¡Qué bacano esto que pasó en Costa de Pájaros, Puntarenas! Veinticinco familias de pescadores artesanales recibieron motores fuera de borda flamantes, cortesía del Inder. No es poca cosa, ¡son 150 millones de colones invertidos para darle un empujón a esta comunidad que vive del mar! Parece mentira, pero así son las cosas, y siempre es bueno ver que alguien le pone atención a este gremio que tanto nos alimenta.
El Instituto de Desarrollo Rural (Inder), a través de su programa de Fomento a la Producción y Seguridad Alimentaria, hizo realidad este sueño. Forma parte de un plan más grande, donde se distribuirán 100 motores en varias comunidades del Pacífico Central. Uno se queda pensando, ¿cuántos años llevan esperando este apoyo? Imaginen la diferencia que hace tener un motor que funcione bien, sin quedarse varado en medio de la mar… ¡eso sí es alivio!
Ricardo Quesada Salas, el presidente ejecutivo del Inder, y Nelson Peña Navarro, jefe del INCOPESCA, estuvieron presentes en la entrega. Ambos resaltaron la importancia de trabajar unidos entre instituciones para fortalecer las economías costeras y echarle ganas al desarrollo rural sostenible. Diay, qué bueno que hay gente que entiende que la pesca artesanal es clave para nuestro país, no solo para comer pescado sino también para mantener viva nuestras tradiciones y cultura.
Estos motores nuevos no son un simple regalo, ¡son una herramienta para mejorar sus vidas! Con ellos podrán pescar con más eficiencia y seguridad, salir a mar abierto con confianza y hasta llegar más lejos para conseguir mejores capturas. A fin de cuentas, se trata de hacerles la vida más fácil y poder llevarle comida a sus mesas. Más allá de eso, significa competitividad y oportunidades para salir adelante en un mundo cada vez más complicado.
Y no se crean que fue solo entregar motores y ya. Las familias beneficiarias firmaron unos protocolos para asegurarse de que todo esté claro y legalmente hablando. Además, los motores quedan a su nombre, así que pueden estar tranquilos sabiendo que son suyos, y van a cuidarlos como oro en paño. Es importante que tengan esa certeza, porque así saben que están invirtiendo en su futuro y en el de sus hijos.
La inversión total del Inder en estos 100 motores supera los 600 millones de colones. ¡Eso sí es compromiso! Se nota que le están apostando fuerte a apoyar a las comunidades costeras y a las personas que trabajan duro para sacarle provecho al mar. Claramente, entienden que estas familias son la base de nuestra economía local y merecen tener las herramientas necesarias para prosperar. Y con razón, porque nos brindan el pescado fresco que disfrutamos todos los días.
Pero acá no se acaba la historia, eh. Este tipo de iniciativas demuestran que, aunque a veces parezca que el gobierno va lento, todavía hay esfuerzos genuinos para ayudar a quienes realmente lo necesitan. Ojalá que este ejemplo sirva de inspiración para otras instituciones y que sigamos viendo más proyectos enfocados en apoyar a nuestros pequeños productores y pescadores. Porque al final del día, ellos son quienes construyen el corazón de nuestro país, con sudor, esfuerzo y una sonrisa pese a todas las adversidades.
Ahora dime, ¿crees que el Estado debería invertir aún más en programas de apoyo a la pesca artesanal, o consideras que otras áreas requieren más atención? ¿Y qué medidas podrían implementarse para garantizar la sostenibilidad de esta actividad y proteger nuestros recursos marinos a largo plazo?
El Instituto de Desarrollo Rural (Inder), a través de su programa de Fomento a la Producción y Seguridad Alimentaria, hizo realidad este sueño. Forma parte de un plan más grande, donde se distribuirán 100 motores en varias comunidades del Pacífico Central. Uno se queda pensando, ¿cuántos años llevan esperando este apoyo? Imaginen la diferencia que hace tener un motor que funcione bien, sin quedarse varado en medio de la mar… ¡eso sí es alivio!
Ricardo Quesada Salas, el presidente ejecutivo del Inder, y Nelson Peña Navarro, jefe del INCOPESCA, estuvieron presentes en la entrega. Ambos resaltaron la importancia de trabajar unidos entre instituciones para fortalecer las economías costeras y echarle ganas al desarrollo rural sostenible. Diay, qué bueno que hay gente que entiende que la pesca artesanal es clave para nuestro país, no solo para comer pescado sino también para mantener viva nuestras tradiciones y cultura.
Estos motores nuevos no son un simple regalo, ¡son una herramienta para mejorar sus vidas! Con ellos podrán pescar con más eficiencia y seguridad, salir a mar abierto con confianza y hasta llegar más lejos para conseguir mejores capturas. A fin de cuentas, se trata de hacerles la vida más fácil y poder llevarle comida a sus mesas. Más allá de eso, significa competitividad y oportunidades para salir adelante en un mundo cada vez más complicado.
Y no se crean que fue solo entregar motores y ya. Las familias beneficiarias firmaron unos protocolos para asegurarse de que todo esté claro y legalmente hablando. Además, los motores quedan a su nombre, así que pueden estar tranquilos sabiendo que son suyos, y van a cuidarlos como oro en paño. Es importante que tengan esa certeza, porque así saben que están invirtiendo en su futuro y en el de sus hijos.
La inversión total del Inder en estos 100 motores supera los 600 millones de colones. ¡Eso sí es compromiso! Se nota que le están apostando fuerte a apoyar a las comunidades costeras y a las personas que trabajan duro para sacarle provecho al mar. Claramente, entienden que estas familias son la base de nuestra economía local y merecen tener las herramientas necesarias para prosperar. Y con razón, porque nos brindan el pescado fresco que disfrutamos todos los días.
Pero acá no se acaba la historia, eh. Este tipo de iniciativas demuestran que, aunque a veces parezca que el gobierno va lento, todavía hay esfuerzos genuinos para ayudar a quienes realmente lo necesitan. Ojalá que este ejemplo sirva de inspiración para otras instituciones y que sigamos viendo más proyectos enfocados en apoyar a nuestros pequeños productores y pescadores. Porque al final del día, ellos son quienes construyen el corazón de nuestro país, con sudor, esfuerzo y una sonrisa pese a todas las adversidades.
Ahora dime, ¿crees que el Estado debería invertir aún más en programas de apoyo a la pesca artesanal, o consideras que otras áreas requieren más atención? ¿Y qué medidas podrían implementarse para garantizar la sostenibilidad de esta actividad y proteger nuestros recursos marinos a largo plazo?
