¡Ay, mi gente! ¿Se imaginan esto? Un montón de nenas, todas pilas, metiéndose de lleno en el mundo de la ciencia. No doñas, ni princesitas, sino mentes brillantes experimentando con químicos, calculando ecuaciones y construyendo cosas increíbles. Pues eso pasó, diay, en el Tecnológico de Costa Rica, donde festejaron el Día de las Niñas Súper Científicas y demostraron que la ciencia no es solamente 'chamba' de güevos.
Este año, Cartago fue la sede de este brete, y ahí se juntaron unas 120 estudiantes de primaria de todo el país. Imagínense la movida: talleres de biología, física, química... todo explicado por maestras del TEC y estudiantes del Colegio Científico de Cartago, que le pusieron sabor a la cosa. No era pura teoría aburridísima, sino experimentos prácticos y divertidos que les mostraban a esas nenas que también podían ser las próximas Marie Curie, con toda la actitud y el criterio.
Pero no todo es color de rosa, chunches. Una investigación gringa, de la Asociación Americana de Psicología, nos pone las alarmas: parece que desde los seis años los niños ya creen que los hombres son mejores en cosas de computación e ingeniería. ¡Qué engaño! Esa idea, como que se va quedando pegada en las nenas conforme crecen. Ahí es donde entra el TEC con esta iniciativa, tratando de romper ese ciclo y demostrarles que sí se puede cambiar la vara.
La Rectora del TEC, María Estrada Sánchez, lo dijo clarito: “Queremos ir en contra de esos mitos mostrando experiencias reales”. Y vaya que lo hicieron. Se organizaron retos científicos mensuales que las nenas pueden hacer en sus casas, con cosas que tengan a mano. Ya van más de 30 retos publicados en Instagram y Facebook, y unas 40 nenas se engancharon, haciendo preguntas y compartiendo sus descubrimientos. ¡Un chute de motivación pa’ to’as!
Y no estaban solas, ay dios mío. Se unieron otras universidades importantes como la UCR, la UNA, la UNED, e incluso el Cenat. Cada una puso su granito de arena con stands informativos y charlas interesantes. Hasta CoopeAnde se apuntó como patrocinador, porque parece que a mucha gente le late la idea de apoyar a las futuras científicas de Costa Rica. Es increíble ver cómo se unen las fuerzas pa’ impulsar este tipo de proyectos, diay, qué chévere.
Lo bueno de todo esto es que no es novedad. Este día se celebra todos los años, pero ahora llegó a Cartago, y eso demuestra que el interés por la ciencia femenina está creciendo. Antes era algo más escondido, más modesto, pero ahora se ve que la cosa está tomando fuerza. Hay cada vez más nenas interesadas, más maestras dispuestas a ayudar, y más empresas y organizaciones que quieren echarle una mano. ¡Así se hace, maes!
Ahora, este brete me recuerda a la vieja serie de Bill Nye, el científico, pero con un toque mucho más tico y enfocado en las nenas. Que más da, ¿no? Lo importante es despertar esa curiosidad científica, esa ganas de preguntar ‘¿por qué?’ y de experimentar con todo. Porque así es como se descubre cosas nuevas, así es como se construye un futuro mejor para nos otros, y especialmente, para las próximas generaciones de científicas costarricenses. Parece que estamos viendo un cambio de paradigma, y ojalá siga así.
Después de leer todo esto, me queda una pregunta pendiendo: ¿ustedes creen que iniciativas como esta son suficientes para romper los estereotipos de género en la ciencia, o necesitamos hacer aún más para empoderar a las mujeres y niñas en STEM? ¡Déjenme saber su opinión en el foro!
Este año, Cartago fue la sede de este brete, y ahí se juntaron unas 120 estudiantes de primaria de todo el país. Imagínense la movida: talleres de biología, física, química... todo explicado por maestras del TEC y estudiantes del Colegio Científico de Cartago, que le pusieron sabor a la cosa. No era pura teoría aburridísima, sino experimentos prácticos y divertidos que les mostraban a esas nenas que también podían ser las próximas Marie Curie, con toda la actitud y el criterio.
Pero no todo es color de rosa, chunches. Una investigación gringa, de la Asociación Americana de Psicología, nos pone las alarmas: parece que desde los seis años los niños ya creen que los hombres son mejores en cosas de computación e ingeniería. ¡Qué engaño! Esa idea, como que se va quedando pegada en las nenas conforme crecen. Ahí es donde entra el TEC con esta iniciativa, tratando de romper ese ciclo y demostrarles que sí se puede cambiar la vara.
La Rectora del TEC, María Estrada Sánchez, lo dijo clarito: “Queremos ir en contra de esos mitos mostrando experiencias reales”. Y vaya que lo hicieron. Se organizaron retos científicos mensuales que las nenas pueden hacer en sus casas, con cosas que tengan a mano. Ya van más de 30 retos publicados en Instagram y Facebook, y unas 40 nenas se engancharon, haciendo preguntas y compartiendo sus descubrimientos. ¡Un chute de motivación pa’ to’as!
Y no estaban solas, ay dios mío. Se unieron otras universidades importantes como la UCR, la UNA, la UNED, e incluso el Cenat. Cada una puso su granito de arena con stands informativos y charlas interesantes. Hasta CoopeAnde se apuntó como patrocinador, porque parece que a mucha gente le late la idea de apoyar a las futuras científicas de Costa Rica. Es increíble ver cómo se unen las fuerzas pa’ impulsar este tipo de proyectos, diay, qué chévere.
Lo bueno de todo esto es que no es novedad. Este día se celebra todos los años, pero ahora llegó a Cartago, y eso demuestra que el interés por la ciencia femenina está creciendo. Antes era algo más escondido, más modesto, pero ahora se ve que la cosa está tomando fuerza. Hay cada vez más nenas interesadas, más maestras dispuestas a ayudar, y más empresas y organizaciones que quieren echarle una mano. ¡Así se hace, maes!
Ahora, este brete me recuerda a la vieja serie de Bill Nye, el científico, pero con un toque mucho más tico y enfocado en las nenas. Que más da, ¿no? Lo importante es despertar esa curiosidad científica, esa ganas de preguntar ‘¿por qué?’ y de experimentar con todo. Porque así es como se descubre cosas nuevas, así es como se construye un futuro mejor para nos otros, y especialmente, para las próximas generaciones de científicas costarricenses. Parece que estamos viendo un cambio de paradigma, y ojalá siga así.
Después de leer todo esto, me queda una pregunta pendiendo: ¿ustedes creen que iniciativas como esta son suficientes para romper los estereotipos de género en la ciencia, o necesitamos hacer aún más para empoderar a las mujeres y niñas en STEM? ¡Déjenme saber su opinión en el foro!