¡Ay, Dios mío! Quién se imaginaría, ¿verdad? Resulta que parece que tuvimos algunos vándalos jugando con fuego en cosas muy seria, involucrados en el tráfico de droga a nivel internacional. Parece que la Fiscalía encontró pruebas contundentes que relacionan a cuatro tipos nuestros, incluyendo a un policía de la Fuerza Pública, con operaciones de narcotráfico de gran escala. Esto sí que es un brete para el país, diay.
La onda es que las autoridades estadounidenses, que ahora quieren que nos entreguen a estos señores, lograron interceptar unas conversaciones… ¡unas pláticas bastante comprometedoras! Según el expediente, tuvieron acceso a comunicaciones telefónicas y electrónicas que demuestran que estos cuatro estaban metidos hasta el cuello en la movilización de cargamentos de cocaína. Se trata de William Iván Ramírez Arguedas, alias ‘Rambo’ o ‘Kimba’; Gerardo Castro Muñoz, alias ‘Precioso’, ‘Muñeco’ o ‘Lalo’; Jorge William Cordero Obregón, alias ‘Candado’, ‘Pallín’ o ‘Gordo’; y el agente Michael Amador Corella, alias ‘Rojo’. ¡Qué vara!
Lo más interesante es que el testimonio de un ex socio, que anda tapao bajo el nombre de CW-1, jugó un papel crucial en todo esto. Este tipo, que supuestamente colabora con las autoridades gringas –lo llaman 'cooperating witness'–, identificó a cada uno de los sospechosos en fotos y admitió haber trabajado con ellos. Le mostraron transcripciones de esas conversaciones intervenidas y, aparentemente, lo contó todo sin pelos en la lengua. ¡Eso sí es darle la cara al problema!
Pero la cosa no termina ahí, chunches. El expediente también revela que el policía Corella andaba haciendo negocios propios. Al parecer, después de trabajar como intermediario para un traficante pesado, decidió lanzarse solo, comprando sus propios cargamentos y vendiéndolos a grupos en Guatemala. ¡Se puso a hacer plata a su manera! Uno diría que se fue al traste con eso, ¿no?
La investigación, según dicen, lleva ya varios años cocinando a fuego lento. Desde 2020, las cortes de California tenían órdenes de captura pendientes contra estos individuos. Imagínense, ¡desde el 2020! El OIJ y la Policía de Control de Drogas (PCD) finalmente hicieron el quite hace apenas dos semanas, capturando también a otros tres sospechosos de trasiego internacional. ¡Menos mal que al final se logró!
Y ni hablar de la magnitud de la operación. Las autoridades creen que esta banda, con base en Golfito y San Vito, estaba encargada de transportar toneladas de cocaína desde Colombia hasta México, y luego hacia Estados Unidos. Dicen que incluso incautaron más de tres toneladas de la sustancia en esta operación. ¡Un negocio turbio a toda máquina!
Ramírez Arguedas (‘Rambo’) aparece como el jefe mandamás, el que dirigía toda la logística. Castro Muñoz (‘Precioso’) estaría a cargo del lavado de dinero, asegurándose de que las ganancias ilícitas desaparecieran como agua en arenero. Cordero Obregón (‘Gordo’) hacía trabajos especiales por encargo, y Corella, bueno, ya sabemos, el policía corrupto que pensó que podía jugarle macizo a todos. ¡Que salado les salió el intento!
Ahora, estos cuatro estarán esperando el trámite de extradición a Estados Unidos, donde enfrentarán cargos por narcotráfico y lavado de dinero. Pero dime, compa: ¿Crees que la corrupción ha llegado tan profundo en nuestras instituciones que ya es imposible erradicarla? ¿Es acaso una señal de que debemos replantearnos la forma en que combatimos el crimen organizado en Costa Rica?
La onda es que las autoridades estadounidenses, que ahora quieren que nos entreguen a estos señores, lograron interceptar unas conversaciones… ¡unas pláticas bastante comprometedoras! Según el expediente, tuvieron acceso a comunicaciones telefónicas y electrónicas que demuestran que estos cuatro estaban metidos hasta el cuello en la movilización de cargamentos de cocaína. Se trata de William Iván Ramírez Arguedas, alias ‘Rambo’ o ‘Kimba’; Gerardo Castro Muñoz, alias ‘Precioso’, ‘Muñeco’ o ‘Lalo’; Jorge William Cordero Obregón, alias ‘Candado’, ‘Pallín’ o ‘Gordo’; y el agente Michael Amador Corella, alias ‘Rojo’. ¡Qué vara!
Lo más interesante es que el testimonio de un ex socio, que anda tapao bajo el nombre de CW-1, jugó un papel crucial en todo esto. Este tipo, que supuestamente colabora con las autoridades gringas –lo llaman 'cooperating witness'–, identificó a cada uno de los sospechosos en fotos y admitió haber trabajado con ellos. Le mostraron transcripciones de esas conversaciones intervenidas y, aparentemente, lo contó todo sin pelos en la lengua. ¡Eso sí es darle la cara al problema!
Pero la cosa no termina ahí, chunches. El expediente también revela que el policía Corella andaba haciendo negocios propios. Al parecer, después de trabajar como intermediario para un traficante pesado, decidió lanzarse solo, comprando sus propios cargamentos y vendiéndolos a grupos en Guatemala. ¡Se puso a hacer plata a su manera! Uno diría que se fue al traste con eso, ¿no?
La investigación, según dicen, lleva ya varios años cocinando a fuego lento. Desde 2020, las cortes de California tenían órdenes de captura pendientes contra estos individuos. Imagínense, ¡desde el 2020! El OIJ y la Policía de Control de Drogas (PCD) finalmente hicieron el quite hace apenas dos semanas, capturando también a otros tres sospechosos de trasiego internacional. ¡Menos mal que al final se logró!
Y ni hablar de la magnitud de la operación. Las autoridades creen que esta banda, con base en Golfito y San Vito, estaba encargada de transportar toneladas de cocaína desde Colombia hasta México, y luego hacia Estados Unidos. Dicen que incluso incautaron más de tres toneladas de la sustancia en esta operación. ¡Un negocio turbio a toda máquina!
Ramírez Arguedas (‘Rambo’) aparece como el jefe mandamás, el que dirigía toda la logística. Castro Muñoz (‘Precioso’) estaría a cargo del lavado de dinero, asegurándose de que las ganancias ilícitas desaparecieran como agua en arenero. Cordero Obregón (‘Gordo’) hacía trabajos especiales por encargo, y Corella, bueno, ya sabemos, el policía corrupto que pensó que podía jugarle macizo a todos. ¡Que salado les salió el intento!
Ahora, estos cuatro estarán esperando el trámite de extradición a Estados Unidos, donde enfrentarán cargos por narcotráfico y lavado de dinero. Pero dime, compa: ¿Crees que la corrupción ha llegado tan profundo en nuestras instituciones que ya es imposible erradicarla? ¿Es acaso una señal de que debemos replantearnos la forma en que combatimos el crimen organizado en Costa Rica?
