¡Ay, Dios mío, qué sorpresa nos llevamos con esto del tamarindo!
Siempre lo hemos disfrutado en el fresco, en dulce de leche o en esas conservitas que la abuela hacía, pero ahora resulta que esta frutita, que viene de África y acá se dio como loca, tiene unos poderes curativos que ni nos imaginábamos. Investigadores y doctores andan diciendo que podría ser un buen aliado para el hígado y pa’ echarnos la mano con la retención de líquidos, ¡qué nivel!
El tamarindo, que crece en el árbol Tamarindus indica, es pura tradición en nuestras cocinas y medicina ancestral en varios países. Su pulpa, que sabe a gloria, tiene nutrientes que ahora están estudiando con lupa. Parece ser que tiene cosas dentro que ayudan a combatir la inflamación y ser antioxidante, lo cual es bueno porque el hígado anda todo el tiempo trabajando duro pa' limpiarnos.
Y hablando del hígado, ahí hay un problemón creciendo a nivel mundial: el hígado graso. Como dicen los gringos en sus institutos de salud, es algo que te llega a agarrar sin que te des cuenta, tipo sigilosito, y después ya estás complicado. Pero parece que el tamarindo podría echarle una manita. Una investigación que publicaron en PubMed, donde ponen todos esos estudios científicos, demostró que en unas ratas con hígado graso, el tamarindo les ayudó a mejorar la situación; bajaron la grasa en el hígado, dejaron de estar tan dañadas y hasta sus metabolismos se regularon mejor.
¿Cuál es el secreto, se preguntarán? Pues parece que tiene que ver con el ácido hidroxicítrico, un compuesto que está en el fruto. Ese ácido, según dicen los expertos, bloquea cómo se forman las grasas nuevas y ayuda a que el cuerpo use los azúcares de forma diferente, evitando que se conviertan en grasa acumulada. ¡Eso sí que es un chunche!
Ahora, vamos al tema de la retención de líquidos, que a muchas nos pasa, ¿verdad?
Esos pies hinchados, esa sensación de estar llena de agua... Bueno, el tamarindo también puede ayudar con eso, gracias a que tiene potasio. El potasio es como el héroe que va a rescatarte del exceso de sodio. Los dietistas explican que el potasio te ayuda a deshacerte de los líquidos extra a través de la orina, y así te sientes menos inchada. Muchos regímenes pa’ bajar la hinchazón incluyen frutas ricas en potasio, y parece que nuestro tamarindo entra perfecto en esa categoría.
Claro, siempre hay que recordar que ninguna fruta sola te va a salvar de todo. Lo importante es comer sano, hacer ejercicio, tomar agua y no abusar de la sal. Pero saber que podemos aprovechar una fruta que ya conocemos y amamos, para cuidar nuestra salud, ¡eso sí que es chévere! Ahora bien, aunque se dice que es seguro, algunos médicos advierten que comer mucho tamarindo puede causarte cosillas en el estómago o alergias, e incluso puede jugar con algunos medicamentos. Así que, antes de empezar a zamparlo a granel, mejor consulta con tu doctor, especialmente si tienes algún problema de hígado o circulación.
Así que, ¿ustedes qué piensan? ¿Se animan a agregar más tamarindo a su dieta para darle un empujoncito a su hígado y a despedirse de la retención de líquidos? ¿Creen que las investigaciones tienen razón, o será otra moda pasajera?
Siempre lo hemos disfrutado en el fresco, en dulce de leche o en esas conservitas que la abuela hacía, pero ahora resulta que esta frutita, que viene de África y acá se dio como loca, tiene unos poderes curativos que ni nos imaginábamos. Investigadores y doctores andan diciendo que podría ser un buen aliado para el hígado y pa’ echarnos la mano con la retención de líquidos, ¡qué nivel!
El tamarindo, que crece en el árbol Tamarindus indica, es pura tradición en nuestras cocinas y medicina ancestral en varios países. Su pulpa, que sabe a gloria, tiene nutrientes que ahora están estudiando con lupa. Parece ser que tiene cosas dentro que ayudan a combatir la inflamación y ser antioxidante, lo cual es bueno porque el hígado anda todo el tiempo trabajando duro pa' limpiarnos.
Y hablando del hígado, ahí hay un problemón creciendo a nivel mundial: el hígado graso. Como dicen los gringos en sus institutos de salud, es algo que te llega a agarrar sin que te des cuenta, tipo sigilosito, y después ya estás complicado. Pero parece que el tamarindo podría echarle una manita. Una investigación que publicaron en PubMed, donde ponen todos esos estudios científicos, demostró que en unas ratas con hígado graso, el tamarindo les ayudó a mejorar la situación; bajaron la grasa en el hígado, dejaron de estar tan dañadas y hasta sus metabolismos se regularon mejor.
¿Cuál es el secreto, se preguntarán? Pues parece que tiene que ver con el ácido hidroxicítrico, un compuesto que está en el fruto. Ese ácido, según dicen los expertos, bloquea cómo se forman las grasas nuevas y ayuda a que el cuerpo use los azúcares de forma diferente, evitando que se conviertan en grasa acumulada. ¡Eso sí que es un chunche!
Ahora, vamos al tema de la retención de líquidos, que a muchas nos pasa, ¿verdad?
Esos pies hinchados, esa sensación de estar llena de agua... Bueno, el tamarindo también puede ayudar con eso, gracias a que tiene potasio. El potasio es como el héroe que va a rescatarte del exceso de sodio. Los dietistas explican que el potasio te ayuda a deshacerte de los líquidos extra a través de la orina, y así te sientes menos inchada. Muchos regímenes pa’ bajar la hinchazón incluyen frutas ricas en potasio, y parece que nuestro tamarindo entra perfecto en esa categoría.
Claro, siempre hay que recordar que ninguna fruta sola te va a salvar de todo. Lo importante es comer sano, hacer ejercicio, tomar agua y no abusar de la sal. Pero saber que podemos aprovechar una fruta que ya conocemos y amamos, para cuidar nuestra salud, ¡eso sí que es chévere! Ahora bien, aunque se dice que es seguro, algunos médicos advierten que comer mucho tamarindo puede causarte cosillas en el estómago o alergias, e incluso puede jugar con algunos medicamentos. Así que, antes de empezar a zamparlo a granel, mejor consulta con tu doctor, especialmente si tienes algún problema de hígado o circulación.
Así que, ¿ustedes qué piensan? ¿Se animan a agregar más tamarindo a su dieta para darle un empujoncito a su hígado y a despedirse de la retención de líquidos? ¿Creen que las investigaciones tienen razón, o será otra moda pasajera?
