¡Ay, Dios mío! Resulta que Mideplán, esos que planifican todo, anda metido en un lío gordo con la Contraloría. Parece que no le cumplieron bien a algunas leyes sobre cómo manejar el tema del empleo público y ahora la CGR les está haciendo cosquillas con un informe. No sé ustedes, pero yo ya empiezo a pensar si nos vamos a quedar sin aguinaldo este año, porque cuando hay movidas así, siempre el pueblo sale perdiendo.
Al parecer, la Contraloría descubrió que Mideplán no ha estado emitiendo esas políticas y planes de empleo público que deberían estar sacando. Imagínense, la plata está ahí, los funcionarios listos, pero faltaba el empujón legal. Mideplán, defendiéndose como puede, dice que no podían hacer eso por culpa de la llamada “regla fiscal”, esa que pone trabas cuando el país tiene mucha deuda. Dicen que no se puede tocar los salarios ni ajustar cosas mientras estemos en esa situación.
Pero Abel Jiménez, el coordinador de Empleo Público de Mideplán, salió a defender la posición diciendo que todo es porque la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas es muy clara: si la deuda pasa del 60% del PIB, ¡olvídate de aumentos! Según él, estamos esperando que la deuda baje para poder echarle ganas al tema de los salarios, aunque suena un poco a darle largas. Como dicen por acá, “con calma y parsimonia”.
Y ojo, que según Mideplán, para el 2026, ya vamos a tener las cosas encaminadas. Ya bajó la deuda, podrán preparar la política de remuneración y todo estará súper bien. Pero bueno, ya saben cómo son estas cosas, siempre queda la duda. Mientras tanto, nosotros seguimos trabajando como burros y esperando que nos recuerden que somos empleados públicos y tenemos derechos.
Lo que me da más risa es que Mideplán afirma haber atendido más de 2.000 consultas técnicas a otras instituciones públicas en 2023, 2024 y hasta agosto de este año. ¡Dos mil consultas! Eso significa que andaban chambeando a marchas forzadas para tratar de armarle a todo el mundo. Uno se pregunta qué estaría pasando si hubieran dedicado ese tiempo a cumplir con sus responsabilidades originales.
Además, la bronca va más allá de unos cuantos papeles. Mideplán insiste en que la Ley Marco de Empleo Público es una revolución en la forma de trabajar en el sector público, pero que requiere un cambio cultural enorme. Que no basta con cambiar unas pocas normas, sino que hay que replantear toda la filosofía del servicio civil. Suena noble, pero a veces parece que lo usan para justificar la demora y los tropiezos.
Ahora, la Contraloría tiene los recursos de Mideplán en análisis y veremos cuál será el veredicto final. Lo cierto es que toda esta novela nos deja pensando en cómo se manejan los asuntos públicos en nuestro país. Entre reglas fiscales, leyes marco y coordinadores interinstitucionales, a veces uno se pierde tratando de entender qué está pasando. Da la impresión de que estos tipos viven en otro planeta, desconectados de la realidad de la gente que trabaja honestamente todos los días.
Con todo este embrollo legal y económico, me pregunto: ¿creen que esta pelea entre Mideplán y la Contraloría terminará afectando nuestros salarios y beneficios este año? ¡Díganme qué piensan en el foro!
Al parecer, la Contraloría descubrió que Mideplán no ha estado emitiendo esas políticas y planes de empleo público que deberían estar sacando. Imagínense, la plata está ahí, los funcionarios listos, pero faltaba el empujón legal. Mideplán, defendiéndose como puede, dice que no podían hacer eso por culpa de la llamada “regla fiscal”, esa que pone trabas cuando el país tiene mucha deuda. Dicen que no se puede tocar los salarios ni ajustar cosas mientras estemos en esa situación.
Pero Abel Jiménez, el coordinador de Empleo Público de Mideplán, salió a defender la posición diciendo que todo es porque la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas es muy clara: si la deuda pasa del 60% del PIB, ¡olvídate de aumentos! Según él, estamos esperando que la deuda baje para poder echarle ganas al tema de los salarios, aunque suena un poco a darle largas. Como dicen por acá, “con calma y parsimonia”.
Y ojo, que según Mideplán, para el 2026, ya vamos a tener las cosas encaminadas. Ya bajó la deuda, podrán preparar la política de remuneración y todo estará súper bien. Pero bueno, ya saben cómo son estas cosas, siempre queda la duda. Mientras tanto, nosotros seguimos trabajando como burros y esperando que nos recuerden que somos empleados públicos y tenemos derechos.
Lo que me da más risa es que Mideplán afirma haber atendido más de 2.000 consultas técnicas a otras instituciones públicas en 2023, 2024 y hasta agosto de este año. ¡Dos mil consultas! Eso significa que andaban chambeando a marchas forzadas para tratar de armarle a todo el mundo. Uno se pregunta qué estaría pasando si hubieran dedicado ese tiempo a cumplir con sus responsabilidades originales.
Además, la bronca va más allá de unos cuantos papeles. Mideplán insiste en que la Ley Marco de Empleo Público es una revolución en la forma de trabajar en el sector público, pero que requiere un cambio cultural enorme. Que no basta con cambiar unas pocas normas, sino que hay que replantear toda la filosofía del servicio civil. Suena noble, pero a veces parece que lo usan para justificar la demora y los tropiezos.
Ahora, la Contraloría tiene los recursos de Mideplán en análisis y veremos cuál será el veredicto final. Lo cierto es que toda esta novela nos deja pensando en cómo se manejan los asuntos públicos en nuestro país. Entre reglas fiscales, leyes marco y coordinadores interinstitucionales, a veces uno se pierde tratando de entender qué está pasando. Da la impresión de que estos tipos viven en otro planeta, desconectados de la realidad de la gente que trabaja honestamente todos los días.
Con todo este embrollo legal y económico, me pregunto: ¿creen que esta pelea entre Mideplán y la Contraloría terminará afectando nuestros salarios y beneficios este año? ¡Díganme qué piensan en el foro!