¡Ay, Dios mío! Esto sí que es pata dura. El huracán Melissa, ahora categoría 5, le está dando pa' tó' el Caribe, y parece que ni a sus ancestros le hacen caso. Jamaica está temblando, y nosotros acá en Costa Rica, pues nos toca aguantarnos una buena mojada, ¡y eso que estamos acostumbrados!
Esta tormenta, que se formó de la nada prácticamente, se convirtió en una bestia de vientos de hasta 290 kilómetros por hora – ¡una locura!– y ya está tocando tierra en Jamaica. Los gringos del Centro Nacional de Huracanes dicen que es potencialmente catastrófico, y si vienen de allá, hay que hacerles caso, porque esos saben bien qué hablan.
El premier jamaicano, Andrew Holness, salió con un mensaje duro: “Los próximos días van a ser difíciles”. Y sí, mael, imagínate, con olas gigantescas, inundaciones y casas volando por los aires. La Cruz Roja calcula que más de un millón de personas pueden verse afectadas, así que esto pinta feo, bien feo. Ya suman varias víctimas mortales, tanto en Jamaica como en La Española; qué sal, pura tragedia.
Y aquí en nuestro terruño, la cosa tampoco es risas. El IMET dice que vamos a tener aguaceros intensos y mucho viento, sobre todo en la zona Caribe y el norte del país. Aunque Melissa no nos golpea directo, sus bandas externas nos están sacudiendo como a cosquillas... pero unas cosquillas fuertes, ¿me entiendes?
Las operaciones marítimas en San Andrés y Providencia están suspendidas, y les piden a todos los barqueros y pescadores que estén atentos a los anuncios oficiales. No vayan a meterse en líos innecesarios, mejor prevenir que lamentar, ¿verdad?
Recordemos que huracanes como Melissa traen recuerdos amargos de Gilbert y Dorian, que dejaron cicatrices profundas en el Caribe. Nos enseñaron que hay que tomar estas cosas en serio y fortalecer nuestros sistemas de prevención. Pero bueno, siempre hay gente que se cree dueña de la naturaleza, ¡qué cargas!
Ahora, viendo la cosa desde otra perspectiva, esto también sirve para reflexionar sobre el cambio climático. Estos fenómenos cada vez son más frecuentes e intensos, y tenemos que empezar a tomar cartas en el asunto. No podemos seguir destruyendo el planeta como si no hubiera un mañana. Tenemos que cuidarlo, porque al final, es nuestro único hogar, mael.
En fin, Melissa sigue su camino hacia Cuba y las Bahamas, pero nosotros acá seguimos pendientes de la situación. Esperamos que pronto pase rápido y sin mayores complicaciones. ¿Ustedes creen que las medidas preventivas que hemos tomado son suficientes para enfrentar estos eventos climáticos extremos, o necesitamos urgentemente un plan más ambicioso y efectivo?
Esta tormenta, que se formó de la nada prácticamente, se convirtió en una bestia de vientos de hasta 290 kilómetros por hora – ¡una locura!– y ya está tocando tierra en Jamaica. Los gringos del Centro Nacional de Huracanes dicen que es potencialmente catastrófico, y si vienen de allá, hay que hacerles caso, porque esos saben bien qué hablan.
El premier jamaicano, Andrew Holness, salió con un mensaje duro: “Los próximos días van a ser difíciles”. Y sí, mael, imagínate, con olas gigantescas, inundaciones y casas volando por los aires. La Cruz Roja calcula que más de un millón de personas pueden verse afectadas, así que esto pinta feo, bien feo. Ya suman varias víctimas mortales, tanto en Jamaica como en La Española; qué sal, pura tragedia.
Y aquí en nuestro terruño, la cosa tampoco es risas. El IMET dice que vamos a tener aguaceros intensos y mucho viento, sobre todo en la zona Caribe y el norte del país. Aunque Melissa no nos golpea directo, sus bandas externas nos están sacudiendo como a cosquillas... pero unas cosquillas fuertes, ¿me entiendes?
Las operaciones marítimas en San Andrés y Providencia están suspendidas, y les piden a todos los barqueros y pescadores que estén atentos a los anuncios oficiales. No vayan a meterse en líos innecesarios, mejor prevenir que lamentar, ¿verdad?
Recordemos que huracanes como Melissa traen recuerdos amargos de Gilbert y Dorian, que dejaron cicatrices profundas en el Caribe. Nos enseñaron que hay que tomar estas cosas en serio y fortalecer nuestros sistemas de prevención. Pero bueno, siempre hay gente que se cree dueña de la naturaleza, ¡qué cargas!
Ahora, viendo la cosa desde otra perspectiva, esto también sirve para reflexionar sobre el cambio climático. Estos fenómenos cada vez son más frecuentes e intensos, y tenemos que empezar a tomar cartas en el asunto. No podemos seguir destruyendo el planeta como si no hubiera un mañana. Tenemos que cuidarlo, porque al final, es nuestro único hogar, mael.
En fin, Melissa sigue su camino hacia Cuba y las Bahamas, pero nosotros acá seguimos pendientes de la situación. Esperamos que pronto pase rápido y sin mayores complicaciones. ¿Ustedes creen que las medidas preventivas que hemos tomado son suficientes para enfrentar estos eventos climáticos extremos, o necesitamos urgentemente un plan más ambicioso y efectivo?