Maes, ¿se acuerdan del enredo que tenía el Partido Pueblo Soberano (PPSO) con sus candidaturas para el 2026? Diay, parecía una de esas series con demasiados capítulos, pero parece que ya llegamos al final de temporada. El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) por fin le puso punto final a la novela y “descongeló” las candidaturas a diputados de la exministra Marta Esquivel y del abogado del presi, José Miguel Villalobos. Así que, oficialmente, sus nombres van para la papeleta. La noticia es que tienen vía libre, pero la forma en que llegaron ahí deja un sinsabor y un montón de preguntas en el aire.
La vara es que el TSE tenía las candidaturas de Heredia y Alajuela en pausa por una medida cautelar, mientras resolvía un despiche de amparos electorales que le llovieron al partido. Imagínense el brete de los magistrados, revisando un total de diez recursos contra Pueblo Soberano. Al final, la mayoría se fueron al traste. De los diez, solo uno pegó, y a medias. Los demás, como dicen popularmente, se los batearon. Esto significa que, a nivel legal y para efectos prácticos, la asamblea nacional donde eligieron a Esquivel y Villalobos es válida y todo sigue su curso. Pueblo Soberano se salió con la suya, pero el costo podría ser alto en términos de imagen.
Aquí es donde la cosa se pone interesante. El único amparo que medio prosperó fue el de la precandidata Iliana Ruiz, y confirma lo que muchos sospechaban: dentro del partido hubo mano peluda. El TSE logró comprobar que a Ruiz la presionaron para que quitara su nombre de la contienda. Según los magistrados, se acreditó un “ambiente que amenazó su derecho de participación política”, con llamadas y manifestaciones en redes sociales para que se hiciera a un lado. O sea, el partido se jaló una torta al crear un ambiente hostil. ¿Y qué pasó? El Tribunal le dio la razón a Ruiz, pero solo “para fines indemnizatorios”. Como ella al final retiró su postulación y le devolvieron los ₡2.2 millones de la inscripción, la asamblea no se anuló. Básicamente, el TSE le dijo: “Sí, la trataron mal y pueden demandarlos por daños y perjuicios, pero las candidaturas se quedan”.
Por otro lado, está el caso del delegado Carlos Vásquez, que parece que quedó bien salado. El mae presentó varios recursos pidiendo anular todo, alegando que las candidaturas se votaron en listas ya cocinadas. El TSE le dijo que esa queja no procedía como amparo, sino como una acción de nulidad, que es otro proceso. También se quejó por una asamblea de subsanación y, para ponerle la cereza al pastel, ¡hasta presentó un recurso porque lo sacaron de un grupo de WhatsApp de delegados! Aunque todavía le quedan dos amparos pendientes de resolver, los golpes más fuertes que intentó dar no funcionaron. Es un recordatorio de que en la política, a veces la estrategia legal es tan importante como la razón.
Entonces, ¿en qué quedamos? Marta Esquivel y José Miguel Villalobos tienen el camino despejado para buscar una curul en 2026 bajo la bandera de Pueblo Soberano. El partido ganó la batalla legal más importante y solidifica su papeleta. Sin embargo, la resolución del TSE deja una mancha imborrable: se comprobó que hubo presiones indebidas en su proceso interno. Lograron el objetivo, sí, pero a costa de una crisis de legitimidad que sus rivales seguramente no van a olvidar. La pregunta que queda en el aire es si los votantes también lo recordarán.
Y ahora, para el foro: Maes, ¿ustedes qué opinan? ¿Realmente “gana” el partido con esta resolución, o el despiche interno y las presiones comprobadas les van a pasar una factura carísima en las elecciones del 2026?
La vara es que el TSE tenía las candidaturas de Heredia y Alajuela en pausa por una medida cautelar, mientras resolvía un despiche de amparos electorales que le llovieron al partido. Imagínense el brete de los magistrados, revisando un total de diez recursos contra Pueblo Soberano. Al final, la mayoría se fueron al traste. De los diez, solo uno pegó, y a medias. Los demás, como dicen popularmente, se los batearon. Esto significa que, a nivel legal y para efectos prácticos, la asamblea nacional donde eligieron a Esquivel y Villalobos es válida y todo sigue su curso. Pueblo Soberano se salió con la suya, pero el costo podría ser alto en términos de imagen.
Aquí es donde la cosa se pone interesante. El único amparo que medio prosperó fue el de la precandidata Iliana Ruiz, y confirma lo que muchos sospechaban: dentro del partido hubo mano peluda. El TSE logró comprobar que a Ruiz la presionaron para que quitara su nombre de la contienda. Según los magistrados, se acreditó un “ambiente que amenazó su derecho de participación política”, con llamadas y manifestaciones en redes sociales para que se hiciera a un lado. O sea, el partido se jaló una torta al crear un ambiente hostil. ¿Y qué pasó? El Tribunal le dio la razón a Ruiz, pero solo “para fines indemnizatorios”. Como ella al final retiró su postulación y le devolvieron los ₡2.2 millones de la inscripción, la asamblea no se anuló. Básicamente, el TSE le dijo: “Sí, la trataron mal y pueden demandarlos por daños y perjuicios, pero las candidaturas se quedan”.
Por otro lado, está el caso del delegado Carlos Vásquez, que parece que quedó bien salado. El mae presentó varios recursos pidiendo anular todo, alegando que las candidaturas se votaron en listas ya cocinadas. El TSE le dijo que esa queja no procedía como amparo, sino como una acción de nulidad, que es otro proceso. También se quejó por una asamblea de subsanación y, para ponerle la cereza al pastel, ¡hasta presentó un recurso porque lo sacaron de un grupo de WhatsApp de delegados! Aunque todavía le quedan dos amparos pendientes de resolver, los golpes más fuertes que intentó dar no funcionaron. Es un recordatorio de que en la política, a veces la estrategia legal es tan importante como la razón.
Entonces, ¿en qué quedamos? Marta Esquivel y José Miguel Villalobos tienen el camino despejado para buscar una curul en 2026 bajo la bandera de Pueblo Soberano. El partido ganó la batalla legal más importante y solidifica su papeleta. Sin embargo, la resolución del TSE deja una mancha imborrable: se comprobó que hubo presiones indebidas en su proceso interno. Lograron el objetivo, sí, pero a costa de una crisis de legitimidad que sus rivales seguramente no van a olvidar. La pregunta que queda en el aire es si los votantes también lo recordarán.
Y ahora, para el foro: Maes, ¿ustedes qué opinan? ¿Realmente “gana” el partido con esta resolución, o el despiche interno y las presiones comprobadas les van a pasar una factura carísima en las elecciones del 2026?