¡Ay, mi gente! Resulta que el Fondo Monetario Internacional (FMI) nos acaba de soltar una notita donde dice que la economía va a ir un poquito más rápido este año. Hablan de un 3,6% de crecimiento para el 2025… ¡Un respiro, vamos! Después de tanto aprieto, parece que las cosas podrían estar poniéndose un poquito menos chungas para el bolsillo de todos nosotros. Ya saben, la plata no da para mucho, pero si crece un poquito, pues al menos podemos aspirar a comprarle un chunche nuevo al chamaco, ¿no?
Pero ojo, que esto no significa que ya estamos nadando en billetes. Hay que recordar que hace poco el FMI nos dio un pronóstico más bajito, un 3,4%, así que esta mejora es como encontrar una moneda de colón tirada en la calle: grata, pero no te resuelve la vida. Además, para el 2026 bajan la estimación a 3,3% y ahí seguimos con la incertidumbre. Parece que todavía hay bretes que nos esperan, varas que tenemos que resolver antes de echar las campanas al aire.
Y ni hablar del 2030, con un 3,5% proyectado. Estamos hablando de números que, si bien son mejores que los de años anteriores - recuerden que en 2023 tuvimos un crecimiento superior al 5% y en 2024 se vino abajo hasta un 4,3% - todavía están lejos de lo que podríamos esperar. Ojalá que el próximo gobierno le ponga huevos a darle impulso a la economía, porque sino, seguiremos dando vueltas en círculos, diay.
Ahora sí, hablemos de inflación. Según el FMI, para finales de este año tendremos un 0,4% de inflación, que es bastante calmado. Luego, para el 2026, dicen que podría subir a un 2%, justo dentro del rango que quiere el Banco Central. Esto es importante, porque si la inflación se sale de control, entonces sí que empezamos a sentirla en el súper y en la bomba de gasolina. ¡Y eso nadie lo quiere!
El FMI también habla de los aranceles que puso el gobierno, diciendo que el impacto no fue tan malo como pensábamos. Eso porque varias empresas se anticiparon e importaron mercancías antes de que entraran los nuevos precios, y otras buscaron nuevas formas de traerlas. Imagínense el fiuztle que se armó, tratando de sortear la normativa. Al final, el sector privado reaccionó rápido, pero eso no significa que los aranceles hayan sido una buena idea, ¿eh? Más bien, demostraron que necesitamos ser más ágiles y flexibles para adaptarnos a los cambios del mercado mundial.
Pierre-Olivier Gourinchas, el economista jefa del FMI, dijo que la agilidad del sector privado ayudó a mitigar el golpe de los aranceles. Él mismo reconoció que “el impacto negativo… se encuentra en el extremo moderado del rango”. Eso suena bien, pero no nos engañemos: los aranceles siempre afectan al consumidor final, y aunque no los sintamos directamente, terminan encareciendo la vida para todos. Además, toda esta movida de reorganizar las cadenas de suministro tiene un costo, y ese costo lo asumimos entre todos.
En resumen, la noticia del FMI es un rayito de esperanza, pero no debemos bajar la guardia. Tenemos que seguir trabajando duro, innovando y buscando nuevas oportunidades para crecer como país. Porque si confiamos solo en que el FMI nos rescate, nos iremos al traste. Necesitamos poner manos a la obra y hacer las cosas bien, desde adentro hacia afuera. Y así, quizás, podamos dejarle a nuestros hijos una Costa Rica más próspera y justa.
¿Ustedes qué piensan? Con estas mejoras en las proyecciones económicas, creen que el gobierno debería reconsiderar algunas de sus políticas actuales, como los aranceles, o consideran que es mejor mantener el rumbo actual, a pesar de las posibles implicaciones a largo plazo? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!
Pero ojo, que esto no significa que ya estamos nadando en billetes. Hay que recordar que hace poco el FMI nos dio un pronóstico más bajito, un 3,4%, así que esta mejora es como encontrar una moneda de colón tirada en la calle: grata, pero no te resuelve la vida. Además, para el 2026 bajan la estimación a 3,3% y ahí seguimos con la incertidumbre. Parece que todavía hay bretes que nos esperan, varas que tenemos que resolver antes de echar las campanas al aire.
Y ni hablar del 2030, con un 3,5% proyectado. Estamos hablando de números que, si bien son mejores que los de años anteriores - recuerden que en 2023 tuvimos un crecimiento superior al 5% y en 2024 se vino abajo hasta un 4,3% - todavía están lejos de lo que podríamos esperar. Ojalá que el próximo gobierno le ponga huevos a darle impulso a la economía, porque sino, seguiremos dando vueltas en círculos, diay.
Ahora sí, hablemos de inflación. Según el FMI, para finales de este año tendremos un 0,4% de inflación, que es bastante calmado. Luego, para el 2026, dicen que podría subir a un 2%, justo dentro del rango que quiere el Banco Central. Esto es importante, porque si la inflación se sale de control, entonces sí que empezamos a sentirla en el súper y en la bomba de gasolina. ¡Y eso nadie lo quiere!
El FMI también habla de los aranceles que puso el gobierno, diciendo que el impacto no fue tan malo como pensábamos. Eso porque varias empresas se anticiparon e importaron mercancías antes de que entraran los nuevos precios, y otras buscaron nuevas formas de traerlas. Imagínense el fiuztle que se armó, tratando de sortear la normativa. Al final, el sector privado reaccionó rápido, pero eso no significa que los aranceles hayan sido una buena idea, ¿eh? Más bien, demostraron que necesitamos ser más ágiles y flexibles para adaptarnos a los cambios del mercado mundial.
Pierre-Olivier Gourinchas, el economista jefa del FMI, dijo que la agilidad del sector privado ayudó a mitigar el golpe de los aranceles. Él mismo reconoció que “el impacto negativo… se encuentra en el extremo moderado del rango”. Eso suena bien, pero no nos engañemos: los aranceles siempre afectan al consumidor final, y aunque no los sintamos directamente, terminan encareciendo la vida para todos. Además, toda esta movida de reorganizar las cadenas de suministro tiene un costo, y ese costo lo asumimos entre todos.
En resumen, la noticia del FMI es un rayito de esperanza, pero no debemos bajar la guardia. Tenemos que seguir trabajando duro, innovando y buscando nuevas oportunidades para crecer como país. Porque si confiamos solo en que el FMI nos rescate, nos iremos al traste. Necesitamos poner manos a la obra y hacer las cosas bien, desde adentro hacia afuera. Y así, quizás, podamos dejarle a nuestros hijos una Costa Rica más próspera y justa.
¿Ustedes qué piensan? Con estas mejoras en las proyecciones económicas, creen que el gobierno debería reconsiderar algunas de sus políticas actuales, como los aranceles, o consideran que es mejor mantener el rumbo actual, a pesar de las posibles implicaciones a largo plazo? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!
