¡Ay, Dios mío, qué torta! Resulta que el juzgado de San Carlos mandó tumbar más de setenta construcciones que estaban metidas donde no debían: dentro del Refugio Nacional Corredor Fronterizo Norte, allá en Chorrera de Cutris. Parece mentira, pero alguien se creyó que podía echarle mano a terreno protegido, ¡y ahora llegó el golpe!
La Fiscalía Adjunta, tanto la normal como la ambiental, pidieron esta medida drástica y el juez les dio la razón. Se trata del caso 25-000857-0306-PE, donde se investiga a un “ignorado”, o sea, todavía no han agarrado al responsable de este maje, de poner sus cosas en un lugar que ni siquiera le pertenece. Esto demuestra, diay, que algunos piensan que las leyes son pa’ otros.
Ahora, la Municipalidad de San Carlos, junto con el SINAC-ACHAN, tienen que encargarse de tumbar todo esto. Van a necesitar apoyo de la Fuerza Pública para mantener el orden porque seguro habrá protestas y broncas. Además, le dieron dos meses a los que estaban viviendo ahí para quitarse los escombros. ¡Dos meses pa’ recoger el maje! Eso es mucho tiempo, ¿verdad?
Desde el Ministerio Público dicen que esto demuestra lo comprometidos que están con cuidar el medio ambiente. Dicen que hasta puede ayudar en la lucha contra la minería ilegal en Crucitas, que está cerquita de Chorrera. Aunque no sea exactamente lo mismo, tener gente viviendo ahí ayuda a los mineros a conseguir comida, transporte y demás. ¡Es como darle facilidades pa’ hacer el feo!”, comentó la Fiscalía Ambiental con toda la razón.
Y es que, hablando de la zona fronteriza, resulta que es un área silvestre protegida desde 1888, ¡más de siglo y medio! Por eso nadie, absolutamente nadie, puede comprarla ni construir en ella, aunque lleve cien años viviendo ahí. Ya quedó clarito, ¿no? El dominio público es sagrado y no se toca.
Pero la cosa no termina acá. La investigación sigue abierta y esperan identificar a los responsables de esta invasión. Lo que más preocupa es cómo pudieron llegar tan lejos sin que nadie se diera cuenta. ¿Será que hubo complicidades?, ¿algún funcionario que hizo la vista gorda?. Preguntas que necesitan respuesta, chunches.
Esta movida me hace pensar en otras áreas protegidas en Costa Rica. ¿Cuántas veces hemos visto gente construyendo casas o negocios en lugares donde no deberían estar? Parece que hay muchos interesados en aprovecharse de los recursos naturales, ¡y eso es algo que no podemos permitir!. ¿Será que necesitamos leyes más duras y controles más estrictos?
Bueno, pues ahí lo tienen, camaradas. Una noticia que nos recuerda que proteger el medio ambiente es tarea de todos. Y ahora, díganme: ¿creen que estas acciones serán suficientes para frenar la invasión de áreas protegidas en Costa Rica o necesitamos tomar medidas más contundentes? Vamos a ver qué opinan mis compas del foro sobre este brete.
La Fiscalía Adjunta, tanto la normal como la ambiental, pidieron esta medida drástica y el juez les dio la razón. Se trata del caso 25-000857-0306-PE, donde se investiga a un “ignorado”, o sea, todavía no han agarrado al responsable de este maje, de poner sus cosas en un lugar que ni siquiera le pertenece. Esto demuestra, diay, que algunos piensan que las leyes son pa’ otros.
Ahora, la Municipalidad de San Carlos, junto con el SINAC-ACHAN, tienen que encargarse de tumbar todo esto. Van a necesitar apoyo de la Fuerza Pública para mantener el orden porque seguro habrá protestas y broncas. Además, le dieron dos meses a los que estaban viviendo ahí para quitarse los escombros. ¡Dos meses pa’ recoger el maje! Eso es mucho tiempo, ¿verdad?
Desde el Ministerio Público dicen que esto demuestra lo comprometidos que están con cuidar el medio ambiente. Dicen que hasta puede ayudar en la lucha contra la minería ilegal en Crucitas, que está cerquita de Chorrera. Aunque no sea exactamente lo mismo, tener gente viviendo ahí ayuda a los mineros a conseguir comida, transporte y demás. ¡Es como darle facilidades pa’ hacer el feo!”, comentó la Fiscalía Ambiental con toda la razón.
Y es que, hablando de la zona fronteriza, resulta que es un área silvestre protegida desde 1888, ¡más de siglo y medio! Por eso nadie, absolutamente nadie, puede comprarla ni construir en ella, aunque lleve cien años viviendo ahí. Ya quedó clarito, ¿no? El dominio público es sagrado y no se toca.
Pero la cosa no termina acá. La investigación sigue abierta y esperan identificar a los responsables de esta invasión. Lo que más preocupa es cómo pudieron llegar tan lejos sin que nadie se diera cuenta. ¿Será que hubo complicidades?, ¿algún funcionario que hizo la vista gorda?. Preguntas que necesitan respuesta, chunches.
Esta movida me hace pensar en otras áreas protegidas en Costa Rica. ¿Cuántas veces hemos visto gente construyendo casas o negocios en lugares donde no deberían estar? Parece que hay muchos interesados en aprovecharse de los recursos naturales, ¡y eso es algo que no podemos permitir!. ¿Será que necesitamos leyes más duras y controles más estrictos?
Bueno, pues ahí lo tienen, camaradas. Una noticia que nos recuerda que proteger el medio ambiente es tarea de todos. Y ahora, díganme: ¿creen que estas acciones serán suficientes para frenar la invasión de áreas protegidas en Costa Rica o necesitamos tomar medidas más contundentes? Vamos a ver qué opinan mis compas del foro sobre este brete.