¡Ay, dios mío, qué rollo! Resulta que Liberty, la compañía de telefonía, le anda echando rajones a sus clientes, quitándole el privilegio de hacer llamaditas gratuitas a Nicaragua. Esto ha levantado bastante polvo entre la gente, especialmente entre aquellos que tienen familas allá y dependen de esas llamadas para mantenerse en contacto. Parece que la vida siempre nos pone pruebas, ¿verdad?
Según les contaron los mismos de Liberty, el cambio va a entrarle a partir del veinte de noviembre, pero ojo, solo a los clientes que no tengan ningún plan que incluya celular. Es decir, a esos que solo pagan el servicio y no se han animado a meterse con un paquete más completo. “A partir del 20 de noviembre de 2025, el beneficio de llamadas internacionales a Nicaragua dejará de estar disponible en nuestros planes postpago”, dijeron en sus redes sociales, para mayor sorpresa.
Claro, la empresa intenta justificar la jugada diciendo que es el único ajuste y que los demás beneficios siguen intactos. Pero vamos, neta, ¿quién se queda contento con esto? Imagínate la preocupación de las personas que trabajan duro aquí en Costa Rica y lo único que quieren es poder hablar con sus seres queridos que están allá. Un pequeño detalle como éste puede hacer una gran diferencia en su economía familiar.
Y ni hablemos de la coyuntura. Con tantas cosas pasando en el mundo, con la inflación comiéndose hasta el último chícharo, con la incertidumbre laboral... ahora también tenemos que lidiar con este corte de llamadas gratuitas. ¡Qué dolor de cabeza! Se siente como si estuvieran apretando aún más las clavijas a la clase trabajadora. Uno se pregunta si estas empresas realmente se preocupan por sus clientes o solo por sus ganancias.
Ahora bien, Liberty aclara que si tienes algún contrato con financiamiento, tranquilo, que a ti no te tocará. Pero eso no alivia mucho la situación general. Porque sabemos que hay muchísimas personas que no tienen acceso a créditos y dependen exclusivamente de estos servicios básicos para comunicarse. Es un brete entender cómo algunas decisiones pueden afectar tanto a las familias.
Esto me recuerda a cuando cambiaron las tarifas del agua hace unos años. Puro escándalo, puro descontento popular. Al final, tuvieron que ceder un poco, pero el daño ya estaba hecho. Espero que Liberty escuche a la gente y reconsideré esta medida, porque podría causar un impacto social significativo. Recordemos que muchos migrantes envían remesas a sus familiares en Nicaragua y mantener el contacto a través de llamadas gratuitas facilita esa comunicación y reduce costos.
Muchos analistas sugieren que Liberty busca optimizar costos y aumentar sus ingresos. Pero ¿a costa de qué? De sacrificar el bienestar de sus clientes. Ya basta de buscar atajos fáciles que perjudican a la comunidad. Necesitamos políticas públicas que protejan a los consumidores y promuevan la equidad. Además, es importante recordar que la diáspora nicaragüense es muy activa y contribuye significativamente a la economía del país; tratarla así parece ingrato.
En fin, ¿será que Liberty está midiendo mal el pulso de la calle? ¿O simplemente están enfocados únicamente en los números y olvidándose de la realidad humana detrás de ellos? Me pregunto, ¿ustedes creen que Liberty debería revertir esta decisión considerando el impacto que tendrá en las familias costarricenses con lazos en Nicaragua y, en caso contrario, ¿qué alternativas podrían existir para minimizar las consecuencias negativas?
Según les contaron los mismos de Liberty, el cambio va a entrarle a partir del veinte de noviembre, pero ojo, solo a los clientes que no tengan ningún plan que incluya celular. Es decir, a esos que solo pagan el servicio y no se han animado a meterse con un paquete más completo. “A partir del 20 de noviembre de 2025, el beneficio de llamadas internacionales a Nicaragua dejará de estar disponible en nuestros planes postpago”, dijeron en sus redes sociales, para mayor sorpresa.
Claro, la empresa intenta justificar la jugada diciendo que es el único ajuste y que los demás beneficios siguen intactos. Pero vamos, neta, ¿quién se queda contento con esto? Imagínate la preocupación de las personas que trabajan duro aquí en Costa Rica y lo único que quieren es poder hablar con sus seres queridos que están allá. Un pequeño detalle como éste puede hacer una gran diferencia en su economía familiar.
Y ni hablemos de la coyuntura. Con tantas cosas pasando en el mundo, con la inflación comiéndose hasta el último chícharo, con la incertidumbre laboral... ahora también tenemos que lidiar con este corte de llamadas gratuitas. ¡Qué dolor de cabeza! Se siente como si estuvieran apretando aún más las clavijas a la clase trabajadora. Uno se pregunta si estas empresas realmente se preocupan por sus clientes o solo por sus ganancias.
Ahora bien, Liberty aclara que si tienes algún contrato con financiamiento, tranquilo, que a ti no te tocará. Pero eso no alivia mucho la situación general. Porque sabemos que hay muchísimas personas que no tienen acceso a créditos y dependen exclusivamente de estos servicios básicos para comunicarse. Es un brete entender cómo algunas decisiones pueden afectar tanto a las familias.
Esto me recuerda a cuando cambiaron las tarifas del agua hace unos años. Puro escándalo, puro descontento popular. Al final, tuvieron que ceder un poco, pero el daño ya estaba hecho. Espero que Liberty escuche a la gente y reconsideré esta medida, porque podría causar un impacto social significativo. Recordemos que muchos migrantes envían remesas a sus familiares en Nicaragua y mantener el contacto a través de llamadas gratuitas facilita esa comunicación y reduce costos.
Muchos analistas sugieren que Liberty busca optimizar costos y aumentar sus ingresos. Pero ¿a costa de qué? De sacrificar el bienestar de sus clientes. Ya basta de buscar atajos fáciles que perjudican a la comunidad. Necesitamos políticas públicas que protejan a los consumidores y promuevan la equidad. Además, es importante recordar que la diáspora nicaragüense es muy activa y contribuye significativamente a la economía del país; tratarla así parece ingrato.
En fin, ¿será que Liberty está midiendo mal el pulso de la calle? ¿O simplemente están enfocados únicamente en los números y olvidándose de la realidad humana detrás de ellos? Me pregunto, ¿ustedes creen que Liberty debería revertir esta decisión considerando el impacto que tendrá en las familias costarricenses con lazos en Nicaragua y, en caso contrario, ¿qué alternativas podrían existir para minimizar las consecuencias negativas?