¡Ay, Dios mío, qué pasó con el Puntarenas FC! Resulta que los señores del puerto perdieron una batalla legal contra el jugador Kenneth Carvajal, acumulando una deuda millonaria de más de siete millones de colones. Esto pinta feísimo para las finanzas del club, vamos.
La historia es larga, pero básicamente, Carvajal, un mae que sudó la camiseta con el Saprissa y también tuvo pasitos por Guadalupe en el último torneo de apertura, reclamó esos pesos que nunca le pagaron. Parece que hubo salarios de hace rato que quedaron pendientes, un brete complicado para el jugador y ahora, pa’l club. Él jugó en la liga de ascenso y luego sufrió una lesión que complicó aún más las cosas, según dicen los involucrados.
Según el vicepresidente institucional del club, Héctor Trejos, ya le dieron el quite al tema, pero vaya, ¡la factura salió salada! Trejos nos cuenta que pagaron desde octubre pasado, después de que les cayeran encima las autoridades pertinentes. Hasta mostró el recibo, pa' demostrar que no andan jugando. Pero ojo, que esto llegó hasta el Consejo Nacional del Deporte y la Recreación, ¡imagínate el embrollo!
El Consejo, en sus reuniones, analizaba el tema para ver cómo podían seguir permitiendo que el club participara en los torneos. Un juez de Golfito mandó un oficio diciéndoles que si no ponían las cosas al día en cinco días hábiles, iban directo a parar a la Inspección General del Trabajo. ¡Imaginen la humillación pública! Menos mal que Trejos dice que ya pagaron, sino, estaban aprietados de verdad.
El documento oficial, todo en letras bonitas, amenazaba con enviar el caso al Ministerio de Trabajo si el club no hacía lo correcto. Que tenía que poner las cuentas claras, diay, porque así no se puede andar jugando con la vida de los futbolistas. Ya saben, los jugadores dependen de esos pagos pa’ vivir, pa’ mantener a sus familias, ¡no es broma!
Intentamos hablar con Kenneth Carvajal, el protagonista de este drama, pero ni pum, ni paff, nadie contestaba el teléfono. Uno se queda pensando, ¿cómo se siente el tipo después de tanto trajín? Debe estar aliviado de haberse quedado con sus derechos, aunque vaya proceso tuvo que pasar. Este caso pone de manifiesto la importancia de cumplir con los compromisos laborales, especialmente en el fútbol, donde los contratos pueden ser bastante delicados.
Ahora bien, esto nos lleva a preguntarnos, ¿cuánto más tienen que sufrir los jugadores por culpa de la mala administración de algunos clubes? Parece que siempre es lo mismo, promesas incumplidas, salarios atrasados y procesos judiciales interminables. El fútbol nacional necesita urgentemente una limpieza profunda, una reestructuración que garantice la estabilidad económica de los equipos y el respeto hacia los derechos de los atletas. Porque al final, son ellos quienes dan espectáculo en la cancha, y merecen recibir justamente por su esfuerzo.
Después de este lío, ¿creen ustedes que el Puntarenas FC podrá levantar cabeza y salir adelante o esta deuda marcará su destino en el campeonato? ¿Es hora de exigir mayor transparencia y responsabilidad a las dirigencias deportivas?
La historia es larga, pero básicamente, Carvajal, un mae que sudó la camiseta con el Saprissa y también tuvo pasitos por Guadalupe en el último torneo de apertura, reclamó esos pesos que nunca le pagaron. Parece que hubo salarios de hace rato que quedaron pendientes, un brete complicado para el jugador y ahora, pa’l club. Él jugó en la liga de ascenso y luego sufrió una lesión que complicó aún más las cosas, según dicen los involucrados.
Según el vicepresidente institucional del club, Héctor Trejos, ya le dieron el quite al tema, pero vaya, ¡la factura salió salada! Trejos nos cuenta que pagaron desde octubre pasado, después de que les cayeran encima las autoridades pertinentes. Hasta mostró el recibo, pa' demostrar que no andan jugando. Pero ojo, que esto llegó hasta el Consejo Nacional del Deporte y la Recreación, ¡imagínate el embrollo!
El Consejo, en sus reuniones, analizaba el tema para ver cómo podían seguir permitiendo que el club participara en los torneos. Un juez de Golfito mandó un oficio diciéndoles que si no ponían las cosas al día en cinco días hábiles, iban directo a parar a la Inspección General del Trabajo. ¡Imaginen la humillación pública! Menos mal que Trejos dice que ya pagaron, sino, estaban aprietados de verdad.
El documento oficial, todo en letras bonitas, amenazaba con enviar el caso al Ministerio de Trabajo si el club no hacía lo correcto. Que tenía que poner las cuentas claras, diay, porque así no se puede andar jugando con la vida de los futbolistas. Ya saben, los jugadores dependen de esos pagos pa’ vivir, pa’ mantener a sus familias, ¡no es broma!
Intentamos hablar con Kenneth Carvajal, el protagonista de este drama, pero ni pum, ni paff, nadie contestaba el teléfono. Uno se queda pensando, ¿cómo se siente el tipo después de tanto trajín? Debe estar aliviado de haberse quedado con sus derechos, aunque vaya proceso tuvo que pasar. Este caso pone de manifiesto la importancia de cumplir con los compromisos laborales, especialmente en el fútbol, donde los contratos pueden ser bastante delicados.
Ahora bien, esto nos lleva a preguntarnos, ¿cuánto más tienen que sufrir los jugadores por culpa de la mala administración de algunos clubes? Parece que siempre es lo mismo, promesas incumplidas, salarios atrasados y procesos judiciales interminables. El fútbol nacional necesita urgentemente una limpieza profunda, una reestructuración que garantice la estabilidad económica de los equipos y el respeto hacia los derechos de los atletas. Porque al final, son ellos quienes dan espectáculo en la cancha, y merecen recibir justamente por su esfuerzo.
Después de este lío, ¿creen ustedes que el Puntarenas FC podrá levantar cabeza y salir adelante o esta deuda marcará su destino en el campeonato? ¿Es hora de exigir mayor transparencia y responsabilidad a las dirigencias deportivas?
