¡Ay, Dios mío! Esto sí que nos cayó como balde de agua fría, pura y dura. La ONU acaba de soltarle la bomba: los discursos violentos contra las mujeres en las redes sociales se dispararon un 37% en el último año. ¡Y eso es pa’l susto!
Según el reporte más reciente sobre Discursos de Odio y Discriminación en nuestro país, la cosa va de mal en peor. Desde el 2021, estos ataques virtuales se han multiplicado como birria. Principalmente, las que están metidas en política, las periodistas que se fajaron a darle caña y las luchadoras por los derechos humanos son las primeras en recibir este trato injusto.
Parece que ahora, la ONU está poniendo el foco en la violencia digital, porque ya se salió de control. No hablamos solo de insultos básicos, sino de cosas bien feas como el acoso constante, el acecho implacable, información falsa para dañar la imagen, deepfakes que te helan la sangre y subir fotos íntimas sin permiso. ¡Un verdadero panorama oscuro, mi pana!
Los números no mienten: casi la mitad de las mujeres acá en Costa Rica ya ha sufrido alguna forma de agresión digital. ¡Imagínate la magnitud de eso! Y lo que es aún más impactante, más del 90% de los deepfakes que circulan por ahí usan imágenes de mujeres, generalmente de índole sexual. ¡Eso es tremendo!
La preocupación es que estas agresiones online no se quedan en la pantalla. Como dice la ONU, el daño es real y se extiende a nuestras casas, trabajos y comunidades. Tenemos periodistas que prefieren dejar de escribir por miedo, activistas que borran sus perfiles para proteger a sus familias, jovencitas que pierden la confianza para alzar la voz y líderes que viven con el temor constante de ser acosados. ¡Una verdadera torta!
Desde el UNFPA nos recuerdan que Costa Rica arrastra una cifra escalofriante de alrededor de 180 femicidios desde el 2020, y esos números siguen subiendo año tras año. Además, seguimos viendo indicadores preocupantes de violencia física, psicológica, sexual y patrimonial. ¡Nos queda mucho camino por recorrer, diay!
Ahora, la ONU está pidiendo a todos –gobiernos, empresas tecnológicas y nosotros mismos– que hagamos algo YA. Inviertemos en educación digital, capacitemos a las mujeres y niñas para navegar seguras por internet, cuestionemos la cultura digital tóxica. Las empresas tecnológicas deben contratar más mujeres, eliminar contenido dañino rapidito y atender las denuncias seriamente. Y claro, hay que ponerle trabas a los agresores con leyes más duras y efectivas. Es que las organizaciones de mujeres están sufriendo recortes presupuestarios, ¡lo cual pone en riesgo programas vitales para combatir la violencia de género!
La verdad, señores, la violencia contra las mujeres y las niñas es una violación de derechos humanos que se mete en todos lados y frena nuestro progreso. Es inaceptable que sigamos viendo retrocesos en los derechos de la mujer. Entonces… ¿qué podemos hacer *nosotros*, como ciudadanos comunes, para contribuir a crear un entorno digital más seguro y respetuoso para todas las mujeres y niñas en Costa Rica?
Según el reporte más reciente sobre Discursos de Odio y Discriminación en nuestro país, la cosa va de mal en peor. Desde el 2021, estos ataques virtuales se han multiplicado como birria. Principalmente, las que están metidas en política, las periodistas que se fajaron a darle caña y las luchadoras por los derechos humanos son las primeras en recibir este trato injusto.
Parece que ahora, la ONU está poniendo el foco en la violencia digital, porque ya se salió de control. No hablamos solo de insultos básicos, sino de cosas bien feas como el acoso constante, el acecho implacable, información falsa para dañar la imagen, deepfakes que te helan la sangre y subir fotos íntimas sin permiso. ¡Un verdadero panorama oscuro, mi pana!
Los números no mienten: casi la mitad de las mujeres acá en Costa Rica ya ha sufrido alguna forma de agresión digital. ¡Imagínate la magnitud de eso! Y lo que es aún más impactante, más del 90% de los deepfakes que circulan por ahí usan imágenes de mujeres, generalmente de índole sexual. ¡Eso es tremendo!
La preocupación es que estas agresiones online no se quedan en la pantalla. Como dice la ONU, el daño es real y se extiende a nuestras casas, trabajos y comunidades. Tenemos periodistas que prefieren dejar de escribir por miedo, activistas que borran sus perfiles para proteger a sus familias, jovencitas que pierden la confianza para alzar la voz y líderes que viven con el temor constante de ser acosados. ¡Una verdadera torta!
Desde el UNFPA nos recuerdan que Costa Rica arrastra una cifra escalofriante de alrededor de 180 femicidios desde el 2020, y esos números siguen subiendo año tras año. Además, seguimos viendo indicadores preocupantes de violencia física, psicológica, sexual y patrimonial. ¡Nos queda mucho camino por recorrer, diay!
Ahora, la ONU está pidiendo a todos –gobiernos, empresas tecnológicas y nosotros mismos– que hagamos algo YA. Inviertemos en educación digital, capacitemos a las mujeres y niñas para navegar seguras por internet, cuestionemos la cultura digital tóxica. Las empresas tecnológicas deben contratar más mujeres, eliminar contenido dañino rapidito y atender las denuncias seriamente. Y claro, hay que ponerle trabas a los agresores con leyes más duras y efectivas. Es que las organizaciones de mujeres están sufriendo recortes presupuestarios, ¡lo cual pone en riesgo programas vitales para combatir la violencia de género!
La verdad, señores, la violencia contra las mujeres y las niñas es una violación de derechos humanos que se mete en todos lados y frena nuestro progreso. Es inaceptable que sigamos viendo retrocesos en los derechos de la mujer. Entonces… ¿qué podemos hacer *nosotros*, como ciudadanos comunes, para contribuir a crear un entorno digital más seguro y respetuoso para todas las mujeres y niñas en Costa Rica?