Bueno, pues díganme si esto no es pa' hacerse bolas. Resulta que en Japón, esos inventores siempre pensando en cosas raras, han creado una 'lavadora' que no lava ropa, sino gente. Sí, así como lo leo, una máquina que te da un masito de espuma leyendo tus signos vitales mientras te enjabona. ¿Y cuánto cuesta esta vaina? Prepárense porque pa' algunos es más caro que comprar un terrenito en Atenas.
La empresa Science Co. ha lanzado al mercado la Mirai Human Washing Machine, presentada como la gran novedad en la Expo Osaka 2025. Imagínatelo: una capsula futurista que promete revolucionar, o al menos automatizar, el simple acto de bañarse. Parece sacado de los Simpsons, pero ahí lo tienen, materializado en acero inoxidable y chips de inteligencia artificial. Aparentemente, es una joya tecnológica, pero también un dolor de cabeza para el bolsillo.
Así funciona este brete: te metes en una cabina de unos dos metros y medio, te echas, cierras la tapa y empieza un ciclo de quince minutos donde no hay necesidad de llamar a nadie. Olvídate de mangueras y jabones fuertes. Aquí entran en juego las microburbujas que limpian profundamente y una neblina que te deja como nuevo. Pa' rematar, la máquina lee tu ritmo cardiaco, presión arterial y demás, ajustando la temperatura del agua y hasta poniendo música relajante. ¡Un verdadero spa high-tech!
Pero llegamos al meollo del asunto: el precio. Al principio hubo confusión con las conversiones, pero la verdad salió a relucir: seis mil millones de yenes. Eso, convertido a dólares, son unos cuatrocientos mil billetes verdes, que acá en Colones significan ¡más de doscientos cinco millones de colones! Dígame, ¿usted vendería el carro y la casa pa’ darse este lujo?
Pa’ ponerlo en perspectiva, con esa lana podrías comprarte un buen terreno en Escazu, una casita acogedora en Grecia Sur, o incluso una camioneta flamante y mantener a toda la familia por varios años. Es pura locura pensar que alguien gaste tanto dinero en algo que, al final, es simplemente bañarse. Pero bueno, cada quien con sus gustos, dicen… aunque creo que prefiero seguir usando la regadera de toda la vida, sincero.
Según los fabricantes, este cachivache no va a estar en los almacenes de electrodomésticos de Alajuela ni San José. Su mercado principal son los hoteles de lujo en Asia, spas exclusivos y centros de bienestar de alto standing. Ya hay un hotel en Osaka que compró la primera unidad para ofrecer una experiencia VIP a sus huéspedes. Imagínese llegar al hotel y tener la opción de pedirte un baño robotizado. ¡Con eso te olvidas del estrés de viajar!
Más allá de la extravagancia, algunos expertos aseguran que esta máquina podría tener aplicaciones útiles en el futuro, especialmente para cuidar a personas mayores o con problemas de movilidad. Podría devolverles su privacidad y dignidad al momento de bañarse, siempre y cuando la tecnología se haga más accesible. Lo que hoy es un capricho de ricos, mañana podría ser una herramienta para mejorar la calidad de vida de muchos. Sería un cambio radical, ¿verdad?
En fin, la cosa está clara: Japón sigue siendo líder en innovación, aunque a veces nos saquen unas ideas bien alocadas. Ahora me pregunto, ¿sería más cómodo bañarse con una máquina que analiza tus signos vitales o seguir disfrutando de la simplicidad de un buen baño caliente en casa? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
La empresa Science Co. ha lanzado al mercado la Mirai Human Washing Machine, presentada como la gran novedad en la Expo Osaka 2025. Imagínatelo: una capsula futurista que promete revolucionar, o al menos automatizar, el simple acto de bañarse. Parece sacado de los Simpsons, pero ahí lo tienen, materializado en acero inoxidable y chips de inteligencia artificial. Aparentemente, es una joya tecnológica, pero también un dolor de cabeza para el bolsillo.
Así funciona este brete: te metes en una cabina de unos dos metros y medio, te echas, cierras la tapa y empieza un ciclo de quince minutos donde no hay necesidad de llamar a nadie. Olvídate de mangueras y jabones fuertes. Aquí entran en juego las microburbujas que limpian profundamente y una neblina que te deja como nuevo. Pa' rematar, la máquina lee tu ritmo cardiaco, presión arterial y demás, ajustando la temperatura del agua y hasta poniendo música relajante. ¡Un verdadero spa high-tech!
Pero llegamos al meollo del asunto: el precio. Al principio hubo confusión con las conversiones, pero la verdad salió a relucir: seis mil millones de yenes. Eso, convertido a dólares, son unos cuatrocientos mil billetes verdes, que acá en Colones significan ¡más de doscientos cinco millones de colones! Dígame, ¿usted vendería el carro y la casa pa’ darse este lujo?
Pa’ ponerlo en perspectiva, con esa lana podrías comprarte un buen terreno en Escazu, una casita acogedora en Grecia Sur, o incluso una camioneta flamante y mantener a toda la familia por varios años. Es pura locura pensar que alguien gaste tanto dinero en algo que, al final, es simplemente bañarse. Pero bueno, cada quien con sus gustos, dicen… aunque creo que prefiero seguir usando la regadera de toda la vida, sincero.
Según los fabricantes, este cachivache no va a estar en los almacenes de electrodomésticos de Alajuela ni San José. Su mercado principal son los hoteles de lujo en Asia, spas exclusivos y centros de bienestar de alto standing. Ya hay un hotel en Osaka que compró la primera unidad para ofrecer una experiencia VIP a sus huéspedes. Imagínese llegar al hotel y tener la opción de pedirte un baño robotizado. ¡Con eso te olvidas del estrés de viajar!
Más allá de la extravagancia, algunos expertos aseguran que esta máquina podría tener aplicaciones útiles en el futuro, especialmente para cuidar a personas mayores o con problemas de movilidad. Podría devolverles su privacidad y dignidad al momento de bañarse, siempre y cuando la tecnología se haga más accesible. Lo que hoy es un capricho de ricos, mañana podría ser una herramienta para mejorar la calidad de vida de muchos. Sería un cambio radical, ¿verdad?
En fin, la cosa está clara: Japón sigue siendo líder en innovación, aunque a veces nos saquen unas ideas bien alocadas. Ahora me pregunto, ¿sería más cómodo bañarse con una máquina que analiza tus signos vitales o seguir disfrutando de la simplicidad de un buen baño caliente en casa? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
