¡Ay, Dios mío! Qué movida la que vivimos ayer en Zapote. Con toda la pompa y circunstancia, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) agarró las riendas de la Fuerza Pública. Sí, así como lo leen, la policía ahora responde ante el TSE hasta que termine la campaña presidencial. Imaginen la escena: los candidatos ahí, sentaditos, mirando como se hacía la entrega… ¡Parecía competencia de quién tenía el mejor traje!
La verdad es que esto del cambio de mando ha generado mucho ruido, y no precisamente porque estuviera frío el café. Desde hace rato se venía rumoreando que esto iba a pasar, pero verlo en carne propia es otra cosa. El gobierno, con Don Rodri Chaves al frente, entregó formalmente las funciones de control de orden público al TSE, argumentando que es necesario garantizar unas elecciones limpias y transparentes. Claro, como si eso fuera suficiente para calmar los ánimos.
Allí estaban Laura Fernández, Claudia Dobles, Natalia Díaz y Álvaro Ramos, los cuatro aspirantes a la Presidencia, sentados prácticamente uno al lado del otro, como esperando a ver quién agarra primero el micrófono. Se vieron algunas sonrisas tensas, saludos protocolarios... ¡Pero vaya!, más parecía una espera en la farmacia que una reunión de líderes del país. Uno podía sentir la tensión cortarse con cuchillo, diay, qué brete estamos viviendo.
Y hablando de tensión, la intervención de Eugenia Zamora, presidenta del TSE, fue de campeonato. En lugar de meterle salsa al asunto, prefirió darle un toque serio a la ceremonia, recordándoles a los candidatos que estas cuatro campañas deben estar enfocadas en soluciones reales para los ticos, y no en ataques personales ni promesas vacías. Dijo textualmente: “Podemos malgastar este valioso tiempo en insultar a los rivales, caricaturizar sus ideas, repetir sin reflexionar unos pocos eslóganes y avivar la llama de la ira y el miedo mutuos o podemos invertir estos cuatro meses en poner sobre la mesa, con franqueza y rigor, los problemas nacionales y los desafíos que enfrentamos como sociedad”. ¡Uf!, mensaje pa’l oído.
Después de la ceremonia, todo mundo corriendo a dar entrevistas a los medios. Fernández, con su característica energía, salió rodeada de jóvenes gritos de “¡Laura, Presidente!”. Su esposo, fiel compañero, la esperaba con un ramo de flores, pa' demostrarle que siempre tendrá su apoyo. Ramos y Díaz, con menos gente alrededor, pero igual mostrando una actitud positiva, se fueron discretamente, quizás pensando en cómo contrarrestar la popularidad de la candidata oficialista.
Ahora bien, la pregunta que muchos se hacen es: ¿Esto realmente garantiza unas elecciones más justas? Algunos dicen que sí, que tener al TSE supervisando a la policía ayuda a evitar manipulaciones y abusos. Otros, más escépticos, creen que esto debilita la autonomía de la Fuerza Pública y puede generar incertidumbre en cuanto a la seguridad ciudadana. Veremos qué nos depara el destino, chunches. Lo cierto es que la política nacional se puso más interesante de golpe.
Sin ir más lejos, también hay que analizar cómo esto afecta el trabajo de los policías. De repente, se encuentran bajo la lupa del TSE, con nuevas reglas y procedimientos, mientras siguen lidiando con la inseguridad diaria y las exigencias del pueblo. ¡Qué carga!, porque ya tienen bastante encima. Es importante que el TSE les brinde el apoyo y la capacitación necesarios para cumplir con su labor de manera eficiente y segura. Que no los dejen colgados, diay.
Así que, mi estimado lector, dime tú: ¿Crees que la transferencia de poder de la Policía al TSE es una medida necesaria para asegurar la transparencia de las elecciones, o representa una amenaza para la independencia de la Fuerza Pública y la seguridad del país? ¡Déjame leer tus opiniones abajo en los comentarios!
La verdad es que esto del cambio de mando ha generado mucho ruido, y no precisamente porque estuviera frío el café. Desde hace rato se venía rumoreando que esto iba a pasar, pero verlo en carne propia es otra cosa. El gobierno, con Don Rodri Chaves al frente, entregó formalmente las funciones de control de orden público al TSE, argumentando que es necesario garantizar unas elecciones limpias y transparentes. Claro, como si eso fuera suficiente para calmar los ánimos.
Allí estaban Laura Fernández, Claudia Dobles, Natalia Díaz y Álvaro Ramos, los cuatro aspirantes a la Presidencia, sentados prácticamente uno al lado del otro, como esperando a ver quién agarra primero el micrófono. Se vieron algunas sonrisas tensas, saludos protocolarios... ¡Pero vaya!, más parecía una espera en la farmacia que una reunión de líderes del país. Uno podía sentir la tensión cortarse con cuchillo, diay, qué brete estamos viviendo.
Y hablando de tensión, la intervención de Eugenia Zamora, presidenta del TSE, fue de campeonato. En lugar de meterle salsa al asunto, prefirió darle un toque serio a la ceremonia, recordándoles a los candidatos que estas cuatro campañas deben estar enfocadas en soluciones reales para los ticos, y no en ataques personales ni promesas vacías. Dijo textualmente: “Podemos malgastar este valioso tiempo en insultar a los rivales, caricaturizar sus ideas, repetir sin reflexionar unos pocos eslóganes y avivar la llama de la ira y el miedo mutuos o podemos invertir estos cuatro meses en poner sobre la mesa, con franqueza y rigor, los problemas nacionales y los desafíos que enfrentamos como sociedad”. ¡Uf!, mensaje pa’l oído.
Después de la ceremonia, todo mundo corriendo a dar entrevistas a los medios. Fernández, con su característica energía, salió rodeada de jóvenes gritos de “¡Laura, Presidente!”. Su esposo, fiel compañero, la esperaba con un ramo de flores, pa' demostrarle que siempre tendrá su apoyo. Ramos y Díaz, con menos gente alrededor, pero igual mostrando una actitud positiva, se fueron discretamente, quizás pensando en cómo contrarrestar la popularidad de la candidata oficialista.
Ahora bien, la pregunta que muchos se hacen es: ¿Esto realmente garantiza unas elecciones más justas? Algunos dicen que sí, que tener al TSE supervisando a la policía ayuda a evitar manipulaciones y abusos. Otros, más escépticos, creen que esto debilita la autonomía de la Fuerza Pública y puede generar incertidumbre en cuanto a la seguridad ciudadana. Veremos qué nos depara el destino, chunches. Lo cierto es que la política nacional se puso más interesante de golpe.
Sin ir más lejos, también hay que analizar cómo esto afecta el trabajo de los policías. De repente, se encuentran bajo la lupa del TSE, con nuevas reglas y procedimientos, mientras siguen lidiando con la inseguridad diaria y las exigencias del pueblo. ¡Qué carga!, porque ya tienen bastante encima. Es importante que el TSE les brinde el apoyo y la capacitación necesarios para cumplir con su labor de manera eficiente y segura. Que no los dejen colgados, diay.
Así que, mi estimado lector, dime tú: ¿Crees que la transferencia de poder de la Policía al TSE es una medida necesaria para asegurar la transparencia de las elecciones, o representa una amenaza para la independencia de la Fuerza Pública y la seguridad del país? ¡Déjame leer tus opiniones abajo en los comentarios!
