Creo que tengo varias 
Mi selecta sección, era la pintada como la oveja negra de la generación que ostentase, pues más que compañeros, los hombres de ese grupo, nos convertimos en grandes amigos, al punto de que actualmente, muchos nos consideramos mejores amigos, siempre que nos reunimos contamos, revivimos y hasta suspiramos con cada una de esas bromas/maldades, etc., de hecho las novias, esposas, o acompañantes cuando detectan que alguno va a empezar con alguna de las historietas de los "súper amigos", se vuelven a ver entre ellas como diciendo, vamos de nuevo como por trigésima ocasión.
Qué tuanis ir darnos una mejenguita en clases de francés.gif)
Teníamos una profesora de francés que era un pan de Dios, una vez planificamos irnos una lección antes para la casa, el motivo; darnos un mejengón, pero cómo le hacíamos si cada lección era de 40 min, pues unos la llegábamos a entretener, mientras otros dos acomodaban las sillas para apoyarse en ellas, bajar el reloj principal de clase y girar las agujas 40 pequeños minutos, así lo hicimos y ese día todo salió excelente, hasta las típicas "sapas" del grupo se apuntaron, claro, en la próxima lección nos esperaba una terrible.
Qué vacilón era tirar bolsas de agua en los recreos! :-o
Teníamos toda una diplomacia con orden renacentista y todo, pues siempre debía resultar un éxito y no podíamos titubear si no queríamos terminar tras las rejas (la dirección), primero que todo y lo más importante, era cronometrar los relojes de todos cabalmente, era nuestra única comunicación (lástima que los celulares apenas se estaban comercializando y eran un lujo tener uno) bueno, esperábamos los recreos, unos nos íbamos para la soda, el resto de la tropa se iban a tomar posición al pabellón continuo, pero detrás de éste, cuando el reloj marcaba la hr definida, los que estamos en la soda reventábamos 3 o 4 pedos químicos, subsiguientemente la gente salía a la zona verde, afectada por las tremendas "atómicas", entre estos eventos debían correr máximo 20 segundos, posteriormente iniciaba el bombardeo de bolsas, 5 o 6 compitas, tenían un cargamento de municiones impresionante, y a dos manos, significaban dos rápidas catapultas, era excelente cuando estallaban directamente en una cabeza, jaja!
Aquí nuestra materia prima para las bombas, salía de los basureros, pues recolectábamos las bolsas vacías de lo que fue una orden de "gaseosa en bolsa" en ese cole, sorprender a un estudiante llenando una bolsita de agua, sin ninguna justificación posible, era motivo de una visita con la directora.
Que bonito era hacer rifas imaginarias
Pues sí, cuando teníamos alguna clase libre durante la tarde, debíamos parguear en el pasillo esperando la hr de salida, a esas horas del día, irreversiblemente el dinero de la merienda ya se había consumido, esos olores de enyucado provenientes de la soda, definitivamente nos retorcían la tripitas de antojo, invertíamos 300 mínimos colones en comprar un talonario en la fotocopiadora, posteriormente vendíamos números a 50 colones, con una ganancia del 100% porque nunca rifamos nada, se vendían en 15 minutos en cualquier pasillo, y la demanda era un éxito, al final terminábamos comiendo empanadas, maduro con queso, fresco de frutas y el delicioso enyucado hasta arreglado por supuesto
La cola del burro, menstruación y las ensogadas de parales
Podría extenderme mucho más, pero resumamos estos otros eventos, teníamos una cola hecha con mecate de corral, al inicio le colocábamos una ganzúa o garfio, que fuese fácil de engancharse en cualquier paral del pantalón, al final de la cola, era una maraña con deshilache, que quedaba perfectamente como una cola de vaca, en cualquier pasillo, podía aparecer una potencial víctima, sobre todo aquellas chicas que hasta cambiaban de marcha cuando notaban que atraían miradas jaja, que risa ver como la cola se hacía de acá para allá, y de allá para acá al son del caminar, muy buena esa, cuando eso nos aburría, comprábamos toallas sanitarias, una botella de sirope, y la irrigábamos en líquido, lo que parecía ya se pueden imaginar que, retirábamos un tipo de sello y un adhesivo que ellas mismas traen, los adheríamos desde cabelleras, hasta mochilas
En todas estas bromas, la gente y demás espectadores, generalmente se limitaban a reírse y nunca daban muestras a la víctima para que se percatara, pues entre más tiempo o trayecto durase, sería más exitoso.
Quedan las típicas amarras de parales a pupitre con hiedra que resultaba un perfecto cordón, esto generalmente se aplicaba a las compañeras que mas queríamos, lo mismo que la llena de salveques con hermosas rocas... Ah regalos! Qué tiempos!

