¡Ay, Dios mío! La noche de ayer se puso bien movida en nuestro querido Volcán Poás. El OVSICORI nos sacó con el susto, reportando una erupción que mandó pirotecnia y cenizas hasta donde alcanzamos a ver. No era precisamente una explosión de esas que salen en Hollywood, pero sí suficiente para ponerle atención a lo que pasa en nuestro cantito de Costa Rica.
Según nos cuentan desde el Observatorio, a eso de las 7:47 de la noche, el volcán decidió estornudar un poco. Mandó material incandescente, unas piedritas brillantes, hasta unos 100 metros arriba del cráter y una columna de gases y vapor que se elevó hasta los 500 metros. Imagínate, medio kilómetro de humo y cosas volando. ¡Una chimenea gigante!
Ahora, claro, todos empezamos a recordar que el Poás no siempre es mansito. Tiene sus momentos de bronces, y aunque ha estado relativamente tranquilo últimamente, esto nos recuerda que somos pura tierra activa, mi pana. La geóloga María Fernanda Vargas, quien lleva años estudiando el volcán, nos comentó que estas erupciones pequeñas son normales y forman parte de su proceso respiratorio. “Es como si el volcán se estuviera aclarando la garganta”, nos dijo entre risas. Pero, ¡ojo!, aclara que es importante estar atentos a cualquier cambio en su comportamiento.
La buena noticia es que, aparentemente, no hubo mayores complicaciones. Las autoridades correspondientes ya estaban monitoreando la situación y activaron los protocolos necesarios. Los vuelos en el Juan Santamaría tampoco tuvieron que suspenderse, gracias a Dios, porque imagínate el jaleo si hubieran tenido que cancelar los aviones. Esto demuestra que tenemos sistemas de alerta bastante decentes, aunque nunca está de más reforzar esos controles, diay.
Muchos vecinos de las zonas cercanas pudieron apreciar el espectáculo desde sus casas. Algunos grabaron videos y fotos que rápidamente se viralizaron en redes sociales. Vimos imágenes de gente parada en sus patios, mirando hacia el cielo encendijado por la luz de las nubes de ceniza. ¡Qué panorama! Pero también había preocupación, porque la ceniza puede afectar la calidad del aire y causar problemas respiratorios, especialmente en personas con asma o alergias. Entonces, recomiendo taparse bien si vives cerca y estar pendiente de las recomendaciones de las autoridades.
En cuanto a la composición de la ceniza, los científicos nos explican que está hecha principalmente de partículas de roca volcánica muy finitas y cristales de minerales. Aunque parezca inofensiva, inhalada en exceso puede irritar las vías respiratorias y causar molestias. Además, si llueve, la ceniza se convierte en lodo y puede obstruir desagües y contaminar fuentes de agua. ¡Una verdadera torta! Hay que limpiar rápido y tomar precauciones para evitar problemas futuros.
Y hablando de precauciones, recordemos que vivir en un país volcánicamente activo implica ciertos riesgos. Tenemos nueve volcanes activos, así que estamos siempre bajo la sombra de estos gigantes dormidos. Por eso, es crucial informarnos sobre qué hacer en caso de una emergencia, conocer las rutas de evacuación y tener un plan familiar. Mejor prevenir que lamentar, ¿verdad, maes?
Bueno, luego de esta demostración de fuerza del Poás, me queda una pregunta para ustedes, mi gente: ¿cree usted que deberíamos invertir aún más en sistemas de monitoreo y alerta temprana para nuestros volcanes, o estamos haciendo lo suficiente? ¿Cuál considera que es la medida más importante que podemos tomar para proteger a nuestras comunidades frente a este tipo de eventos naturales?
Según nos cuentan desde el Observatorio, a eso de las 7:47 de la noche, el volcán decidió estornudar un poco. Mandó material incandescente, unas piedritas brillantes, hasta unos 100 metros arriba del cráter y una columna de gases y vapor que se elevó hasta los 500 metros. Imagínate, medio kilómetro de humo y cosas volando. ¡Una chimenea gigante!
Ahora, claro, todos empezamos a recordar que el Poás no siempre es mansito. Tiene sus momentos de bronces, y aunque ha estado relativamente tranquilo últimamente, esto nos recuerda que somos pura tierra activa, mi pana. La geóloga María Fernanda Vargas, quien lleva años estudiando el volcán, nos comentó que estas erupciones pequeñas son normales y forman parte de su proceso respiratorio. “Es como si el volcán se estuviera aclarando la garganta”, nos dijo entre risas. Pero, ¡ojo!, aclara que es importante estar atentos a cualquier cambio en su comportamiento.
La buena noticia es que, aparentemente, no hubo mayores complicaciones. Las autoridades correspondientes ya estaban monitoreando la situación y activaron los protocolos necesarios. Los vuelos en el Juan Santamaría tampoco tuvieron que suspenderse, gracias a Dios, porque imagínate el jaleo si hubieran tenido que cancelar los aviones. Esto demuestra que tenemos sistemas de alerta bastante decentes, aunque nunca está de más reforzar esos controles, diay.
Muchos vecinos de las zonas cercanas pudieron apreciar el espectáculo desde sus casas. Algunos grabaron videos y fotos que rápidamente se viralizaron en redes sociales. Vimos imágenes de gente parada en sus patios, mirando hacia el cielo encendijado por la luz de las nubes de ceniza. ¡Qué panorama! Pero también había preocupación, porque la ceniza puede afectar la calidad del aire y causar problemas respiratorios, especialmente en personas con asma o alergias. Entonces, recomiendo taparse bien si vives cerca y estar pendiente de las recomendaciones de las autoridades.
En cuanto a la composición de la ceniza, los científicos nos explican que está hecha principalmente de partículas de roca volcánica muy finitas y cristales de minerales. Aunque parezca inofensiva, inhalada en exceso puede irritar las vías respiratorias y causar molestias. Además, si llueve, la ceniza se convierte en lodo y puede obstruir desagües y contaminar fuentes de agua. ¡Una verdadera torta! Hay que limpiar rápido y tomar precauciones para evitar problemas futuros.
Y hablando de precauciones, recordemos que vivir en un país volcánicamente activo implica ciertos riesgos. Tenemos nueve volcanes activos, así que estamos siempre bajo la sombra de estos gigantes dormidos. Por eso, es crucial informarnos sobre qué hacer en caso de una emergencia, conocer las rutas de evacuación y tener un plan familiar. Mejor prevenir que lamentar, ¿verdad, maes?
Bueno, luego de esta demostración de fuerza del Poás, me queda una pregunta para ustedes, mi gente: ¿cree usted que deberíamos invertir aún más en sistemas de monitoreo y alerta temprana para nuestros volcanes, o estamos haciendo lo suficiente? ¿Cuál considera que es la medida más importante que podemos tomar para proteger a nuestras comunidades frente a este tipo de eventos naturales?