¡Aguante, pura vida! Resulta que la Tormenta Tropical Melissa, esa que andaba dando vueltas por el Caribe, decidió irse de viaje y no nos tocó directo. Pero ojo, mi clave, que eso no significa que nos vamos a salvar de las lluvias. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) ya avisó: la Zona de Convergencia Intertropical (ZCI) sigue activa y nos tiene guardado unos buenos aguaceros para los próximos días.
Según el IMN, este jueves 23 de octubre, aunque Melissa se mantenga lejos, la ZCI – esa franja rara que junta vientos del norte y del sur – seguirá echándonos para atrás con sus nubes y su humedad. Esto quiere decir que desde las mañanas podríamos estar lidiando con lluvia en varios cantones, principalmente en el Pacífico Sur, donde las cosas ya están empapadas. Más tarde, la cosa se pone interesante porque se esperan trombas con tormentas eléctricas, especialmente en las montañas y cerros costeros del Pacífico.
Vamos por partes, ¿qué es esa tal Zona de Convergencia Intertropical? Pues imagínate dos ríos que se juntan, pero en vez de agua, son corrientes de viento. Cuando esos vientos chocan, el aire caliente y húmedo empieza a subir, creando unas nubes gigantescas que descargan litros y litros de agua. Es como si alguien abriera la llave del cielo, diay... ¡qué juguete! Y bueno, en zonas tropicales como la nuestra, esto pasa seguido, con temporadas de lluvia y temporadas más secas, pero siempre hay alguna nube rondando por ahí.
Ahora bien, el IMN nos recuerda que Melissa, aunque no nos visite en persona, sigue influyendo en el clima. Su presencia en medio del mar Caribe ayuda a mantener esa ZCI pegadita a Costa Rica, así que prepárense, porque parece que la temporada lluviosa no piensa terminar pronto. Algunos dicen que estamos pagando karma por algo, pero yo creo que simplemente le gusta a Dios que estemos frescos, ¿no creen?
Y hablando de frescura, recordemos que estos aguaceros pueden traer algunos problemas, como deslizamientos en zonas vulnerables, inundaciones repentinas y hasta árboles caídos. Así que, por favor, estén atentos a las alertas rojas y amarillas del IMN, eviten circular por lugares peligrosos y asegúrense de tener sus casas y alrededores despejados de cualquier cosa que pueda causar daño. Mejor prevenir que lamentar, como dice mi abu.
Este brete de aguaceros también afecta otras cosas, como el transporte público y las actividades al aire libre. Muchos planes se van al traste por culpa de la lluvia, pero bueno, siempre podemos aprovechar para ver pelis en casa, leer un buen libro o echar unas partidas de cartas con los amigos. Lo importante es mantener la calma y buscar alternativas para disfrutar, pese a la humedad y las gotitas.
Más allá de las molestias que puedan ocasionar, estas lluvias son vitales para nuestros ecosistemas y para la agricultura. Los ríos necesitan agua para fluir, los cultivos necesitan hidratación y nosotros necesitamos agua potable para vivir. Así que, aunque a veces nos desesperemos por el diluvio, recuerden que el agua es vida, y que debemos cuidarla y valorarla como el tesoro que es. Que no nos venga con qué salado que llueve, ¡aguante!
En fin, parece que la Tormenta Melissa no nos dio una cachetada directa, pero nos dejó una buena dosis de lluvia para los que vienen. Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que deberíamos empezar a invertir en paraguas voladores o resignarnos a llevar siempre un impermeable encima? Déjenme saber su opinión en los comentarios, ¡me interesa mucho saber qué piensan!
Según el IMN, este jueves 23 de octubre, aunque Melissa se mantenga lejos, la ZCI – esa franja rara que junta vientos del norte y del sur – seguirá echándonos para atrás con sus nubes y su humedad. Esto quiere decir que desde las mañanas podríamos estar lidiando con lluvia en varios cantones, principalmente en el Pacífico Sur, donde las cosas ya están empapadas. Más tarde, la cosa se pone interesante porque se esperan trombas con tormentas eléctricas, especialmente en las montañas y cerros costeros del Pacífico.
Vamos por partes, ¿qué es esa tal Zona de Convergencia Intertropical? Pues imagínate dos ríos que se juntan, pero en vez de agua, son corrientes de viento. Cuando esos vientos chocan, el aire caliente y húmedo empieza a subir, creando unas nubes gigantescas que descargan litros y litros de agua. Es como si alguien abriera la llave del cielo, diay... ¡qué juguete! Y bueno, en zonas tropicales como la nuestra, esto pasa seguido, con temporadas de lluvia y temporadas más secas, pero siempre hay alguna nube rondando por ahí.
Ahora bien, el IMN nos recuerda que Melissa, aunque no nos visite en persona, sigue influyendo en el clima. Su presencia en medio del mar Caribe ayuda a mantener esa ZCI pegadita a Costa Rica, así que prepárense, porque parece que la temporada lluviosa no piensa terminar pronto. Algunos dicen que estamos pagando karma por algo, pero yo creo que simplemente le gusta a Dios que estemos frescos, ¿no creen?
Y hablando de frescura, recordemos que estos aguaceros pueden traer algunos problemas, como deslizamientos en zonas vulnerables, inundaciones repentinas y hasta árboles caídos. Así que, por favor, estén atentos a las alertas rojas y amarillas del IMN, eviten circular por lugares peligrosos y asegúrense de tener sus casas y alrededores despejados de cualquier cosa que pueda causar daño. Mejor prevenir que lamentar, como dice mi abu.
Este brete de aguaceros también afecta otras cosas, como el transporte público y las actividades al aire libre. Muchos planes se van al traste por culpa de la lluvia, pero bueno, siempre podemos aprovechar para ver pelis en casa, leer un buen libro o echar unas partidas de cartas con los amigos. Lo importante es mantener la calma y buscar alternativas para disfrutar, pese a la humedad y las gotitas.
Más allá de las molestias que puedan ocasionar, estas lluvias son vitales para nuestros ecosistemas y para la agricultura. Los ríos necesitan agua para fluir, los cultivos necesitan hidratación y nosotros necesitamos agua potable para vivir. Así que, aunque a veces nos desesperemos por el diluvio, recuerden que el agua es vida, y que debemos cuidarla y valorarla como el tesoro que es. Que no nos venga con qué salado que llueve, ¡aguante!
En fin, parece que la Tormenta Melissa no nos dio una cachetada directa, pero nos dejó una buena dosis de lluvia para los que vienen. Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que deberíamos empezar a invertir en paraguas voladores o resignarnos a llevar siempre un impermeable encima? Déjenme saber su opinión en los comentarios, ¡me interesa mucho saber qué piensan!