¡Duro! En medio de tanto que pasa en el mundo, hay una buena nota que viene directamente desde nuestros barrios y comunidades. Resulta que los programas de juventud del país le dieron un buen empujón a miles de familias en este 2025, y la cifra va creciendo con el tiempo. Se trata de una verdadera inyección de optimismo en tiempos donde a veces parece que solo recibimos malas noticias, diay.
Según datos oficiales, solamente durante este año ya se completaron siete proyectos distintos que impactaron positivamente a unas 30 mil familias repartidas por varios cantones del país. Pero eso no es todo, porque considerando los últimos tres años, la cosa pinta aún mejor: cerca de 65 mil familias se vieron beneficiadas de manera directa y casi 138 mil de forma indirecta. ¡Un brete!
¿Pero cómo lograron esto? Pues resulta que la clave estuvo en la unión de esfuerzos entre varios actores clave. Los Centros Cívicos por la Paz, el Foro de Juventudes y la colaboración de CoopeAnde trabajaron codo a codo para organizar estas actividades. El objetivo era simple pero ambicioso: mejorar la convivencia en las comunidades, prevenir la violencia, fomentar el diálogo abierto y, en definitiva, construir una cultura de paz que podamos sentir todos los ticos.
Y la cosa se puso aún más interesante cuando analizaron quiénes fueron los principales beneficiarios. De esas 138 mil personas que recibieron ayuda, un impresionante 60% son mujeres. Esto resalta, sin lugar a dudas, el compromiso con la inclusión y la equidad, dos valores fundamentales para nuestra identidad costarricense. Eso sí da qué pensar, ¿verdad?
Además, la participación ciudadana fue masiva. Un total de 306 personas decidieron aportar su granito de arena como voluntarias, acumulando un total de 643 horas de servicio dedicado a causas nobles. ¡Eso demuestra que todavía queda gente con ganas de hacer las cosas bien y mejorar nuestro entorno! Alexandra Márquez-Massino, gerente general de CoopeAnde, resaltó que la cooperativa está transformando vidas, apoyando iniciativas sociales enfocadas en la prevención de la violencia y el bienestar emocional.
No solo eso, sino que también se invirtió en la capacitación de jóvenes. Durante el primer semestre de 2025, nada menos que 115 jóvenes recibieron formación en siete centros distribuidos por todo el país. Aprendieron técnicas valiosas para prevenir la violencia, resolver conflictos de manera pacífica y participar activamente en la vida comunitaria. Sara Vindas, del Foro de Juventudes de Guararí de Heredia, contó que desde marzo se prepararon intensamente, aprendiendo a comunicarse mejor y a desarrollar actividades que brinden herramientas a otros jóvenes para ser más fuertes y resilientes.
Cada cantón tuvo su propia iniciativa particular. Por ejemplo, en Santa Cruz, crearon un emotivo cortometraje llamado “Desde mi luz”, protagonizado por jóvenes guanacastecos, buscando sensibilizar a la población sobre la problemática de la violencia intrafamiliar. Kathleen Díaz García, integrante del grupo detrás del cortometraje, expresó que su experiencia con el Foro de Juventudes fue increíble y que repetirlo mil veces. En Cartago se realizó “Sana-Sana” promoviendo la conciencia sobre el bienestar y sanación; Garabito tuvo “Epifest”; Aguas Zarcas combinó deporte y salud mental; Pococí creó la “Zona de Paz” y Desamparados plantó “Semillas de Esperanza”. ¡Una verdadera muestra de creatividad y compromiso social!
Ahora, la pregunta que nos queda es: ¿crees que estas iniciativas deberían replicarse a nivel nacional y contar con mayor apoyo gubernamental para llegar a más comunidades y personas necesitadas? ¿Cuál consideras que es el factor más importante para garantizar el éxito a largo plazo de estos programas y evitar que se conviertan en simples acciones aisladas?
Según datos oficiales, solamente durante este año ya se completaron siete proyectos distintos que impactaron positivamente a unas 30 mil familias repartidas por varios cantones del país. Pero eso no es todo, porque considerando los últimos tres años, la cosa pinta aún mejor: cerca de 65 mil familias se vieron beneficiadas de manera directa y casi 138 mil de forma indirecta. ¡Un brete!
¿Pero cómo lograron esto? Pues resulta que la clave estuvo en la unión de esfuerzos entre varios actores clave. Los Centros Cívicos por la Paz, el Foro de Juventudes y la colaboración de CoopeAnde trabajaron codo a codo para organizar estas actividades. El objetivo era simple pero ambicioso: mejorar la convivencia en las comunidades, prevenir la violencia, fomentar el diálogo abierto y, en definitiva, construir una cultura de paz que podamos sentir todos los ticos.
Y la cosa se puso aún más interesante cuando analizaron quiénes fueron los principales beneficiarios. De esas 138 mil personas que recibieron ayuda, un impresionante 60% son mujeres. Esto resalta, sin lugar a dudas, el compromiso con la inclusión y la equidad, dos valores fundamentales para nuestra identidad costarricense. Eso sí da qué pensar, ¿verdad?
Además, la participación ciudadana fue masiva. Un total de 306 personas decidieron aportar su granito de arena como voluntarias, acumulando un total de 643 horas de servicio dedicado a causas nobles. ¡Eso demuestra que todavía queda gente con ganas de hacer las cosas bien y mejorar nuestro entorno! Alexandra Márquez-Massino, gerente general de CoopeAnde, resaltó que la cooperativa está transformando vidas, apoyando iniciativas sociales enfocadas en la prevención de la violencia y el bienestar emocional.
No solo eso, sino que también se invirtió en la capacitación de jóvenes. Durante el primer semestre de 2025, nada menos que 115 jóvenes recibieron formación en siete centros distribuidos por todo el país. Aprendieron técnicas valiosas para prevenir la violencia, resolver conflictos de manera pacífica y participar activamente en la vida comunitaria. Sara Vindas, del Foro de Juventudes de Guararí de Heredia, contó que desde marzo se prepararon intensamente, aprendiendo a comunicarse mejor y a desarrollar actividades que brinden herramientas a otros jóvenes para ser más fuertes y resilientes.
Cada cantón tuvo su propia iniciativa particular. Por ejemplo, en Santa Cruz, crearon un emotivo cortometraje llamado “Desde mi luz”, protagonizado por jóvenes guanacastecos, buscando sensibilizar a la población sobre la problemática de la violencia intrafamiliar. Kathleen Díaz García, integrante del grupo detrás del cortometraje, expresó que su experiencia con el Foro de Juventudes fue increíble y que repetirlo mil veces. En Cartago se realizó “Sana-Sana” promoviendo la conciencia sobre el bienestar y sanación; Garabito tuvo “Epifest”; Aguas Zarcas combinó deporte y salud mental; Pococí creó la “Zona de Paz” y Desamparados plantó “Semillas de Esperanza”. ¡Una verdadera muestra de creatividad y compromiso social!
Ahora, la pregunta que nos queda es: ¿crees que estas iniciativas deberían replicarse a nivel nacional y contar con mayor apoyo gubernamental para llegar a más comunidades y personas necesitadas? ¿Cuál consideras que es el factor más importante para garantizar el éxito a largo plazo de estos programas y evitar que se conviertan en simples acciones aisladas?