¡Aguanten! Quiás escucharon hablar del fin del mundo, asteroides, agujeros negros... pero espérense, que esta vainosa es aún más macabra. Resulta que el universo, ese lugar donde pensábamos que iba a haber fiesta cósmica por eras, se anda quedando sin pilas. Sí, así como lo leen: la producción de estrellas se está secando, y la cosa pinta más negra que café sin leche.
Según científicos, y no precisamente de los que andan dando vueltas con teorías raras, estamos viviendo en la ‘tarde’ del universo. Imaginen una discoteca gigante, llena de luces brillantes, música a todo volumen, y de repente... ¡puf!, se empiezan a apagar las luces una por una. Eso es básicamente lo que está pasando allá arriba. Y nosotros, los ticos que nos gusta echar un vistazo al cielo para ver si vemos alguna señal, tenemos que empezar a prepararnos mentalmente para un futuro un poquito más oscuro.
El dato que te pondrá los pelos de punta es este: alrededor del 95% de todas las estrellas que iban a existir en el universo ya nacieron. ¡Sí, casi todas! Eso deja solo un 5% de “gasolina” cósmica para seguir creando soles nuevos. Es como tener una picada y que te digan que solo te queda arroz con pollo para el resto de tu vida. Qué bajón, ¿verdad?
Douglas Scott, un cosmólogo canadiense que parece saber lo que dice, lo explicó así: “Ya se nos pasó el mejor momento de formación estelar. Va a haber cada vez menos estrellas nuevas”. En otras palabras, la fiesta cósmica llegó a su fin y ahora estamos en el after, con las pocas luces que quedan prendidas. Y créanme, eso no es exactamente un ambiente festivo.
Pero, ¿cómo funciona esta “fábrica” de estrellas, que parece que se está quemando? Pues resulta que las estrellas no aparecen de la nada. Nacen dentro de nebulosas, unas nubes enormes de polvo y gas. La gravedad hace su trabajo, apretando ese material hasta que se calienta tanto que se enciende la chispa nuclear. ¡Boom! Ahí tienes una nueva estrella. El problema es que el universo se está expandiendo y enfriando, así que cada vez es más difícil que la gravedad logre juntar suficiente material para encender esas chispas.
Y hablando de cómo terminan las cosas, las estrellas también tienen su fecha de vencimiento. Las más grandes, las verdaderas cargas, explotan en supernovas, unos estallidos gigantescos de luz y energía. Son como fuegos artificiales cósmicos, pero a lo bestia. Por otro lado, las estrellas más pequeñas, como nuestro Sol, se van apagando lentamente, consumiendo su combustible poco a poco hasta convertirse en brasas frías flotando en el espacio. Un final tristón, pero tranquilos, que eso pasa en miles de millones de años.
Ahora, no se me pongannnn a pensar que esto significa que mañana mismo vamos a estar a oscuras. Estamos hablando de escalas de tiempo inimaginablemente largas, así que no nos vamos a quedar sin estrellas de la noche a la mañana. Pero sí es bueno saber que estamos viviendo en una época peculiar de la historia del universo, una especie de 'universozombie', como dicen algunos científicos – todavía existe, pero ya no está creciendo ni reproduciéndose.
Y aquí viene la reflexión, mi gente. Vivimos en un universo que ya dio lo mejor de sí. Dentro de billones de años, el cielo nocturno será un espectáculo mucho más sombrío y solitario que el que vemos hoy. Así que, aprovechen para salir a mirar las estrellas mientras podamos, porque pronto podrían quedarse pocas. Entonces dime, ¿con esta noticia de que el universo se está apagando, sientes que te da por buscar un telescopio nuevo o sigues pensando que es pura vaina de astrónomos?
Según científicos, y no precisamente de los que andan dando vueltas con teorías raras, estamos viviendo en la ‘tarde’ del universo. Imaginen una discoteca gigante, llena de luces brillantes, música a todo volumen, y de repente... ¡puf!, se empiezan a apagar las luces una por una. Eso es básicamente lo que está pasando allá arriba. Y nosotros, los ticos que nos gusta echar un vistazo al cielo para ver si vemos alguna señal, tenemos que empezar a prepararnos mentalmente para un futuro un poquito más oscuro.
El dato que te pondrá los pelos de punta es este: alrededor del 95% de todas las estrellas que iban a existir en el universo ya nacieron. ¡Sí, casi todas! Eso deja solo un 5% de “gasolina” cósmica para seguir creando soles nuevos. Es como tener una picada y que te digan que solo te queda arroz con pollo para el resto de tu vida. Qué bajón, ¿verdad?
Douglas Scott, un cosmólogo canadiense que parece saber lo que dice, lo explicó así: “Ya se nos pasó el mejor momento de formación estelar. Va a haber cada vez menos estrellas nuevas”. En otras palabras, la fiesta cósmica llegó a su fin y ahora estamos en el after, con las pocas luces que quedan prendidas. Y créanme, eso no es exactamente un ambiente festivo.
Pero, ¿cómo funciona esta “fábrica” de estrellas, que parece que se está quemando? Pues resulta que las estrellas no aparecen de la nada. Nacen dentro de nebulosas, unas nubes enormes de polvo y gas. La gravedad hace su trabajo, apretando ese material hasta que se calienta tanto que se enciende la chispa nuclear. ¡Boom! Ahí tienes una nueva estrella. El problema es que el universo se está expandiendo y enfriando, así que cada vez es más difícil que la gravedad logre juntar suficiente material para encender esas chispas.
Y hablando de cómo terminan las cosas, las estrellas también tienen su fecha de vencimiento. Las más grandes, las verdaderas cargas, explotan en supernovas, unos estallidos gigantescos de luz y energía. Son como fuegos artificiales cósmicos, pero a lo bestia. Por otro lado, las estrellas más pequeñas, como nuestro Sol, se van apagando lentamente, consumiendo su combustible poco a poco hasta convertirse en brasas frías flotando en el espacio. Un final tristón, pero tranquilos, que eso pasa en miles de millones de años.
Ahora, no se me pongannnn a pensar que esto significa que mañana mismo vamos a estar a oscuras. Estamos hablando de escalas de tiempo inimaginablemente largas, así que no nos vamos a quedar sin estrellas de la noche a la mañana. Pero sí es bueno saber que estamos viviendo en una época peculiar de la historia del universo, una especie de 'universozombie', como dicen algunos científicos – todavía existe, pero ya no está creciendo ni reproduciéndose.
Y aquí viene la reflexión, mi gente. Vivimos en un universo que ya dio lo mejor de sí. Dentro de billones de años, el cielo nocturno será un espectáculo mucho más sombrío y solitario que el que vemos hoy. Así que, aprovechen para salir a mirar las estrellas mientras podamos, porque pronto podrían quedarse pocas. Entonces dime, ¿con esta noticia de que el universo se está apagando, sientes que te da por buscar un telescopio nuevo o sigues pensando que es pura vaina de astrónomos?
