¡Ay, Dios mío, la Navidad se nos viene encima! Ya empezamos a ver luces por todos lados, tiendas llenas de chunches que nadie necesita y familiares que… bueno, ya saben cómo son. Pero espérese un momento, antes de que le dé un ataque de nervios pensando en las posadas, cenas y reuniones interminables. La UNED, con toda su sabiduría, nos ha soltado unos consejos pa’ cuidar la cabeza en estas fechas.
Resulta que la psicóloga Marianela Viales, quien anda chambeando en la Comisión de Salud Mental de la UNED, nos explica que la Navidad puede ser más que alegría y pandearas; a veces te trae recuerdos agridulces, presión social porque “deberías” estar súper feliz, cansancio emocional por tanta actividad y hasta sentirte solito si estás lejos de tus seres queridos. ¡Quién diría, eh! Una época para celebrar que también puede ponernos a prueba.
Pero calma, que hay solución. Según Viales, lo primero es tratarse como se trata a cualquier persona que se está esforzando: con cariño y paciencia. Eso significa descansar como nunca, aprender a decirle ‘no’ sin culpa cuando sientes que vas a explotar, y aceptar esas emociones que te surjan, sean alegres o tristes, sin andar juzgándote. ¡Por favor, cómprate un café tranquilo y respira hondo!
Además, la experta insiste en que no olvidemos las cosas básicas que hacen bien a nuestro cuerpo y mente. Dormir ocho horas (o al menos intentarlo), comer sano (aunque la abuela prepare arroz con leche), buscar momentos de calma consciente, meditar un ratito, salir a caminar… Pequeñas acciones que pueden hacer una gran diferencia en cómo nos sentimos.
Y ojo con la agenda, que no se la armen a punta de compromisos. No tienes que ir a todas las fiestas ni complacer a todos los primos. Prioriza lo que realmente importa, aquello que te recarga las pilas y te hace sentir bien. Recuérdate que tú eres importante y que tu bienestar va primero. No seas mártir, ¡por favor!
En cuanto a las relaciones interpersonales, la comunicación es clave. Habla claro con tus seres queridos, expresa lo que sientes, escucha activamente lo que ellos tienen que decir. Eviten los dramas innecesarios y las discusiones estúpidas por tonterías. Y si sientes que la ansiedad o la tristeza te están ganando, no te guardes silencio. Pide ayuda, ¡y sin pena! Recordá que pedir ayuda es muestra de valentía, no de debilidad. Hay profesionales y amigos listos para echarte una mano.
Viales nos invita a vivir esta Navidad con empatía, entendiendo que cada quien tiene sus propios bretes y preocupaciones. Practicá la solidaridad, ofrécele una mano amiga a quien lo necesite, y celebra con aquellos que realmente te hacen sentir bien. Porque, al final del día, el verdadero espíritu navideño no está en los regalos costosos ni en las decoraciones extravagantes, sino en compartir amor y buenos momentos con quienes queremos.
Ahora sí, dime, ¿cuál es tu estrategia infalible para sobrevivir a las navidades ticas sin perder la compostura? ¿Tienes algún tip que quieras compartir con tus compas del Foro?
Resulta que la psicóloga Marianela Viales, quien anda chambeando en la Comisión de Salud Mental de la UNED, nos explica que la Navidad puede ser más que alegría y pandearas; a veces te trae recuerdos agridulces, presión social porque “deberías” estar súper feliz, cansancio emocional por tanta actividad y hasta sentirte solito si estás lejos de tus seres queridos. ¡Quién diría, eh! Una época para celebrar que también puede ponernos a prueba.
Pero calma, que hay solución. Según Viales, lo primero es tratarse como se trata a cualquier persona que se está esforzando: con cariño y paciencia. Eso significa descansar como nunca, aprender a decirle ‘no’ sin culpa cuando sientes que vas a explotar, y aceptar esas emociones que te surjan, sean alegres o tristes, sin andar juzgándote. ¡Por favor, cómprate un café tranquilo y respira hondo!
Además, la experta insiste en que no olvidemos las cosas básicas que hacen bien a nuestro cuerpo y mente. Dormir ocho horas (o al menos intentarlo), comer sano (aunque la abuela prepare arroz con leche), buscar momentos de calma consciente, meditar un ratito, salir a caminar… Pequeñas acciones que pueden hacer una gran diferencia en cómo nos sentimos.
Y ojo con la agenda, que no se la armen a punta de compromisos. No tienes que ir a todas las fiestas ni complacer a todos los primos. Prioriza lo que realmente importa, aquello que te recarga las pilas y te hace sentir bien. Recuérdate que tú eres importante y que tu bienestar va primero. No seas mártir, ¡por favor!
En cuanto a las relaciones interpersonales, la comunicación es clave. Habla claro con tus seres queridos, expresa lo que sientes, escucha activamente lo que ellos tienen que decir. Eviten los dramas innecesarios y las discusiones estúpidas por tonterías. Y si sientes que la ansiedad o la tristeza te están ganando, no te guardes silencio. Pide ayuda, ¡y sin pena! Recordá que pedir ayuda es muestra de valentía, no de debilidad. Hay profesionales y amigos listos para echarte una mano.
Viales nos invita a vivir esta Navidad con empatía, entendiendo que cada quien tiene sus propios bretes y preocupaciones. Practicá la solidaridad, ofrécele una mano amiga a quien lo necesite, y celebra con aquellos que realmente te hacen sentir bien. Porque, al final del día, el verdadero espíritu navideño no está en los regalos costosos ni en las decoraciones extravagantes, sino en compartir amor y buenos momentos con quienes queremos.
Ahora sí, dime, ¿cuál es tu estrategia infalible para sobrevivir a las navidades ticas sin perder la compostura? ¿Tienes algún tip que quieras compartir con tus compas del Foro?
