Diay, maes, cuando uno cree que la novela política ya no puede ponerse más interesante, ¡pum! Sale un nuevo capítulo que nos deja a todos rascándonos la cabeza. La vara esta vez viene por cuenta de Laura Fernández, la candidata de Pueblo Soberano, que se mandó con una de esas declaraciones que son un laberinto con salida de emergencia. En una entrevista reciente, la doña intentó apagar el incendio sobre la reelección indefinida, pero terminó echándole un acelerante bastante particular. La cuestión es que su respuesta fue un "no" tan grande como el Estadio Nacional, pero con un "sí" en letra pequeña que podría cambiar todo el juego.
Vamos por partes, como diría el carnicero. Fernández fue clarísima al decir que está en contra de la reelección indefinida. "Yo soy una persona demócrata", afirmó, y hasta usó el ejemplo de los magistrados vitalicios para reforzar su punto: tener gente atornillada al poder por décadas corrompe. Y aquí, mae, hay que darle la razón. La idea de un mismo chunche en Zapote por tiempo ilimitado le da escalofríos a cualquiera que le tenga un mínimo de cariño a la alternancia. Este es el escudo demócrata de Fernández, la parte de su discurso que es fácil de aplaudir, la que suena bonito en un tuit y calma a los que ya veían venir una dinastía.
Pero, y este es un "pero" del tamaño de una ballena jorobada, justo después de cerrar esa puerta con candado, abrió una ventana de par en par. La propuesta de Fernández es que Costa Rica debería considerar la reelección... pero solo por un periodo consecutivo. Un "toque y me voy" de ocho años, al más puro estilo gringo. ¿La justificación? Para que los "buenos funcionarios" puedan consolidar su brete. Y aquí, mis queridos padawans del análisis político, es donde el rompecabezas empieza a tomar forma. Porque, ¿quién define quién es un "buen funcionario"? Pues, convenientemente, la misma Laura F. nos dio una pista gigantesca al calificar a Rodrigo Chaves como "el mejor presidente de los últimos 50 años".
Esto no es una idea que nació de un repollo. La suspicacia no es gratuita. Recordemos que Pilar Cisneros, una de las figuras más fuertes del oficialismo, ya ha tirado la carnada varias veces sobre la necesidad de buscar la reelección consecutiva. Entonces, lo que hizo Laura Fernández no fue tanto apagar un fuego, sino redirigirlo. No está contradiciendo al "rodriguismo", sino que le está poniendo un traje más elegante y vendible. Ya no es la temida "reelección indefinida", que suena a autoritarismo bananero, sino la "reelección por un periodo", una fórmula que ya existe en otras democracias y que es mucho más fácil de tragar para la opinión pública. Es una jugada maestra de comunicación política.
Al final del día, lo que tenemos es una candidata que se presenta como la guardiana de la democracia mientras, simultáneamente, le construye un puente de plata a la figura que ella misma considera el mejor presidente en medio siglo. Es una posición que le permite jugar en dos canchas: la de la moderación y la de la continuidad del proyecto actual. Una gambeta política digna de estudio. Se protege de las críticas más feroces, pero deja la puerta exactamente donde sus aliados la necesitan.
Así que les tiro la bola a ustedes, maes: ¿Le compran el cuento a Laura Fernández? ¿Es esta una defensa genuina de una "alternancia con asteriscos" o simplemente la movida más astuta del oficialismo para allanar el camino a una reelección, aunque sea por un solo periodo? ¿Qué se está cocinando de verdad en Pueblo Soberano? ¡Abro debate!
Vamos por partes, como diría el carnicero. Fernández fue clarísima al decir que está en contra de la reelección indefinida. "Yo soy una persona demócrata", afirmó, y hasta usó el ejemplo de los magistrados vitalicios para reforzar su punto: tener gente atornillada al poder por décadas corrompe. Y aquí, mae, hay que darle la razón. La idea de un mismo chunche en Zapote por tiempo ilimitado le da escalofríos a cualquiera que le tenga un mínimo de cariño a la alternancia. Este es el escudo demócrata de Fernández, la parte de su discurso que es fácil de aplaudir, la que suena bonito en un tuit y calma a los que ya veían venir una dinastía.
Pero, y este es un "pero" del tamaño de una ballena jorobada, justo después de cerrar esa puerta con candado, abrió una ventana de par en par. La propuesta de Fernández es que Costa Rica debería considerar la reelección... pero solo por un periodo consecutivo. Un "toque y me voy" de ocho años, al más puro estilo gringo. ¿La justificación? Para que los "buenos funcionarios" puedan consolidar su brete. Y aquí, mis queridos padawans del análisis político, es donde el rompecabezas empieza a tomar forma. Porque, ¿quién define quién es un "buen funcionario"? Pues, convenientemente, la misma Laura F. nos dio una pista gigantesca al calificar a Rodrigo Chaves como "el mejor presidente de los últimos 50 años".
Esto no es una idea que nació de un repollo. La suspicacia no es gratuita. Recordemos que Pilar Cisneros, una de las figuras más fuertes del oficialismo, ya ha tirado la carnada varias veces sobre la necesidad de buscar la reelección consecutiva. Entonces, lo que hizo Laura Fernández no fue tanto apagar un fuego, sino redirigirlo. No está contradiciendo al "rodriguismo", sino que le está poniendo un traje más elegante y vendible. Ya no es la temida "reelección indefinida", que suena a autoritarismo bananero, sino la "reelección por un periodo", una fórmula que ya existe en otras democracias y que es mucho más fácil de tragar para la opinión pública. Es una jugada maestra de comunicación política.
Al final del día, lo que tenemos es una candidata que se presenta como la guardiana de la democracia mientras, simultáneamente, le construye un puente de plata a la figura que ella misma considera el mejor presidente en medio siglo. Es una posición que le permite jugar en dos canchas: la de la moderación y la de la continuidad del proyecto actual. Una gambeta política digna de estudio. Se protege de las críticas más feroces, pero deja la puerta exactamente donde sus aliados la necesitan.
Así que les tiro la bola a ustedes, maes: ¿Le compran el cuento a Laura Fernández? ¿Es esta una defensa genuina de una "alternancia con asteriscos" o simplemente la movida más astuta del oficialismo para allanar el camino a una reelección, aunque sea por un solo periodo? ¿Qué se está cocinando de verdad en Pueblo Soberano? ¡Abro debate!