¡Buenas, boa! Resulta que el Banco Central nos soltó la bomba: las reservas internacionales llegaron a unos jugosos $17.049,8 millones a diciembre pasado. Un número que da gusto ver, porque significa que tenemos un buen colchón financiero, vamos, la cartera bien aguadita.
Para ponerlo en perspectiva, esto representa un aumento de casi $2.880 millones con respecto a fin de año anterior. ¡Un fleco! Eso sí, también supera ampliamente el nivel mínimo que la Junta Directiva del BCCR considera adecuado – cubriendo hasta el 16,8% del Producto Interno Bruto (PIB) y un 151,1% del nivel mínimo exigido. Claramente, el país está manejándose con cierta holgura, aunque siempre hay que estar ojo avizor, diay.
Y ni hablar del tipo de cambio. Después de esos sustos de noviembre y principios de diciembre, cuando parecía que el dólar iba a comérnoselo entero, volvió a estabilizarse cerca de los ¢500. Entre el 20 de noviembre y el 4 de diciembre, cayó unos ¢12,01 gracias a un superávit de operaciones cambiarias en ventanilla bastante generoso – promediando unos $47,3 millones diarios, ¡una chimba!
Después, claro, hubo un pequeño ajuste. Del 5 al 11 de diciembre, el tipo de cambio subió unos ¢10,85, reflejando un menor superávit en las operaciones con el público, quedándose en unos $17,9 millones. Pero eso no opaca el panorama general, que sigue siendo positivo. Este superávit acumulado, al corte del 10 de diciembre, suma unos $6.360,8 millones, ¡una cifra impresionante!
Lo que realmente le da fuerza a este superávit es la actividad de las zonas francas y el perfeccionamiento activo. Estas empresas, que exportan y reexportan productos, generan ingresos en dólares que contribuyen significativamente a las reservas. En lo corrido de 2025, el BCCR ha movido unos $5.454,2 millones en el Monex, destinando parte de estos fondos a fortalecer el “blindaje” financiero del país y a cubrir las necesidades del Sector Público No Bancario (SPNB).
Ahora bien, hablemos de ese SPNB. Al parecer, el BCCR ha acumulado un saldo de $643,8 millones específicamente para atender futuras demandas de estas instituciones. Esto demuestra una gestión prudente y anticipatoria, buscando asegurar la estabilidad financiera ante cualquier eventualidad. Verás, tener reservas así te quita un peso de encima, te da tranquilidad, poder enfrentar cualquier brete que se presente, especialmente en tiempos donde la economía mundial está dando brincos.
Todo indica que la economía tica, pese a los desafíos globales, se mantiene relativamente sólida. Las exportaciones, impulsadas principalmente por el sector manufacturero, han sido clave para mantener las reservas en niveles saludables. Además, la política monetaria del BCCR, con sus intervenciones en el Monex, ha contribuido a controlar la volatilidad del tipo de cambio. ¡Esto es para celebrarlo, qué bueno!
Pero, ¿qué hacemos ahora con esta bonanza? Algunos expertos sugieren invertir en infraestructura, otros abogan por reducir impuestos… ¿Ustedes, compas, qué les parece? ¿Cómo deberían utilizarse estos recursos para impulsar el desarrollo sostenible de Costa Rica y asegurarnos de que todos nos beneficiemos de este crecimiento económico?
Para ponerlo en perspectiva, esto representa un aumento de casi $2.880 millones con respecto a fin de año anterior. ¡Un fleco! Eso sí, también supera ampliamente el nivel mínimo que la Junta Directiva del BCCR considera adecuado – cubriendo hasta el 16,8% del Producto Interno Bruto (PIB) y un 151,1% del nivel mínimo exigido. Claramente, el país está manejándose con cierta holgura, aunque siempre hay que estar ojo avizor, diay.
Y ni hablar del tipo de cambio. Después de esos sustos de noviembre y principios de diciembre, cuando parecía que el dólar iba a comérnoselo entero, volvió a estabilizarse cerca de los ¢500. Entre el 20 de noviembre y el 4 de diciembre, cayó unos ¢12,01 gracias a un superávit de operaciones cambiarias en ventanilla bastante generoso – promediando unos $47,3 millones diarios, ¡una chimba!
Después, claro, hubo un pequeño ajuste. Del 5 al 11 de diciembre, el tipo de cambio subió unos ¢10,85, reflejando un menor superávit en las operaciones con el público, quedándose en unos $17,9 millones. Pero eso no opaca el panorama general, que sigue siendo positivo. Este superávit acumulado, al corte del 10 de diciembre, suma unos $6.360,8 millones, ¡una cifra impresionante!
Lo que realmente le da fuerza a este superávit es la actividad de las zonas francas y el perfeccionamiento activo. Estas empresas, que exportan y reexportan productos, generan ingresos en dólares que contribuyen significativamente a las reservas. En lo corrido de 2025, el BCCR ha movido unos $5.454,2 millones en el Monex, destinando parte de estos fondos a fortalecer el “blindaje” financiero del país y a cubrir las necesidades del Sector Público No Bancario (SPNB).
Ahora bien, hablemos de ese SPNB. Al parecer, el BCCR ha acumulado un saldo de $643,8 millones específicamente para atender futuras demandas de estas instituciones. Esto demuestra una gestión prudente y anticipatoria, buscando asegurar la estabilidad financiera ante cualquier eventualidad. Verás, tener reservas así te quita un peso de encima, te da tranquilidad, poder enfrentar cualquier brete que se presente, especialmente en tiempos donde la economía mundial está dando brincos.
Todo indica que la economía tica, pese a los desafíos globales, se mantiene relativamente sólida. Las exportaciones, impulsadas principalmente por el sector manufacturero, han sido clave para mantener las reservas en niveles saludables. Además, la política monetaria del BCCR, con sus intervenciones en el Monex, ha contribuido a controlar la volatilidad del tipo de cambio. ¡Esto es para celebrarlo, qué bueno!
Pero, ¿qué hacemos ahora con esta bonanza? Algunos expertos sugieren invertir en infraestructura, otros abogan por reducir impuestos… ¿Ustedes, compas, qué les parece? ¿Cómo deberían utilizarse estos recursos para impulsar el desarrollo sostenible de Costa Rica y asegurarnos de que todos nos beneficiemos de este crecimiento económico?