Mi selecta sección, era la pintada como la oveja negra de la generación que ostentase, pues más que compañeros, los hombres de ese grupo, nos convertimos en grandes amigos, al punto de que actualmente, muchos nos consideramos mejores amigos, siempre que nos reunimos contamos, revivimos y hasta suspiramos con cada una de esas bromas/maldades, etc., de hecho las novias, esposas, o acompañantes cuando detectan que alguno va a empezar con alguna de las historietas de los "súper amigos", se vuelven a ver entre ellas como diciendo, vamos de nuevo como por trigésima ocasión.
Qué tuanis ir darnos una mejenguita en clases de francés
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Teníamos una profesora de francés que era un pan de Dios, una vez planificamos irnos una lección antes para la casa, el motivo; darnos un mejengón, pero cómo le hacíamos si cada lección era de 40 min, pues unos la llegábamos a entretener, mientras otros dos acomodaban las sillas para apoyarse en ellas, bajar el reloj principal de clase y girar las agujas 40 pequeños minutos, así lo hicimos y ese día todo salió excelente, hasta las típicas "sapas" del grupo se apuntaron, claro, en la próxima lección nos esperaba una terrible.
Qué vacilón era tirar bolsas de agua en los recreos! :-o
Teníamos toda una diplomacia con orden renacentista y todo, pues siempre debía resultar un éxito y no podíamos titubear si no queríamos terminar tras las rejas (la dirección), primero que todo y lo más importante, era cronometrar los relojes de todos cabalmente, era nuestra única comunicación (lástima que los celulares apenas se estaban comercializando y eran un lujo tener uno) bueno, esperábamos los recreos, unos nos íbamos para la soda, el resto de la tropa se iban a tomar posición al pabellón continuo, pero detrás de éste, cuando el reloj marcaba la hr definida, los que estamos en la soda reventábamos 3 o 4 pedos químicos, subsiguientemente la gente salía a la zona verde, afectada por las tremendas "atómicas", entre estos eventos debían correr máximo 20 segundos, posteriormente iniciaba el bombardeo de bolsas, 5 o 6 compitas, tenían un cargamento de municiones impresionante, y a dos manos, significaban dos rápidas catapultas, era excelente cuando estallaban directamente en una cabeza, jaja!
Aquí nuestra materia prima para las bombas, salía de los basureros, pues recolectábamos las bolsas vacías de lo que fue una orden de "gaseosa en bolsa" en ese cole, sorprender a un estudiante llenando una bolsita de agua, sin ninguna justificación posible, era motivo de una visita con la directora.
Que bonito era hacer rifas imaginarias

Pues sí, cuando teníamos alguna clase libre durante la tarde, debíamos parguear en el pasillo esperando la hr de salida, a esas horas del día, irreversiblemente el dinero de la merienda ya se había consumido, esos olores de enyucado provenientes de la soda, definitivamente nos retorcían la tripitas de antojo, invertíamos 300 mínimos colones en comprar un talonario en la fotocopiadora, posteriormente vendíamos números a 50 colones, con una ganancia del 100% porque nunca rifamos nada, se vendían en 15 minutos en cualquier pasillo, y la demanda era un éxito, al final terminábamos comiendo empanadas, maduro con queso, fresco de frutas y el delicioso enyucado hasta arreglado por supuesto

La cola del burro, menstruación y las ensogadas de parales

Podría extenderme mucho más, pero resumamos estos otros eventos, teníamos una cola hecha con mecate de corral, al inicio le colocábamos una ganzúa o garfio, que fuese fácil de engancharse en cualquier paral del pantalón, al final de la cola, era una maraña con deshilache, que quedaba perfectamente como una cola de vaca, en cualquier pasillo, podía aparecer una potencial víctima, sobre todo aquellas chicas que hasta cambiaban de marcha cuando notaban que atraían miradas jaja, que risa ver como la cola se hacía de acá para allá, y de allá para acá al son del caminar, muy buena esa, cuando eso nos aburría, comprábamos toallas sanitarias, una botella de sirope, y la irrigábamos en líquido, lo que parecía ya se pueden imaginar que, retirábamos un tipo de sello y un adhesivo que ellas mismas traen, los adheríamos desde cabelleras, hasta mochilas

En todas estas bromas, la gente y demás espectadores, generalmente se limitaban a reírse y nunca daban muestras a la víctima para que se percatara, pues entre más tiempo o trayecto durase, sería más exitoso.
Quedan las típicas amarras de parales a pupitre con hiedra que resultaba un perfecto cordón, esto generalmente se aplicaba a las compañeras que mas queríamos, lo mismo que la llena de salveques con hermosas rocas... Ah regalos! Qué tiempos!