¡Ay, Dios mío! La situación en San Pedro de Vázquez de Coronado se ha puesto más tensa que un güisquil en olla express. Vecinos y conductores están desesperados por el estado crítico del puente ubicado en el sector de La Colmena, en la Ruta Nacional 307. Un agujero gigantesco amenaza con tragarse cualquier vehículo o moto que pase cerca, y ya varios han tenido que frenar en seco para evitar el chapuzón.
Este puente, que todos los días recibe un flujo constante de carros, buses, motos y personas caminando, lleva años pidiendo ayuda. Parece que el CONAVI vive en otra galaxia y no quiere hacer caso de los reclamos de la gente. Lo que empezó siendo una pequeña fisura, ahora es un cráter que da más miedo que el túnel de la muerte. Y ni hablar de la baranda, que en algunos lugares parece estar a punto de decir 'adiós' y caerse al vacío.
Según cuentan los lugareños, cada vez que un bus pasa por encima del puente, la estructura se estremece como si tuviera espanto. "Se cimbra, mae, se cimbra", dicen, con razón. Uno se imagina el peor escenario: un choque frontal, alguien cayendo al río... ¡Qué torta sería eso!
Antonio Rodríguez, un vecino y conductor frecuente de la zona, nos contó cómo a diario tiene que vivir al filo del precipicio. “Hace días que está eso, hay muchos peligros que han pasado, motociclistas, y frenazos. De hecho, yo siempre tengo que frenar porque vienen motos tratando de esquivar el hoyo y uno se los topa de frente”, nos dijo, visiblemente preocupado. Esta vara es peligrosa, ¡qué pena!”, agregó con frustración.
Otro vecino, quien prefirió mantenerse anónimo por temor a represalias, señaló que la indiferencia de las autoridades es lo que más molesta. "Como es carretera nacional, no le dan el pedidito de mantenimiento. Realmente es peligroso, más en las noches, que es sumamente oscuro y no se ve bien. Uno va manejando a ciegas, ¡qué sal!". Parece que hasta que alguien salga gravemente herido, nadie va a hacer nada, ¿verdad?
La comunidad está harta de tanto papeleo y promesas incumplidas. Han insistido una y otra vez que el caso debe ser atendido urgentemente por el Consejo Nacional de Vialidad (CONAVI). Ya no quieren más excusas, sino soluciones. Necesitan que manden ingenieros, materiales y trabajadores para reparar este puente antes de que ocurra una tragedia. ¿Será que les harán caso, diay?
Imaginen la escena: un bus lleno de estudiantes camino a la escuela, una familia regresando a casa después de pasar el día en la playa, una motocicleta llevando a dos jóvenes a trabajar… Todos arriesgándose cada día al cruzar ese puente en ruinas. ¡Qué carga tener que vivir así! Y esto, señores, no es un problema menor; es una cuestión de seguridad pública que requiere atención inmediata. Un poco de inversión ahora podría ahorrar vidas en el futuro.
En fin, la pelota está en el tejado del CONAVI. Esperemos que tomen cartas en el asunto antes de que algo terrible suceda. Pero me pregunto: ¿Creéen ustedes que las autoridades tomarán medidas urgentes para solucionar este problema o seguiremos viendo cómo este puente se derrumba lentamente, poniendo en riesgo la vida de nuestros compatriotas?
Este puente, que todos los días recibe un flujo constante de carros, buses, motos y personas caminando, lleva años pidiendo ayuda. Parece que el CONAVI vive en otra galaxia y no quiere hacer caso de los reclamos de la gente. Lo que empezó siendo una pequeña fisura, ahora es un cráter que da más miedo que el túnel de la muerte. Y ni hablar de la baranda, que en algunos lugares parece estar a punto de decir 'adiós' y caerse al vacío.
Según cuentan los lugareños, cada vez que un bus pasa por encima del puente, la estructura se estremece como si tuviera espanto. "Se cimbra, mae, se cimbra", dicen, con razón. Uno se imagina el peor escenario: un choque frontal, alguien cayendo al río... ¡Qué torta sería eso!
Antonio Rodríguez, un vecino y conductor frecuente de la zona, nos contó cómo a diario tiene que vivir al filo del precipicio. “Hace días que está eso, hay muchos peligros que han pasado, motociclistas, y frenazos. De hecho, yo siempre tengo que frenar porque vienen motos tratando de esquivar el hoyo y uno se los topa de frente”, nos dijo, visiblemente preocupado. Esta vara es peligrosa, ¡qué pena!”, agregó con frustración.
Otro vecino, quien prefirió mantenerse anónimo por temor a represalias, señaló que la indiferencia de las autoridades es lo que más molesta. "Como es carretera nacional, no le dan el pedidito de mantenimiento. Realmente es peligroso, más en las noches, que es sumamente oscuro y no se ve bien. Uno va manejando a ciegas, ¡qué sal!". Parece que hasta que alguien salga gravemente herido, nadie va a hacer nada, ¿verdad?
La comunidad está harta de tanto papeleo y promesas incumplidas. Han insistido una y otra vez que el caso debe ser atendido urgentemente por el Consejo Nacional de Vialidad (CONAVI). Ya no quieren más excusas, sino soluciones. Necesitan que manden ingenieros, materiales y trabajadores para reparar este puente antes de que ocurra una tragedia. ¿Será que les harán caso, diay?
Imaginen la escena: un bus lleno de estudiantes camino a la escuela, una familia regresando a casa después de pasar el día en la playa, una motocicleta llevando a dos jóvenes a trabajar… Todos arriesgándose cada día al cruzar ese puente en ruinas. ¡Qué carga tener que vivir así! Y esto, señores, no es un problema menor; es una cuestión de seguridad pública que requiere atención inmediata. Un poco de inversión ahora podría ahorrar vidas en el futuro.
En fin, la pelota está en el tejado del CONAVI. Esperemos que tomen cartas en el asunto antes de que algo terrible suceda. Pero me pregunto: ¿Creéen ustedes que las autoridades tomarán medidas urgentes para solucionar este problema o seguiremos viendo cómo este puente se derrumba lentamente, poniendo en riesgo la vida de nuestros compatriotas?