¡Ay, Dios mío! Quién iba a decir que la pasta, ese plato italiano por excelencia, se había vuelto casi tan popular como el gallito pío por estas tierras. Resulta que este 25 de octubre, nos unimos al Día Mundial de la Pasta, y vaya que lo estamos celebrando con ganas, digámoslo así. Ya no es solo para ocasiones especiales, ahora es 'chuleta' para el almuerzo, la cena... ¡casi para el desayuno!
La pasta llegó a nuestros hogares hace varias décadas, traída de Italia por inmigrantes y luego adoptada con entusiasmo por todos nosotros. Marcas como Divella, que llevan más de treinta años compartiendo su sabor con los costarricenses, han jugado un papel crucial en esta adoración nacional. No hay casa que no tenga un paquete de espagueti o macarrones escondido en algún rincón de la alacena. ¡Es ley de vida!
Y no es para menos, mi gente. La pasta es pura nutrición disfrazada de comida rica. Baja en grasas, alta en carbohidratos complejos – justificado para quemar toda esa energía que necesitamos para subir la colina – y cargada de nutrientes esenciales como hierro, zinc, ácido fólico y fibra. Además, es parte integral de la dieta mediterránea, famosa por sus beneficios para el corazón y el bienestar general. Ese sí que es brete sano.
Pero aquí viene lo bueno, lo que realmente hace especial nuestra relación con la pasta. No somos simplemente imitadores; le hemos puesto nuestro sello tico. Olvídense de la típica pasta con salsa roja. Aquí tenemos lasañas que parecen obras de arte culinarias, canelones rellenos de queso y pollo, ensaladas frías con aguacate y mango… ¡una explosión de sabores tropicales que ni siquiera los italianos podrían imaginar!
Pietro Poma-Murialdo, el gerente general de Alpiste, distribuidores oficiales de Divella, lo dice claro: “Hemos sentido el cariño y la preferencia de los consumidores costarricenses a lo largo de los años. Nos sentimos orgullosos de que la pasta Divella forme parte de tantos hogares”. Y vaya que es cierto, esa fidelidad de los clientes es algo que no se compra, se gana con calidad y buen sabor.
La variedad es otro factor que contribuye a nuestra obsesión por la pasta. ¡Se estima que existen más de 600 tipos diferentes en el mundo! Desde los fettuccine anchos perfectos para salsas cremosas hasta los orzo pequeños ideales para sopas, cada forma se adapta a un ingrediente diferente y crea una experiencia única en cada bocado. Realmente, es una locura la cantidad de opciones que existen hoy en día, una verdadera carga de posibilidades.
Y hablando de opciones, ¡no nos olvidemos de las innovaciones! Ahora vemos pasta hecha de quinoa, lenteja, arroz… incluso de plátano macho. ¡Sí, plátano macho! Parece increíble, pero algunos chefs creativos están experimentando con ingredientes locales para crear versiones aún más saludables y deliciosas de este clásico italiano. Algo así como hacer una gallina pinta colorá, pero con pasta.
Así que ya lo saben, mi gente. Este 25 de octubre, celebremos el Día Mundial de la Pasta a lo tico: con alegría, sabor y mucho cariño. Preparen su plato favorito, inviten a sus vecinos y ¡a disfrutar! Pero dime, ¿cuál es tu combinación de pasta favorita? ¿Con qué ingrediente típico costarricense la mezclarías para crear un plato totalmente único?
La pasta llegó a nuestros hogares hace varias décadas, traída de Italia por inmigrantes y luego adoptada con entusiasmo por todos nosotros. Marcas como Divella, que llevan más de treinta años compartiendo su sabor con los costarricenses, han jugado un papel crucial en esta adoración nacional. No hay casa que no tenga un paquete de espagueti o macarrones escondido en algún rincón de la alacena. ¡Es ley de vida!
Y no es para menos, mi gente. La pasta es pura nutrición disfrazada de comida rica. Baja en grasas, alta en carbohidratos complejos – justificado para quemar toda esa energía que necesitamos para subir la colina – y cargada de nutrientes esenciales como hierro, zinc, ácido fólico y fibra. Además, es parte integral de la dieta mediterránea, famosa por sus beneficios para el corazón y el bienestar general. Ese sí que es brete sano.
Pero aquí viene lo bueno, lo que realmente hace especial nuestra relación con la pasta. No somos simplemente imitadores; le hemos puesto nuestro sello tico. Olvídense de la típica pasta con salsa roja. Aquí tenemos lasañas que parecen obras de arte culinarias, canelones rellenos de queso y pollo, ensaladas frías con aguacate y mango… ¡una explosión de sabores tropicales que ni siquiera los italianos podrían imaginar!
Pietro Poma-Murialdo, el gerente general de Alpiste, distribuidores oficiales de Divella, lo dice claro: “Hemos sentido el cariño y la preferencia de los consumidores costarricenses a lo largo de los años. Nos sentimos orgullosos de que la pasta Divella forme parte de tantos hogares”. Y vaya que es cierto, esa fidelidad de los clientes es algo que no se compra, se gana con calidad y buen sabor.
La variedad es otro factor que contribuye a nuestra obsesión por la pasta. ¡Se estima que existen más de 600 tipos diferentes en el mundo! Desde los fettuccine anchos perfectos para salsas cremosas hasta los orzo pequeños ideales para sopas, cada forma se adapta a un ingrediente diferente y crea una experiencia única en cada bocado. Realmente, es una locura la cantidad de opciones que existen hoy en día, una verdadera carga de posibilidades.
Y hablando de opciones, ¡no nos olvidemos de las innovaciones! Ahora vemos pasta hecha de quinoa, lenteja, arroz… incluso de plátano macho. ¡Sí, plátano macho! Parece increíble, pero algunos chefs creativos están experimentando con ingredientes locales para crear versiones aún más saludables y deliciosas de este clásico italiano. Algo así como hacer una gallina pinta colorá, pero con pasta.
Así que ya lo saben, mi gente. Este 25 de octubre, celebremos el Día Mundial de la Pasta a lo tico: con alegría, sabor y mucho cariño. Preparen su plato favorito, inviten a sus vecinos y ¡a disfrutar! Pero dime, ¿cuál es tu combinación de pasta favorita? ¿Con qué ingrediente típico costarricense la mezclarías para crear un plato totalmente único?