¡Qué despache nos cayó encima! La violencia contra nuestros abuelitos y abuelas sigue siendo un problema gigante acá en Costa Rica. Según datos recientes de la Asociación Gerontológica Costarricense (AGECO), casi la mitad de las llamadas que reciben a su línea de ayuda tienen que ver con alguna agresión. Diay, parece que todavía no le hemos agarrado la onda a cuidar de quienes nos dieron tanto.
La línea gratuita 2542-4527 ha estado atendiendo llamadas desde enero de 2025, y hasta octubre ya acumulan 562 contactos. De esos, ¡más de la mitad, 272!, corresponden a situaciones violentas. Uno se queda pensando qué estaría pasando para que la gente levante la mano contra sus propios padres. ¡Una pena!
Lo que más preocupa es la violencia patrimonial, donde los vivos intentan robarle las pocas cositas que les quedan a los adultos mayores. Siguen de cerca los casos de golpes, insultos y otras humillaciones psicológicas, además de situaciones bien feas de abuso sexual. Además, hay muchos casos de abandono y de cómo los tratan en algunas instituciones… ¡una tristeza total!
No solo eso, sino que también han recibido 62 llamadas por gente mayor que está siendo abandonada o maltratada por quien debería cuidarla. Y sí, incluso existen casos de violencia de género entre personas de la tercera edad, unas 13 llamadas. Verás, la plata, la salud, los trámites… todo parece convertirse en un pretexto para tratar mal a quienes ya dieron todo. Se nota que necesitamos ponerle duro a esto, maes.
Andrea Monge, la encargada de los derechos humanos de AGECO, no se anda con rodeos: “Cada llamada es como un golpe en el estómago. Nadie merece vivir asustado ni sentir que está solo cuando ya debería estar disfrutando de la vida.” Ella pide a todos que estemos atentos y denunciemos cualquier caso de violencia que veamos o sospechemos. Porque al final, es nuestra responsabilidad proteger a nuestros ancianos.
Pero no todo son malas noticias, chunches. AGECO también brinda apoyo legal y orientación a los adultos mayores que necesitan información sobre pensiones, salud, trámites y otros asuntos. También ayudan con temas de vivienda, empleo y discapacidad. Eso sí, la brecha es enorme y los recursos limitados. ¡Se necesita un cambio de mentalidad urgente!
Y hablando de cambios, este tema me hace pensar en lo fácil que es para algunos olvidarse de sus raíces. Muchos jóvenes, con toda la razón del mundo buscando un futuro mejor, se van lejos y dejan atrás a sus padres. Pero ¿quién va a cuidarlos si no? ¿Quién va a escuchar sus historias y brindarles consuelo? Esto nos toca a todos, maes, porque hoy somos nosotros, mañana serán ellos.
En fin, este panorama nos obliga a preguntarnos: ¿Estamos haciendo lo suficiente para garantizar una vejez digna y segura para nuestros seres queridos? ¿Qué medidas podemos tomar, como sociedad, para prevenir y combatir la violencia contra las personas mayores? ¡Compárteme tu opinión en los comentarios, quiero saber qué piensas tú al respecto!
La línea gratuita 2542-4527 ha estado atendiendo llamadas desde enero de 2025, y hasta octubre ya acumulan 562 contactos. De esos, ¡más de la mitad, 272!, corresponden a situaciones violentas. Uno se queda pensando qué estaría pasando para que la gente levante la mano contra sus propios padres. ¡Una pena!
Lo que más preocupa es la violencia patrimonial, donde los vivos intentan robarle las pocas cositas que les quedan a los adultos mayores. Siguen de cerca los casos de golpes, insultos y otras humillaciones psicológicas, además de situaciones bien feas de abuso sexual. Además, hay muchos casos de abandono y de cómo los tratan en algunas instituciones… ¡una tristeza total!
No solo eso, sino que también han recibido 62 llamadas por gente mayor que está siendo abandonada o maltratada por quien debería cuidarla. Y sí, incluso existen casos de violencia de género entre personas de la tercera edad, unas 13 llamadas. Verás, la plata, la salud, los trámites… todo parece convertirse en un pretexto para tratar mal a quienes ya dieron todo. Se nota que necesitamos ponerle duro a esto, maes.
Andrea Monge, la encargada de los derechos humanos de AGECO, no se anda con rodeos: “Cada llamada es como un golpe en el estómago. Nadie merece vivir asustado ni sentir que está solo cuando ya debería estar disfrutando de la vida.” Ella pide a todos que estemos atentos y denunciemos cualquier caso de violencia que veamos o sospechemos. Porque al final, es nuestra responsabilidad proteger a nuestros ancianos.
Pero no todo son malas noticias, chunches. AGECO también brinda apoyo legal y orientación a los adultos mayores que necesitan información sobre pensiones, salud, trámites y otros asuntos. También ayudan con temas de vivienda, empleo y discapacidad. Eso sí, la brecha es enorme y los recursos limitados. ¡Se necesita un cambio de mentalidad urgente!
Y hablando de cambios, este tema me hace pensar en lo fácil que es para algunos olvidarse de sus raíces. Muchos jóvenes, con toda la razón del mundo buscando un futuro mejor, se van lejos y dejan atrás a sus padres. Pero ¿quién va a cuidarlos si no? ¿Quién va a escuchar sus historias y brindarles consuelo? Esto nos toca a todos, maes, porque hoy somos nosotros, mañana serán ellos.
En fin, este panorama nos obliga a preguntarnos: ¿Estamos haciendo lo suficiente para garantizar una vejez digna y segura para nuestros seres queridos? ¿Qué medidas podemos tomar, como sociedad, para prevenir y combatir la violencia contra las personas mayores? ¡Compárteme tu opinión en los comentarios, quiero saber qué piensas tú al respecto!
