¡Ay, Dios mío, qué momento! Resulta que ayer en la Universidad de Costa Rica (UCR), hubo un buen susto que paralizó a medio campus. Un estudiante, vamos a llamarle ‘el creativo’, decidió que sería buena idea ingresar al Rodrigo Facio con unas ‘armas’... que, afortunadamente, eran de juguete. Pero díganme, ¿quién anda por ahí llevando cosas así?
Todo empezó cuando varios estudiantes alertaron a la Sección de Seguridad y Tránsito (Seguridad UCR) sobre un tipo rondando cerca de la Facultad de Ciencias Sociales con un bulto sospechoso. Se imaginan el nerviosismo… movilizándose equipos de seguridad, gente corriendo, el ambiente tenso como una cuerda de guitarra. ¡Una verdadera torta!
Cuando los oficiales finalmente se acercaron al joven, este les explicó, tranquilamente, que las 'armas' eran parte de su disfraz para una fiesta de Halloween posterior a clases. Pues sí, aparentemente estaba decidido a ir a tope con la temática terrorífica. Reconozco la dedicación, pero también me pregunto si pensó un poquito antes de meterse en semejante brete.
Según informaron desde la Oficina de Comunicación Institucional (OCI), el estudiante fue interceptado justo a tiempo, antes de que la situación pudiera escalar aún más. Revisaron bien los implementos –todos hechos de plástico– y confirmaron que no representaban ningún peligro real. Menos mal, porque la cosa pudo acabar muy feo. Imaginen la reacción de la comunidad universitaria ante una amenaza real.
Desde la Vicerrectoría de Administración y la propia Seguridad UCR emitieron un comunicado explicando el incidente, recalcando que el estudiante, después de las observaciones de rigor, podrá recuperar sus posesiones hoy después de la una. Ya saben, papeleo y trámites burocráticos, ni siquiera los disfraces de Halloween escapan de eso. Un poco exagerado, pero entendible dada la gravedad aparente de la situación inicial.
Lo curioso de todo esto es cómo reaccionó la gente en redes sociales. Hubo quienes lo criticaron duramente por generar alarma innecesaria, calificándolo de irresponsable e imprudente. Otros, en cambio, encontraron gracia en la situación y lo tacharon de ‘creativo’ y ‘original’. ¡Díganle a este mae que busque otra forma de sorprender a la gente! Aunque, bueno, ahora tiene una historia que contar, ¿verdad?
Este caso nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la comunicación clara y la responsabilidad individual. Entiendo que quieras causar impacto con tu disfraz, pero hay límites, ¿eh? Además, vivemos tiempos raros donde cualquier cosa puede ser malinterpretada y generar pánico. Tal vez, para la próxima, sea mejor optar por un disfraz de piña, que es mucho más típicamente tico y menos propenso a levantar alarmas.
Ahora dime, ¿tú qué opinas? ¿Crees que la reacción de la UCR fue exagerada o necesaria? ¿Deberían imponer sanciones más severas a los estudiantes que porten objetos similares, aunque sean de juguete? ¡Déjame tus comentarios abajo y vamos a debatirlo!
	
		
			
		
		
	
				
			Todo empezó cuando varios estudiantes alertaron a la Sección de Seguridad y Tránsito (Seguridad UCR) sobre un tipo rondando cerca de la Facultad de Ciencias Sociales con un bulto sospechoso. Se imaginan el nerviosismo… movilizándose equipos de seguridad, gente corriendo, el ambiente tenso como una cuerda de guitarra. ¡Una verdadera torta!
Cuando los oficiales finalmente se acercaron al joven, este les explicó, tranquilamente, que las 'armas' eran parte de su disfraz para una fiesta de Halloween posterior a clases. Pues sí, aparentemente estaba decidido a ir a tope con la temática terrorífica. Reconozco la dedicación, pero también me pregunto si pensó un poquito antes de meterse en semejante brete.
Según informaron desde la Oficina de Comunicación Institucional (OCI), el estudiante fue interceptado justo a tiempo, antes de que la situación pudiera escalar aún más. Revisaron bien los implementos –todos hechos de plástico– y confirmaron que no representaban ningún peligro real. Menos mal, porque la cosa pudo acabar muy feo. Imaginen la reacción de la comunidad universitaria ante una amenaza real.
Desde la Vicerrectoría de Administración y la propia Seguridad UCR emitieron un comunicado explicando el incidente, recalcando que el estudiante, después de las observaciones de rigor, podrá recuperar sus posesiones hoy después de la una. Ya saben, papeleo y trámites burocráticos, ni siquiera los disfraces de Halloween escapan de eso. Un poco exagerado, pero entendible dada la gravedad aparente de la situación inicial.
Lo curioso de todo esto es cómo reaccionó la gente en redes sociales. Hubo quienes lo criticaron duramente por generar alarma innecesaria, calificándolo de irresponsable e imprudente. Otros, en cambio, encontraron gracia en la situación y lo tacharon de ‘creativo’ y ‘original’. ¡Díganle a este mae que busque otra forma de sorprender a la gente! Aunque, bueno, ahora tiene una historia que contar, ¿verdad?
Este caso nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la comunicación clara y la responsabilidad individual. Entiendo que quieras causar impacto con tu disfraz, pero hay límites, ¿eh? Además, vivemos tiempos raros donde cualquier cosa puede ser malinterpretada y generar pánico. Tal vez, para la próxima, sea mejor optar por un disfraz de piña, que es mucho más típicamente tico y menos propenso a levantar alarmas.
Ahora dime, ¿tú qué opinas? ¿Crees que la reacción de la UCR fue exagerada o necesaria? ¿Deberían imponer sanciones más severas a los estudiantes que porten objetos similares, aunque sean de juguete? ¡Déjame tus comentarios abajo y vamos a debatirlo!
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		