Bueno, maes, ya se armó la papeleta del PLN para los diputados por Chepe. Y como siempre en esta época, la vara viene con su dosis de discursos de “renovación” que, viéndola bien, deja un par de preguntas en el aire. El partido nos tira la lista y, de paso, nos vende la idea de que ahora sí, esta es la fracción del cambio, una bancada “muy distinta” sin “los apellidos de siempre”. Suena tuanis, ¿verdad? Casi que dan ganas de creerles, pero diay, uno que ya tiene colmillo en esto, se pone a rascar un poquito y la pintura fresca empieza a cuartearse.
Vamos al grano. La cabeza de la lista es Álvaro Ramírez, el jefe de campaña de don Álvaro Ramos. Cero sorpresa ahí, es el hombre de confianza del candidato y era de esperarse que le guardaran el campito. Es política 101. Pero después la cosa se pone interesante. Nos hablan de “caras, nombres e ideas completamente distintas”, pero en el segundo lugar aparece Iztarú Alfaro, que ya tiene su buen rato como regidora en la Muni de San José. En el tercero, Rafael “Fello” Vargas, exalcalde de Goicoechea. Ojo, no digo que sean malos perfiles, pero ¿“completamente distintos”? Mae, son figuras que ya han estado en el brete público y dentro de la estructura verdiblanca por años. No son ningunos novatos que aparecieron de la nada.
Y la lista sigue por esa misma línea. Andrea Valverde, con más de 20 años de militancia en el partido, y Marco Badilla, exdirector de Migración. De nuevo, gente con trayectoria, gente que conoce el teje y maneje del partido desde adentro. Entonces, la pregunta es obligatoria: ¿a qué se refieren exactamente con “renovación”? ¿Será que la renovación es simplemente no poner a un Figueres o a un Arias en los primeros puestos? Porque si esa es la vara, entonces sí, lo lograron. Pero si la idea era presentar un equipo que se sintiera genuinamente nuevo y ajeno a las cúpulas tradicionales, pues la verdad es que el resultado es, por lo menos, debatible. Se siente más como una movida estratégica que como un cambio de ADN.
Mientras tanto, en el resto del país el despiche es otro. La nota dice que Guanacaste y San José son las que van más adelantadas. Pero en provincias como Limón y Heredia, la cosa va a paso de tortuga, como si se lo estuvieran tomando con una calma que ya empieza a preocupar. Y ni hablemos de Puntarenas, donde con costos soltaron el nombre del primer lugar, Norjelens Lobo, un dirigente de Coto Brus, y adiós. Parece que el partido está jugando ajedrez en la capital mientras en las costas apenas están poniendo el tablero. Esta diferencia de velocidades demuestra que la coordinación interna no está tan a cachete como nos quieren hacer creer.
Al final del día, lo que tenemos en San José es una lista que intenta equilibrar la lealtad al candidato presidencial con figuras de peso y trayectoria dentro del partido. No se jalaron una torta monumental, pero tampoco es la revolución que pregonan. Es una jugada segura, calculada, que busca no asustar a la base tradicional mientras intentan venderle un aire fresco al votante indeciso. Un clásico de la política tica. Pero la pregunta del millón queda para nosotros, los que al final vamos a votar.
¿Ustedes qué dicen? ¿Les suena a cambio de verdad o es el mismo chunche con diferente empaque?
Vamos al grano. La cabeza de la lista es Álvaro Ramírez, el jefe de campaña de don Álvaro Ramos. Cero sorpresa ahí, es el hombre de confianza del candidato y era de esperarse que le guardaran el campito. Es política 101. Pero después la cosa se pone interesante. Nos hablan de “caras, nombres e ideas completamente distintas”, pero en el segundo lugar aparece Iztarú Alfaro, que ya tiene su buen rato como regidora en la Muni de San José. En el tercero, Rafael “Fello” Vargas, exalcalde de Goicoechea. Ojo, no digo que sean malos perfiles, pero ¿“completamente distintos”? Mae, son figuras que ya han estado en el brete público y dentro de la estructura verdiblanca por años. No son ningunos novatos que aparecieron de la nada.
Y la lista sigue por esa misma línea. Andrea Valverde, con más de 20 años de militancia en el partido, y Marco Badilla, exdirector de Migración. De nuevo, gente con trayectoria, gente que conoce el teje y maneje del partido desde adentro. Entonces, la pregunta es obligatoria: ¿a qué se refieren exactamente con “renovación”? ¿Será que la renovación es simplemente no poner a un Figueres o a un Arias en los primeros puestos? Porque si esa es la vara, entonces sí, lo lograron. Pero si la idea era presentar un equipo que se sintiera genuinamente nuevo y ajeno a las cúpulas tradicionales, pues la verdad es que el resultado es, por lo menos, debatible. Se siente más como una movida estratégica que como un cambio de ADN.
Mientras tanto, en el resto del país el despiche es otro. La nota dice que Guanacaste y San José son las que van más adelantadas. Pero en provincias como Limón y Heredia, la cosa va a paso de tortuga, como si se lo estuvieran tomando con una calma que ya empieza a preocupar. Y ni hablemos de Puntarenas, donde con costos soltaron el nombre del primer lugar, Norjelens Lobo, un dirigente de Coto Brus, y adiós. Parece que el partido está jugando ajedrez en la capital mientras en las costas apenas están poniendo el tablero. Esta diferencia de velocidades demuestra que la coordinación interna no está tan a cachete como nos quieren hacer creer.
Al final del día, lo que tenemos en San José es una lista que intenta equilibrar la lealtad al candidato presidencial con figuras de peso y trayectoria dentro del partido. No se jalaron una torta monumental, pero tampoco es la revolución que pregonan. Es una jugada segura, calculada, que busca no asustar a la base tradicional mientras intentan venderle un aire fresco al votante indeciso. Un clásico de la política tica. Pero la pregunta del millón queda para nosotros, los que al final vamos a votar.
¿Ustedes qué dicen? ¿Les suena a cambio de verdad o es el mismo chunche con diferente empaque?
