Disculpen que ingrese tan tarde a este post, se debe a que me trasladé de apartamento y el ICE me tuvo sin Internet por más de 22 días (además de mi baneo.. pero ya eso es historia)
He leído los post anteriores y siento que los cuestionamientos respecto a la oración (o al rezo) tienen algún asidero lógico.
Como cristiano, considero la oración como el recurso que Dios proveyó para mantenernos en comunicación con Él... no es ninguna otra cosa.
Lo que sucede, es que muchas personas convierten a Dios en un bombero divino a quien se debe llamar cuando la casa está en llamas... no antes.
La oración es el medio por el cual mantengo una relación personal con Dios y Dios conmigo. Yo oro y Él responde. Sobre su respuesta y debido a que Él ya no tiene como norma comunicarse directamente (con voz audible) conmigo, es donde muchas veces se presenta la controversia.
Dios puede contestar de tres maneras: Sí, No y espere.
Cuando la respuesta es afirmativa, no tenemos gran problema en identificarla. Alguien oró por sanidad y la persona sanó.. alguien oró porque apareciera un trabajo y el trabajo apareció. ¡Gracias Señor! es la reacción posterior.
Pero cuando Dios contesta "NO" o "Espere" es cuando no nos hace la menor gracia... no es lo que esperábamos y si no actuamos con la madurez necesaria, entonces nos enojamos como "chiquitos" malcriados, refunfuñamos y maldecimos.
Para ilustrar un poco el por qué Dios a veces contesta que NO o ESPERE, siempre recurro a una analogía sencilla: Si mi hijo, de cinco años, me pide que le compre una navajilla de afeitar (de esas que se ponen en una maquinilla) porque quiere jugar con ella, es muy probable que mi respuesta sea NO o ESPERE.
NO: Porque, como padre estoy absolutamente seguro que mi hijo se hará daño con la navajilla cuando juegue con ella. Además porque ese artículo no es un juguete y su filo realmente lo pone en riesgo.
ESPERE: Porque considero que debe crecer un poco más y cuando esté listo, se la voy a dar con mi observación y mi dirección. Quizá podría herirse, pero estaré ahí para curarlo de ser necesario.
En la vida, la oración de petición, (por cierto, la más común) que tiene como respuesta NO o ESPERE es porque Dios considera, en su omnisciencia, que lo que estamos pidiendo, nos será más dañino que beneficioso o bien porque no estamos preparados para asumir las consecuencias de recibir la respuesta positiva.
Jesucristo, en Getsemaní oró: "Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42). He aquí un ejemplo de una petición madura. Él deseaba realmente no tener que morir en la cruz, pero aunque esa es su petición, está dispuesto a aceptar la voluntad de su Padre, aunque esa voluntad y en corto plazo, significara un trago realmente amargo de tomar.
Pero recuerden algo. La oración no es sólo para pedir, también existe para agradecer y para interceder por otras personas.
Creo que la oración para el creyente, es un recurso valioso. Si estamos preparados para cualquiera de esas tres respuestas, hemos alcanzado el nivel de madurez para aceptar un no como respuesta, sin sentirnos abandonados o frustrados.