¡Ay, Dios mío, qué bronca! Aquí estamos, revolviendo el tingo de letras con el director del OIJ, Randall Zúñiga, metido en un brete gordo. Resulta que andan circulando unas imágenes y videos que buscan hacerlo quedar como el peor pagafantas de la historia. El mae, pa' poder aclarar las cosas, soltó un comunicado por WhatsApp – ¡sí, así, por el mensajero, como si fuera un chunche! – negando todo y diciendo que todo es pura macana política.
La movida empezó con unas denuncias bomba: una por supuesta violación en Corredores, otra por violación y contagio venéreo en Cartago, ¡y ni hablar de la de Goicoechea!, donde lo acusan de conductas sexuales abusivas y ofensas a la dignidad. Imagínate la presión, ¡el pobre mae debe estar sudando frío! Pero el director, lejos de echarle tierra al asunto, dice que se va a defender con uñas y dientes y que todo esto es un ataque político mañoso para tumbarlo del cargo.
Zúñiga, en su comunicado – que dio vuelta a toda la red social, claro – también menciona unos audios y videos que circulan por internet, alegando que están manipulados y que buscan desacreditarlo. Dice que en un audio de 30 agentes no se menciona al Presidente Chaves, ni mucho menos, y que todo eso es inventado. ¡Un diay, qué rollo! Parece novela china, pero con implicaciones políticas serias, vamos.
Lo curioso de todo este tinglado es cómo se manejó el tema del celular. El mae admite que se lo decomisaron el viernes por la tarde, pero asegura que lo entregó encendido para agilizar la investigación. ¡Eso suena a que algo anda raro, pana! Y luego sale con que no se ha inmiscuido en el proceso, que ni siquiera ha pedido copia del expediente... ¡Pero si está en el ojo del huracán, hombre!
Y hablando de evidencias, el OIJ ha estado recibiendo palos porque se filtraron fotos de escenas del crimen, ¡imagínate! Fotos que no son oficiales y que aparecieron en grupos de chat de sucesos. También salió a cuento un asunto de un avión con droga rumbo a Estados Unidos, explicando que las fotos fueron compartidas en un grupo de chat entre compañeros. ¡Parece que en el OIJ se les escapa todo por las rendijas!
Ahora, analizando la jugada desde afuera, uno piensa: ¿qué tanto interés hay en derribar al director del OIJ? Algunos dicen que es venganza de gente resentida, otros que hay intereses políticos detrás de todo esto. Lo cierto es que el caso ha generado un terremoto en la opinión pública y ha puesto en tela de juicio la credibilidad de las autoridades judiciales. ¡Qué pena nacional!
El Ministerio Público está investigando todos estos señalamientos y ha confirmado la recepción de tres expedientes en su contra. La Unidad de Género de la Fiscalía Adjunta de Corredores está llevando el caso principal, y aseguran que están trabajando a marchas forzadas para esclarecer los hechos. Dicen que están haciendo valoraciones de riesgo y coordinando esfuerzos con el OIJ, pero la verdad es que la cosa pinta turbia, pana.
En fin, ¡vaya lío nos cayó encima! Un caso lleno de giros inesperados, videos sospechosos, celulares decomisados y acusaciones graves. Definitivamente, esto no se va a resolver pronto. Ahora, te pregunto, compa: ¿crees que Randall Zúñiga está siendo víctima de una persecución política o realmente hay pruebas suficientes para demostrar su culpabilidad?
La movida empezó con unas denuncias bomba: una por supuesta violación en Corredores, otra por violación y contagio venéreo en Cartago, ¡y ni hablar de la de Goicoechea!, donde lo acusan de conductas sexuales abusivas y ofensas a la dignidad. Imagínate la presión, ¡el pobre mae debe estar sudando frío! Pero el director, lejos de echarle tierra al asunto, dice que se va a defender con uñas y dientes y que todo esto es un ataque político mañoso para tumbarlo del cargo.
Zúñiga, en su comunicado – que dio vuelta a toda la red social, claro – también menciona unos audios y videos que circulan por internet, alegando que están manipulados y que buscan desacreditarlo. Dice que en un audio de 30 agentes no se menciona al Presidente Chaves, ni mucho menos, y que todo eso es inventado. ¡Un diay, qué rollo! Parece novela china, pero con implicaciones políticas serias, vamos.
Lo curioso de todo este tinglado es cómo se manejó el tema del celular. El mae admite que se lo decomisaron el viernes por la tarde, pero asegura que lo entregó encendido para agilizar la investigación. ¡Eso suena a que algo anda raro, pana! Y luego sale con que no se ha inmiscuido en el proceso, que ni siquiera ha pedido copia del expediente... ¡Pero si está en el ojo del huracán, hombre!
Y hablando de evidencias, el OIJ ha estado recibiendo palos porque se filtraron fotos de escenas del crimen, ¡imagínate! Fotos que no son oficiales y que aparecieron en grupos de chat de sucesos. También salió a cuento un asunto de un avión con droga rumbo a Estados Unidos, explicando que las fotos fueron compartidas en un grupo de chat entre compañeros. ¡Parece que en el OIJ se les escapa todo por las rendijas!
Ahora, analizando la jugada desde afuera, uno piensa: ¿qué tanto interés hay en derribar al director del OIJ? Algunos dicen que es venganza de gente resentida, otros que hay intereses políticos detrás de todo esto. Lo cierto es que el caso ha generado un terremoto en la opinión pública y ha puesto en tela de juicio la credibilidad de las autoridades judiciales. ¡Qué pena nacional!
El Ministerio Público está investigando todos estos señalamientos y ha confirmado la recepción de tres expedientes en su contra. La Unidad de Género de la Fiscalía Adjunta de Corredores está llevando el caso principal, y aseguran que están trabajando a marchas forzadas para esclarecer los hechos. Dicen que están haciendo valoraciones de riesgo y coordinando esfuerzos con el OIJ, pero la verdad es que la cosa pinta turbia, pana.
En fin, ¡vaya lío nos cayó encima! Un caso lleno de giros inesperados, videos sospechosos, celulares decomisados y acusaciones graves. Definitivamente, esto no se va a resolver pronto. Ahora, te pregunto, compa: ¿crees que Randall Zúñiga está siendo víctima de una persecución política o realmente hay pruebas suficientes para demostrar su culpabilidad?
