desenredar otros temas que estaban estancados en el camino. Imagínate, ¡hasta tenían meses atascados proyectos esperando!
Si nos ponemos a analizarlo bien, este vaivén en el Congreso demuestra que el tema de las jornadas 4x3 está más complicado que resolver un sudoku con los ojos vendados. Las distintas fracciones políticas tienen posturas encontradas y cada quien quiere imponer su visión. Parece que este debate seguirá dando para rato, y la población, bueno, seguimos esperando a ver qué sale de todo este batallón.
Recuerdo que hace unos meses, con toda esa vía rápida aprobada y las enmiendas volando por todos lados, muchos pensábamos que ya íbamos a salir de esta. Con 2.564 mociones y quedando todavía 1.910 por resolver, la cosa se puso más cargada que gallina en domingo grande. Ahora, con esta pausa forzada, los legisladores tienen la oportunidad de replantearse si realmente quieren solucionar el problema o solo están jugando con la esperanza de la gente.
Lo cierto es que esta decisión de mandar el tema a consulta genera incertidumbre y frustración. Muchos trabajadores esperaban con ansias este cambio en sus condiciones laborales, y ahora se ven obligados a esperar nuevamente. La demora se siente como una puñalada en la espalda, especialmente para aquellos que necesitan urgentemente aliviar su carga laboral. ¡Qué torta!
Después de este recorrido lleno de idas y vueltas, se me ocurre preguntarte, mi pana: ¿Crees que el Congreso realmente tiene la intención de llegar a un acuerdo sobre las jornadas 4x3 o estamos ante otra pérdida de tiempo y oportunidades para mejorar la calidad de vida de los trabajadores costarricenses?
Todo empezó con ese proyecto 24.290, que prometía jornadas de 12 horas para aliviar a la gente en el brete laboral. Pero vaya, unos diputados de PLN, liderados por don José Joaquín Hernández, le metieron una macana presentando un texto sustitutivo donde sacaban al agro y a la construcción de este supuesto beneficio. Así, de sopetón, cambiándole la jugada al asunto.
Y ni hablar de la Unidad Social Cristiana (PUSC), que intentó meter un quite proponiendo archivar el texto actual y llevar otro proyecto, el 25.224, a una comisión especial. Querían hacerle la jugada como se hizo con el Plan Fiscal, con esa vía ultra rápida que permite acelerar los trámites. ¡Pero qué ilusión! La idea se fue al traste porque la mayoría de los diputados, incluyendo a los del PLN y al Frente Amplio, dijeron “no puede ser”.
Ahora, el expediente regresa al Plenario después de unas cuantas semanas de consulta obligatoria a diferentes instituciones –dicen que podrían pasar entre dos y cuatro semanas, aunque sabemos cómo anda eso, ¡puede ser más!– mientras tanto, los legisladores tendrán un respiro para intentar desenredar otros temas que estaban estancados en el camino. Imagínate, ¡hasta tenían meses atascados proyectos esperando!
Si nos ponemos a analizarlo bien, este vaivén en el Congreso demuestra que el tema de las jornadas 4x3 está más complicado que resolver un sudoku con los ojos vendados. Las distintas fracciones políticas tienen posturas encontradas y cada quien quiere imponer su visión. Parece que este debate seguirá dando para rato, y la población, bueno, seguimos esperando a ver qué sale de todo este batallón.
Recuerdo que hace unos meses, con toda esa vía rápida aprobada y las enmiendas volando por todos lados, muchos pensábamos que ya íbamos a salir de esta. Con 2.564 mociones y quedando todavía 1.910 por resolver, la cosa se puso más cargada que gallina en domingo grande. Ahora, con esta pausa forzada, los legisladores tienen la oportunidad de replantearse si realmente quieren solucionar el problema o solo están jugando con la esperanza de la gente.
Lo cierto es que esta decisión de mandar el tema a consulta genera incertidumbre y frustración. Muchos trabajadores esperaban con ansias este cambio en sus condiciones laborales, y ahora se ven obligados a esperar nuevamente. La demora se siente como una puñalada en la espalda, especialmente para aquellos que necesitan urgentemente aliviar su carga laboral. ¡Qué torta!
Después de este recorrido lleno de idas y vueltas, se me ocurre preguntarte, mi pana: ¿Crees que el Congreso realmente tiene la intención de llegar a un acuerdo sobre las jornadas 4x3 o estamos ante otra pérdida de tiempo y oportunidades para mejorar la calidad de vida de los trabajadores costarricenses?
