Qué tal si le hubiera sucedido eso a Obama?
Por supuesto, todo el mundo estaría indignado. La diferencia acá es que el tipo era un político de derecha, y como siempre, lo que refleja es el verdadero matonismo y prepotencia de la izquierda.
Como se quedan sin argumentos, al final lo único que pueden hacer es tirar golpes. O hacer gestos infantiles, como tirar pasteles a sus detractores, como ha sucedido frecuentemente.
Lo más patético es que este comportamiento es admirado por los "Intelectuales serios" que sueñan en utopías absurdas e irrealizables.
Como siempre, son los que se autodenominan víctimas, la izquierda, los que son en realidad los peores victimarios y matones.