¡Ay, Dios mío! Esto se puso feo, changuiños. La Policía de Tránsito anda apretándole duro a los que andan circulando con motonetas y carros de medio pelo en las zonas rurales. Ya no es broma, la cosa está saliendo de quicio y parece que algunos se creen dueños del monte. Lo que empezó siendo unas cuantas faltitas, ahora se ha convertido en un brete serio de seguridad.
Parece que la paciencia de Tránsito se agotó, porque llevan rato viendo cómo se multiplican las motos sin papeles, con placas inventadas o directamente clonadas. Especialmente en esos cantones lejanitos del Valle Central, donde el control siempre ha sido un poco más flojo. Al parecer, algunos aprovecharon la situación para hacer de las suyas, pensando que nadie les iba a poner atención. Pues ahora sí que se la van a encontrar, mi pana.
El caso de Los Chiles es clarito: ahí mismo decomisaron once motos y un montón de pares de placas sospechosas. ¡Una torta! Pero esto no es un caso aislado, señores. Tránsito dice que este patrón se repite en varios rincones del país, donde la gente necesita el carro o la moto para trabajar y mover piénsaperos, pero no quieren cumplir con las leyes. ¡Qué pena!
Y aquí viene lo turbio, porque no solo estamos hablando de infracciones de tráfico, sino también de posibles nexos con actividades ilícitas. Imagínate, una moto sin placa ni seguro… ¿Quién la va a estar usando, changui? Un mae honesto que va a sembrar sus papayas, o alguien metido en cosas que no van conmigo. Eso sí que da cosita.
Por eso, los operativos ahora son más estrictos y buscan sacar de la carretera estos vehículos que son un peligro para todos. No solo por la falta de revisión técnica o seguro obligatorio, sino porque pueden estar sirviendo para hacer travesuras. Y eso, en Costa Rica, no se vale, diay.
Pero ojo, no se pretende criminalizar a la gente trabajadora que usa la moto para ir al campo o llevar a los niños a la escuela. La idea es separar a los cumplidores de la ley de aquellos que se creen por encima de ella. Así que si tienes la documentación al día, usa placas legales y respeta las señales, no tendrás problemas, mae. Estás chillao.
Tránsito insiste en que estos controles son parte de una estrategia continua, no solo operativos sorpresa. Quieren dejarle claro a la delincuencial que en Costa Rica hay ley y que no se la van a pasar. Además, buscan reducir los accidentes de tráfico, porque muchas de estas motos están en pésimas condiciones y ponen en riesgo la vida de sus conductores y de los demás usuarios de la vía pública. ¡Qué sal!
Ahora bien, me pregunto: ¿Creen ustedes que es justo endurecer los controles en las zonas rurales, incluso si eso afecta a personas que necesitan la moto para trabajar? ¿O deberíamos buscar otras soluciones, como facilitarles el acceso a créditos para legalizar sus vehículos? ¡Denme su opinión, cambien ideas! ¿Es más importante la ley o ayudar a nuestros hermanos campesinos?
Parece que la paciencia de Tránsito se agotó, porque llevan rato viendo cómo se multiplican las motos sin papeles, con placas inventadas o directamente clonadas. Especialmente en esos cantones lejanitos del Valle Central, donde el control siempre ha sido un poco más flojo. Al parecer, algunos aprovecharon la situación para hacer de las suyas, pensando que nadie les iba a poner atención. Pues ahora sí que se la van a encontrar, mi pana.
El caso de Los Chiles es clarito: ahí mismo decomisaron once motos y un montón de pares de placas sospechosas. ¡Una torta! Pero esto no es un caso aislado, señores. Tránsito dice que este patrón se repite en varios rincones del país, donde la gente necesita el carro o la moto para trabajar y mover piénsaperos, pero no quieren cumplir con las leyes. ¡Qué pena!
Y aquí viene lo turbio, porque no solo estamos hablando de infracciones de tráfico, sino también de posibles nexos con actividades ilícitas. Imagínate, una moto sin placa ni seguro… ¿Quién la va a estar usando, changui? Un mae honesto que va a sembrar sus papayas, o alguien metido en cosas que no van conmigo. Eso sí que da cosita.
Por eso, los operativos ahora son más estrictos y buscan sacar de la carretera estos vehículos que son un peligro para todos. No solo por la falta de revisión técnica o seguro obligatorio, sino porque pueden estar sirviendo para hacer travesuras. Y eso, en Costa Rica, no se vale, diay.
Pero ojo, no se pretende criminalizar a la gente trabajadora que usa la moto para ir al campo o llevar a los niños a la escuela. La idea es separar a los cumplidores de la ley de aquellos que se creen por encima de ella. Así que si tienes la documentación al día, usa placas legales y respeta las señales, no tendrás problemas, mae. Estás chillao.
Tránsito insiste en que estos controles son parte de una estrategia continua, no solo operativos sorpresa. Quieren dejarle claro a la delincuencial que en Costa Rica hay ley y que no se la van a pasar. Además, buscan reducir los accidentes de tráfico, porque muchas de estas motos están en pésimas condiciones y ponen en riesgo la vida de sus conductores y de los demás usuarios de la vía pública. ¡Qué sal!
Ahora bien, me pregunto: ¿Creen ustedes que es justo endurecer los controles en las zonas rurales, incluso si eso afecta a personas que necesitan la moto para trabajar? ¿O deberíamos buscar otras soluciones, como facilitarles el acceso a créditos para legalizar sus vehículos? ¡Denme su opinión, cambien ideas! ¿Es más importante la ley o ayudar a nuestros hermanos campesinos?
