Hace varias semanas el periódico La Nación (uno de los periódicos de mayor "renombre" en nuestro país) publicó dos noticias donde habla sobre la explotación sexual comercial en la frontera norte de nuestro país. Por ejemplo el sábado 28 de octubre se publicó en sucesos una noticia cuyo título reza "Adolescente de 14 años vende refrescos...y su cuerpo", donde se habla sobre un joven que se trasviste y es víctima de explotación sexual comercial entre los traileros de la zona para ayudar a económicamente a su familia. Toda la noticia gira en torno a culpabilizar al joven por esta conducta, centrando la información (de manera morbosa) en qué tan ajustados usa los pantalones y su "fingida sensualidad". Unido a esto, legitima y justifica a los que cometen el delito de pagar por tener relaciones sexuales con menores de edad, con frases como que el muchacho "confunde a cualquiera" o al decir que los conductores de furgones, tras varios días de viaje "anhelan compañía". Como si no fuera suficiente, finaliza hablando de cómo estos adolescentes también trabajan de "coyotes" y roban a los traileros, rematando con una fotografía de dos traileros "víctimas" de los jóvenes.
Yo creo que este tipo de noticias son una vergüenza para la comunidad periodística y un insulto a los derechos humanos y a la población en general, ya que se supone que los medios deben informar objetivamente y también cumplir una función de denuncia social ante este tipo de problemáticas que afectan a miles de niños, niñas y adolescentes en nuestro país y en el país vecino. Es importante reflexionar al respecto, y aprender a llamar las cosas por su nombre, no diciendo que el adolescente "vende su cuerpo" responsabilizándolo a él y no a los verdaderos culpables, acrecentando la invisibilización de el hecho y malinformando a la opinión pública. Los medios son un buen comienzo para promover una mayor conciencia en las personas, no para tratar de vender noticias sin sentido crítico ni responsabilidad social.
Para colmos, el 28 de octubre publican una noticia que dice que el PANI ha estado haciendo inspecciones en este mismo lugar y que Mario Vìquez, director de dicha institución "aseguró que no han descubierto un solo caso de explotación sexual";más adelante en la noticia él mismo se contradice (obviamente), sin embargo esto no se resalta en la noticia, lo que da como resultado una información poco clara y que continúa con la misma situación que mencioné anteriormente.
Es una pena que no recibamos una información clara, crítica y que defienda los derechos de las personas menores de edad que sufren situaciones que van en contra de su dignidad humana, sino una información que se preocupa solamente por vender la noticia y sin una posición política clara que denuncie a los verdaderos culpables.
Yo creo que este tipo de noticias son una vergüenza para la comunidad periodística y un insulto a los derechos humanos y a la población en general, ya que se supone que los medios deben informar objetivamente y también cumplir una función de denuncia social ante este tipo de problemáticas que afectan a miles de niños, niñas y adolescentes en nuestro país y en el país vecino. Es importante reflexionar al respecto, y aprender a llamar las cosas por su nombre, no diciendo que el adolescente "vende su cuerpo" responsabilizándolo a él y no a los verdaderos culpables, acrecentando la invisibilización de el hecho y malinformando a la opinión pública. Los medios son un buen comienzo para promover una mayor conciencia en las personas, no para tratar de vender noticias sin sentido crítico ni responsabilidad social.
Para colmos, el 28 de octubre publican una noticia que dice que el PANI ha estado haciendo inspecciones en este mismo lugar y que Mario Vìquez, director de dicha institución "aseguró que no han descubierto un solo caso de explotación sexual";más adelante en la noticia él mismo se contradice (obviamente), sin embargo esto no se resalta en la noticia, lo que da como resultado una información poco clara y que continúa con la misma situación que mencioné anteriormente.
Es una pena que no recibamos una información clara, crítica y que defienda los derechos de las personas menores de edad que sufren situaciones que van en contra de su dignidad humana, sino una información que se preocupa solamente por vender la noticia y sin una posición política clara que denuncie a los verdaderos culpables.