¡Ay, Dios mío! El sector turístico, que nos da pa’ mantener a tantísima gente acá en el país, anda bien preocupao’. No es broma, la Cámara Costarricense de Hoteles (CCH) soltó un comunicado que te ponía los pelos de punta, hablando del tipo de cambio que ha caído pa’ abajo como pipa caliente. Parece que estamos reviviendo tiempos de hace unas cuantas décadas, y eso no le cae nada contento a nadie que trabaje con turismo.
La cosa es así: el tipo de cambio, que va dando tumbos ya casi un mes, está en niveles que no se veían desde hace unos veinte años. Imagínate, una generación entera que nunca había vivido esto. Y no solo es el tipo de cambio, ¿eh? Que sumándole a eso, los costos operativos de los hoteles y negocios turísticos han ido subiendo como espuma. Un brete la cosa, porque ahora tienen que pagar más caro por todo, desde la comida hasta la electricidad, y encima se pelean con los turistas que vienen con plata menos.
Floria Ayub, la directora ejecutiva de la CCH, no andaba con rodeos al hablar con los medios. Dijo que además del tipo de cambio, la inseguridad en el país y el estado deplorable de algunas carreteras están echando a perder la imagen de Costa Rica a nivel mundial. “Ya no somos el paraíso seguro y tranquilo de antes,” comentó con cara de pocos amigos. ¡Qué pena decirlo, pero es la verdad!
Y ni hablar del tráfico, mae. A veces te toca pasar horas atascado en la ruta 27, y eso no es precisamente lo que busca un turista que viene a relajarse. Se imaginan llegar al hotel después de una tortura así… Ya pierden las ganas de disfrutar del país completo, y eso afecta a todos los negocios que dependen del turismo. Además, la infraestructura pública está pidiendo a gritos una manito de gato; vías alternativas, mejoras en transporte público... ¡un montón de cosas pendientes!
Lo peor de todo es que esto coincide con campañas internacionales que están poniendo en duda la seguridad de Costa Rica. Tenemos que ponerlele duro al gobierno para que tome cartas en el asunto, porque si seguimos así, vamos a perder terreno frente a otros países de la región que sí están invirtiendo en mejorar su imagen y atraer turistas. Piensa en Panamá, México, Colombia... todos ellos están trabajando duro para ganarse el corazón de los viajeros, y nosotros aquí, batallando con el tipo de cambio y la inseguridad.
Canatur, la Cámara Nacional de Turismo, también ha levantado la voz. Están coordinando reuniones con funcionarios del gobierno para buscar soluciones, pero la verdad es que la situación se pone más crítica día tras día. Hablan de medidas urgentes, como incentivos fiscales para el sector turístico y políticas monetarias que ayuden a estabilizar el tipo de cambio. Pero eso, como todo en este país, lleva su tiempo, y el tiempo es oro cuando se trata de turismo.
Algunos analistas económicos sugieren que el Banco Central debería intervenir en el mercado de divisas para frenar la caída del colón. Otros dicen que se necesita una reforma fiscal integral para aumentar los ingresos del Estado y fortalecer la economía nacional. En fin, hay muchas opiniones al respecto, pero lo cierto es que no existe una fórmula mágica para solucionar este problema. Requiere de un esfuerzo conjunto entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil.
Ahora bien, la gran pregunta que queda flotando en el aire es: ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestro futuro turístico por culpa de malas decisiones económicas y políticas? ¿Qué medidas concretas cree usted que deberían tomarse para rescatar al sector turístico costarricense y garantizar un futuro próspero para nuestra nación?
La cosa es así: el tipo de cambio, que va dando tumbos ya casi un mes, está en niveles que no se veían desde hace unos veinte años. Imagínate, una generación entera que nunca había vivido esto. Y no solo es el tipo de cambio, ¿eh? Que sumándole a eso, los costos operativos de los hoteles y negocios turísticos han ido subiendo como espuma. Un brete la cosa, porque ahora tienen que pagar más caro por todo, desde la comida hasta la electricidad, y encima se pelean con los turistas que vienen con plata menos.
Floria Ayub, la directora ejecutiva de la CCH, no andaba con rodeos al hablar con los medios. Dijo que además del tipo de cambio, la inseguridad en el país y el estado deplorable de algunas carreteras están echando a perder la imagen de Costa Rica a nivel mundial. “Ya no somos el paraíso seguro y tranquilo de antes,” comentó con cara de pocos amigos. ¡Qué pena decirlo, pero es la verdad!
Y ni hablar del tráfico, mae. A veces te toca pasar horas atascado en la ruta 27, y eso no es precisamente lo que busca un turista que viene a relajarse. Se imaginan llegar al hotel después de una tortura así… Ya pierden las ganas de disfrutar del país completo, y eso afecta a todos los negocios que dependen del turismo. Además, la infraestructura pública está pidiendo a gritos una manito de gato; vías alternativas, mejoras en transporte público... ¡un montón de cosas pendientes!
Lo peor de todo es que esto coincide con campañas internacionales que están poniendo en duda la seguridad de Costa Rica. Tenemos que ponerlele duro al gobierno para que tome cartas en el asunto, porque si seguimos así, vamos a perder terreno frente a otros países de la región que sí están invirtiendo en mejorar su imagen y atraer turistas. Piensa en Panamá, México, Colombia... todos ellos están trabajando duro para ganarse el corazón de los viajeros, y nosotros aquí, batallando con el tipo de cambio y la inseguridad.
Canatur, la Cámara Nacional de Turismo, también ha levantado la voz. Están coordinando reuniones con funcionarios del gobierno para buscar soluciones, pero la verdad es que la situación se pone más crítica día tras día. Hablan de medidas urgentes, como incentivos fiscales para el sector turístico y políticas monetarias que ayuden a estabilizar el tipo de cambio. Pero eso, como todo en este país, lleva su tiempo, y el tiempo es oro cuando se trata de turismo.
Algunos analistas económicos sugieren que el Banco Central debería intervenir en el mercado de divisas para frenar la caída del colón. Otros dicen que se necesita una reforma fiscal integral para aumentar los ingresos del Estado y fortalecer la economía nacional. En fin, hay muchas opiniones al respecto, pero lo cierto es que no existe una fórmula mágica para solucionar este problema. Requiere de un esfuerzo conjunto entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil.
Ahora bien, la gran pregunta que queda flotando en el aire es: ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestro futuro turístico por culpa de malas decisiones económicas y políticas? ¿Qué medidas concretas cree usted que deberían tomarse para rescatar al sector turístico costarricense y garantizar un futuro próspero para nuestra nación?