¡Ay, Dios mío! Esto sí que es mamarracho, pura bronca. Resulta que el Presidente Chaves, parece que se fajó con el INS para que le hagan el favor a una empresa mexicana, la Tradeco, que anda con fama turbia en su país. Según cuentan, el propio Chaves la empujaba para que le dieran una garantía de cumplimiento para un contrato millonario de ampliación de la carretera. ¡Imagínate la maraña!
La jugada salió a la luz gracias al testimonio de Mónica Araya, la exprimedienta del INS, quien le contó toda la vaina a la Fiscalía. Al parecer, el presidente insistía con llamadas y hasta se ponía de malas cuando le decían que no podían darle la garantía. ¡Parece que quería mandar todo al lote!, esto de la política a veces da pena ver.
Y ni hablar del exministro Amador, quien confirmó que Chaves estaba súper interesado en que Tradeco se quedara con el contrato. Dice que el presidente preguntaba “cada dos o tres días” si ya le estaban dando el visto bueno a la empresa mexicana. ¡Eso sí que es persistencia, mi pana!, aunque algunos dirían que es abuso de poder. Se nota que el tipo tenía ganas de que ese contrato fuera para ellos.
El contrato, por cierto, era para ampliar casi 50 kilómetros de la Interamericana Norte, entre Barranca y Limonal. Un proyecto que ya tenía dueño, el consorcio Estrella-H Solís, pero parece que eso no le importó mucho al gobierno. El problema es que Tradeco tiene un historial de problemas y sanciones en México, así que meterlos en el ajo acá era ponerle dinamita a la cosa.
Lo más loco es que Chaves, según Araya, le dio directamente el número de teléfono del representante de Tradeco para que los del INS lo llamaran y le enviaran papeles. ¡Directamente! Eso huele a chametón, vamos. Parecía que estaba coordinando todo detrás de bambalinas. ¡Esto se puso bien picante!.
Todo este rollo pasó a finales del 2022 y durante buena parte del 2023. Después, tanto Araya como Amador fueron sacados del gobierno a principios de 2024, justo cuando la cosa empezó a moverse en la Fiscalía. Una coincidencia rara, ¿no les parece? Yo creo que hubo más ahí que ratas en una bodega vieja.
Al final, el proyecto quedó varado, y ahora hay que empezar de cero con otra licitación. El Consorcio Barranca Ruta 1 será el encargado de terminar la ampliación, pero el daño ya está hecho. Dinero público desperdiciado y una mancha en la imagen del gobierno. ¡Qué pena ajena!, porque así nos van a dejar, con proyectos inconclusos y corrupción a mansalva.
Ahora bien, ¿creen que este caso revela una preocupante tendencia a influenciar decisiones gubernamentales por intereses particulares?, ¿o simplemente estamos exagerando y es solo un desliz político más en esta novela interminable?
La jugada salió a la luz gracias al testimonio de Mónica Araya, la exprimedienta del INS, quien le contó toda la vaina a la Fiscalía. Al parecer, el presidente insistía con llamadas y hasta se ponía de malas cuando le decían que no podían darle la garantía. ¡Parece que quería mandar todo al lote!, esto de la política a veces da pena ver.
Y ni hablar del exministro Amador, quien confirmó que Chaves estaba súper interesado en que Tradeco se quedara con el contrato. Dice que el presidente preguntaba “cada dos o tres días” si ya le estaban dando el visto bueno a la empresa mexicana. ¡Eso sí que es persistencia, mi pana!, aunque algunos dirían que es abuso de poder. Se nota que el tipo tenía ganas de que ese contrato fuera para ellos.
El contrato, por cierto, era para ampliar casi 50 kilómetros de la Interamericana Norte, entre Barranca y Limonal. Un proyecto que ya tenía dueño, el consorcio Estrella-H Solís, pero parece que eso no le importó mucho al gobierno. El problema es que Tradeco tiene un historial de problemas y sanciones en México, así que meterlos en el ajo acá era ponerle dinamita a la cosa.
Lo más loco es que Chaves, según Araya, le dio directamente el número de teléfono del representante de Tradeco para que los del INS lo llamaran y le enviaran papeles. ¡Directamente! Eso huele a chametón, vamos. Parecía que estaba coordinando todo detrás de bambalinas. ¡Esto se puso bien picante!.
Todo este rollo pasó a finales del 2022 y durante buena parte del 2023. Después, tanto Araya como Amador fueron sacados del gobierno a principios de 2024, justo cuando la cosa empezó a moverse en la Fiscalía. Una coincidencia rara, ¿no les parece? Yo creo que hubo más ahí que ratas en una bodega vieja.
Al final, el proyecto quedó varado, y ahora hay que empezar de cero con otra licitación. El Consorcio Barranca Ruta 1 será el encargado de terminar la ampliación, pero el daño ya está hecho. Dinero público desperdiciado y una mancha en la imagen del gobierno. ¡Qué pena ajena!, porque así nos van a dejar, con proyectos inconclusos y corrupción a mansalva.
Ahora bien, ¿creen que este caso revela una preocupante tendencia a influenciar decisiones gubernamentales por intereses particulares?, ¿o simplemente estamos exagerando y es solo un desliz político más en esta novela interminable?
