¡Ay, Dios mío, qué nivel! Resulta que más de dos mil seiscientos adultos acá en Costa Rica se graduaron del Programa de Bachillerato para la Empleabilidad y el Emprendimiento (BEE). Imagínate eso, gente que retomó los estudios después de años, buscando darle un giro a sus vidas y agarrarle la espina a nuevas oportunidades. Es una bocanada de aire fresco ver cómo se le pone empeño a cambiar la vara de juego para muchos familias.
Este programa, que ya lleva varios años funcionando, es una verdadera joya porque le da una segunda oportunidad a aquellos que por distintas circunstancias – algunas bien saladas, para ser honestos – no pudieron terminar sus estudios en su momento. Hablamos de más de veinte mil personas rescatadas de las aulas desde 1988, ¡una cifra impresionante! Ya sé, muchos se van a decir ‘pues sí, pero…’, pero piensen en el impacto que esto tiene en sus vidas y en las de sus hijos.
La cereza del pastel es que este año la ceremonia de graduación se mandó a realizar en el Centro Internacional de Convenciones ANDE en Belén. Un buen lugar, diay, aunque algunos dirán que podrían haber usado ese espacio para otras cosas, pero bueno, celebrar estos logros es importante también. Se nota que el gobierno quiere ponerle pecho a estas iniciativas, buscando impulsar la empleabilidad de los más rezagados.
Lo que realmente me tiene emocionada es la alianza estratégica que hicieron con la Universidad Estatal a Distancia (UNED). Eso les permitió llevar el programa a zonas rurales y a provincias donde la necesidad es muchísima mayor. Y ni hablar de la tecnología, que ahora facilita el aprendizaje a distancia, rompiendo barreras geográficas y de tiempo. Que diga alguien que no le queda atrás Costa Rica en temas de innovación educativa.
Pero ojo, que esto no es solo sacar un título por saco. El BEE viene con unos talleres súper interesantes que ayudan a los participantes a desarrollar proyectos de emprendimiento. Porque claro, ¿de qué sirve tener un título si no puedes aplicarlo para hacer algo productivo y generar ingresos? Te enseñan competencias socioemocionales, te ponen al día con las herramientas digitales, te ayudan a gestionar proyectos y hasta te refrescan el inglés. ¡Un paquetazo completo!
Ahora, entremos en materia. Este programa está integrado dentro de la estrategia Brete, una iniciativa gubernamental ambiciosa que busca reducir la exclusión laboral y aumentar la productividad del país. El brete es el trabajo duro, y este programa ayuda a la gente a afrontarlo con mejores herramientas. No es magia, es esfuerzo, planificación y apoyo estatal, combinados en una sola vara.
¿Y qué es lo bueno de todo esto? Pues que le estamos dando a estas personas la posibilidad de reinventarse, de buscar nuevos rumbos profesionales, de sentirse útiles y valorados. Es una inversión en capital humano que beneficia a todos, porque una población educada y capacitada es una población más próspera. Además, fíjate tú, se prepara el terreno para que otros puedan seguir adelante, los hijos que ven a sus padres esforzándose y buscando mejorar su vida. Una inspiración total, te digo.
En fin, es una gran noticia que merecía ser resaltada. Pero dime, ¿crees que programas como el BEE deberían ampliarse aún más, llegando a sectores de la población que todavía están lejos de las oportunidades educativas? ¿O consideras que hay otras prioridades que requieren atención urgente?
Este programa, que ya lleva varios años funcionando, es una verdadera joya porque le da una segunda oportunidad a aquellos que por distintas circunstancias – algunas bien saladas, para ser honestos – no pudieron terminar sus estudios en su momento. Hablamos de más de veinte mil personas rescatadas de las aulas desde 1988, ¡una cifra impresionante! Ya sé, muchos se van a decir ‘pues sí, pero…’, pero piensen en el impacto que esto tiene en sus vidas y en las de sus hijos.
La cereza del pastel es que este año la ceremonia de graduación se mandó a realizar en el Centro Internacional de Convenciones ANDE en Belén. Un buen lugar, diay, aunque algunos dirán que podrían haber usado ese espacio para otras cosas, pero bueno, celebrar estos logros es importante también. Se nota que el gobierno quiere ponerle pecho a estas iniciativas, buscando impulsar la empleabilidad de los más rezagados.
Lo que realmente me tiene emocionada es la alianza estratégica que hicieron con la Universidad Estatal a Distancia (UNED). Eso les permitió llevar el programa a zonas rurales y a provincias donde la necesidad es muchísima mayor. Y ni hablar de la tecnología, que ahora facilita el aprendizaje a distancia, rompiendo barreras geográficas y de tiempo. Que diga alguien que no le queda atrás Costa Rica en temas de innovación educativa.
Pero ojo, que esto no es solo sacar un título por saco. El BEE viene con unos talleres súper interesantes que ayudan a los participantes a desarrollar proyectos de emprendimiento. Porque claro, ¿de qué sirve tener un título si no puedes aplicarlo para hacer algo productivo y generar ingresos? Te enseñan competencias socioemocionales, te ponen al día con las herramientas digitales, te ayudan a gestionar proyectos y hasta te refrescan el inglés. ¡Un paquetazo completo!
Ahora, entremos en materia. Este programa está integrado dentro de la estrategia Brete, una iniciativa gubernamental ambiciosa que busca reducir la exclusión laboral y aumentar la productividad del país. El brete es el trabajo duro, y este programa ayuda a la gente a afrontarlo con mejores herramientas. No es magia, es esfuerzo, planificación y apoyo estatal, combinados en una sola vara.
¿Y qué es lo bueno de todo esto? Pues que le estamos dando a estas personas la posibilidad de reinventarse, de buscar nuevos rumbos profesionales, de sentirse útiles y valorados. Es una inversión en capital humano que beneficia a todos, porque una población educada y capacitada es una población más próspera. Además, fíjate tú, se prepara el terreno para que otros puedan seguir adelante, los hijos que ven a sus padres esforzándose y buscando mejorar su vida. Una inspiración total, te digo.
En fin, es una gran noticia que merecía ser resaltada. Pero dime, ¿crees que programas como el BEE deberían ampliarse aún más, llegando a sectores de la población que todavía están lejos de las oportunidades educativas? ¿O consideras que hay otras prioridades que requieren atención urgente?
