¡Ay, Dios mío, qué carga de cosas bonitas! San José quedó boquiabierto anoche durante el Festival de la Luz, pero no solo por los arreglos navideños tradicionales, sino porque vimos un espectáculo de drones que dejó a todos con la boca abierta. Miles de personitas se agolparon para ver este show inédito, y créeme, ¡valió la pena madrugar!
Este año, el Festival de la Luz quiso subir la apuesta y meterle un chunche nuevo a la celebración. Después de meses de planificación y coordinación con expertos en tecnología, decidieron incorporar un despliegue de más de mil drones, creando figuras y animaciones que parecían sacadas de una película futurista. Según los organizadores, el objetivo era ofrecer una experiencia visual única que combinara la magia de la Navidad con la innovación tecnológica.
Y vaya si lo lograron, mae. Desde varios puntos estratégicos del país se pudo apreciar el espectáculo, gracias a la transmisión en vivo por varias plataformas. Pero, claro, estar ahí presente, sentir la vibra de la gente y ver cómo esos pequeños aparatos volaban sincronizados pintando el cielo de luces… eso sí que es una experiencia diferente. Incluso algunos abuelitos quedaron flipados, ¡diay!
Jorge Castillo, el fotógrafo que nos acompaña con estas imágenes espectaculares, capturó momentos increíbles. Se le nota la pasión por su brete, siempre buscando el ángulo perfecto para mostrar la belleza de nuestro país. Sus fotos y videos dan fe de la magnitud del evento; la calidad es a toda madre, sin exagerar. Se nota que puso el corazón en esto.
Pero no todo fue perfecto, claro que no. Hubo algunas complicaciones técnicas al principio, como cualquier vara que se arma de última hora, pero los ingenieros solucionaron todo rápido y el espectáculo continuó sin mayores contratiempos. Al final, todo salió a pedir de papi y la gente se fue feliz, con recuerdos imborrables de esta noche mágica. Algunos ya andan hablando de hacer algo parecido en Guanacaste, ¡qué bueno sería!
Este show de drones no solo es un atractivo turístico, sino que también demuestra el potencial de Costa Rica en temas tecnológicos. Tenemos gente talentosa capaz de desarrollar proyectos innovadores que pueden generar impacto positivo en nuestra sociedad. Además, es un buen ejemplo de cómo podemos combinar nuestras tradiciones con nuevas tecnologías para crear experiencias únicas y atractivas.
Muchos se preguntan si esto se convertirá en una tradición anual del Festival de la Luz. La respuesta aún no es definitiva, pues depende de factores como el presupuesto y la disponibilidad de los recursos técnicos necesarios. Pero viendo la reacción del público, me atrevo a decir que hay muchas posibilidades. Sería una pena perdernos un espectáculo así cada año, ¿verdad?
En fin, anoche San José brilló como pocas veces. Vimos un espectáculo de drones impresionante, vivimos la magia de la Navidad y comprobamos que, aunque a veces nos jalemos una torta, sabemos salir adelante y sorprendernos. Ahora bien, pensando en todas estas luces y la innovación que trajo el festival, ¿creen ustedes que Costa Rica debería invertir más en programas educativos enfocados en ciencia y tecnología para impulsar el desarrollo del país a largo plazo?
Este año, el Festival de la Luz quiso subir la apuesta y meterle un chunche nuevo a la celebración. Después de meses de planificación y coordinación con expertos en tecnología, decidieron incorporar un despliegue de más de mil drones, creando figuras y animaciones que parecían sacadas de una película futurista. Según los organizadores, el objetivo era ofrecer una experiencia visual única que combinara la magia de la Navidad con la innovación tecnológica.
Y vaya si lo lograron, mae. Desde varios puntos estratégicos del país se pudo apreciar el espectáculo, gracias a la transmisión en vivo por varias plataformas. Pero, claro, estar ahí presente, sentir la vibra de la gente y ver cómo esos pequeños aparatos volaban sincronizados pintando el cielo de luces… eso sí que es una experiencia diferente. Incluso algunos abuelitos quedaron flipados, ¡diay!
Jorge Castillo, el fotógrafo que nos acompaña con estas imágenes espectaculares, capturó momentos increíbles. Se le nota la pasión por su brete, siempre buscando el ángulo perfecto para mostrar la belleza de nuestro país. Sus fotos y videos dan fe de la magnitud del evento; la calidad es a toda madre, sin exagerar. Se nota que puso el corazón en esto.
Pero no todo fue perfecto, claro que no. Hubo algunas complicaciones técnicas al principio, como cualquier vara que se arma de última hora, pero los ingenieros solucionaron todo rápido y el espectáculo continuó sin mayores contratiempos. Al final, todo salió a pedir de papi y la gente se fue feliz, con recuerdos imborrables de esta noche mágica. Algunos ya andan hablando de hacer algo parecido en Guanacaste, ¡qué bueno sería!
Este show de drones no solo es un atractivo turístico, sino que también demuestra el potencial de Costa Rica en temas tecnológicos. Tenemos gente talentosa capaz de desarrollar proyectos innovadores que pueden generar impacto positivo en nuestra sociedad. Además, es un buen ejemplo de cómo podemos combinar nuestras tradiciones con nuevas tecnologías para crear experiencias únicas y atractivas.
Muchos se preguntan si esto se convertirá en una tradición anual del Festival de la Luz. La respuesta aún no es definitiva, pues depende de factores como el presupuesto y la disponibilidad de los recursos técnicos necesarios. Pero viendo la reacción del público, me atrevo a decir que hay muchas posibilidades. Sería una pena perdernos un espectáculo así cada año, ¿verdad?
En fin, anoche San José brilló como pocas veces. Vimos un espectáculo de drones impresionante, vivimos la magia de la Navidad y comprobamos que, aunque a veces nos jalemos una torta, sabemos salir adelante y sorprendernos. Ahora bien, pensando en todas estas luces y la innovación que trajo el festival, ¿creen ustedes que Costa Rica debería invertir más en programas educativos enfocados en ciencia y tecnología para impulsar el desarrollo del país a largo plazo?
