¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que andan moviéndose cositas raras en la Caja de Ahorro y Préstamos de la Asociación Nacional de Educadores (Caja de Ande). Dos directivos, al parecer bastante hartitos, se juramentaron con un buen protestazo porque no les tragaron la elección de Dixie Campos Salazar como presidenta. Parece que hubo un pequeño detalle: la chavala no cumple con los añitos de experiencia que pide la normativa, y la Sugef ya les había echado un ojo antes de la votación. ¡Un brete!
La jugada pasó el 1 de octubre, en la sesión número 8296, donde se decidió renovar la junta directiva por un año más. Pero ahí ya estaba la Sugef mandándoles alertas, habiéndolos reclasificado de “Normalidad I” a “Irregularidad Financiera I” justo después de una supervisión en mayo. Parece que alguien no prestó atención a las señales, ¿eh?
Y ni hablar del Acuerdo SUGEF 24-22. Según ese documento, si tienes tres aspectos malos en la calidad del gobierno corporativo, la gestión de riesgos, la situación económica, o el cumplimiento legal, te metes en problemas. Y parece que la Caja de Ande tenía varios flaquitos, así que la Sugef no dudó en ponerles la lupa. Un golpe bajo para la imagen de la institución, diay.
El informe SGF-DSI-0053-2025 explica que, aunque Campos tiene los papeles en orden en cuanto a educación y honestidad, le faltaba el aval de experiencia. ¡Imagínate! Que te toque dirigir una caja de ahorro y préstamos sin tener los años suficientes. Eso sí que es irse al traste, mi pana.
Pero la cosa no quedó ahí. Jorge Lobo García y Grethel Mora Chacón, esos vocales que tienen buen tino, levantaron la voz y pidieron que viniera el equipo legal a echarle un vistazo al asunto. Querían dejar claro que había algo turbio en el proceso, y tenerlo registrado en actas. Pero Carmen Brenes Pérez, la secretaria, no se dejó amedrentar y argumentó que era el mismo rollo del año pasado, y que la decisión final era de la junta. ¡Qué carga!
Carmen María Martínez Cubero, la gerente general –también señalada por la Sugef– salió a defender la elección, diciendo que sí había una certificación de idoneidad vigente. Pero parece que la Sugef no está muy convencida, y dio a entender que, para ellos, las advertencias de la superintendencia no significaban gran cosa. ¡Una actitud peligrosa, más vale decirlo!
Al final, Dixie Campos ganó con cuatro votos a favor y tres en contra. Lobo, como buen tico que sabe defender sus derechos, pidió que se leyera el criterio de minoría para justificar su voto negativo junto con María Magdalena Cano Valle, para evitar cualquier lío futuro. “Se pierde idoneidad”, dijo Lobo, “cuando no cumples con los requisitos y te dan el puesto”. ¡Tiene toda la razón del mundo, pana!
Para rematar, la Asociación Nacional de Educadores (Ande) salió a apoyar a la Caja de Ande, diciendo que el informe de la Sugef no implica ningún riesgo para los accionistas. Pero la verdad es que este caso ha dejado mucho que pensar. Con tanta polémica y señalamientos, ¿cuál será el verdadero impacto de esta situación en la confianza de los socios y en la estabilidad financiera de la Caja de Ande? ¿Usted cree que deberían reconsiderar la elección de la presidenta, aunque cueste romper el machismo de algunos directivos que creen que pueden saltarse las reglas?
La jugada pasó el 1 de octubre, en la sesión número 8296, donde se decidió renovar la junta directiva por un año más. Pero ahí ya estaba la Sugef mandándoles alertas, habiéndolos reclasificado de “Normalidad I” a “Irregularidad Financiera I” justo después de una supervisión en mayo. Parece que alguien no prestó atención a las señales, ¿eh?
Y ni hablar del Acuerdo SUGEF 24-22. Según ese documento, si tienes tres aspectos malos en la calidad del gobierno corporativo, la gestión de riesgos, la situación económica, o el cumplimiento legal, te metes en problemas. Y parece que la Caja de Ande tenía varios flaquitos, así que la Sugef no dudó en ponerles la lupa. Un golpe bajo para la imagen de la institución, diay.
El informe SGF-DSI-0053-2025 explica que, aunque Campos tiene los papeles en orden en cuanto a educación y honestidad, le faltaba el aval de experiencia. ¡Imagínate! Que te toque dirigir una caja de ahorro y préstamos sin tener los años suficientes. Eso sí que es irse al traste, mi pana.
Pero la cosa no quedó ahí. Jorge Lobo García y Grethel Mora Chacón, esos vocales que tienen buen tino, levantaron la voz y pidieron que viniera el equipo legal a echarle un vistazo al asunto. Querían dejar claro que había algo turbio en el proceso, y tenerlo registrado en actas. Pero Carmen Brenes Pérez, la secretaria, no se dejó amedrentar y argumentó que era el mismo rollo del año pasado, y que la decisión final era de la junta. ¡Qué carga!
Carmen María Martínez Cubero, la gerente general –también señalada por la Sugef– salió a defender la elección, diciendo que sí había una certificación de idoneidad vigente. Pero parece que la Sugef no está muy convencida, y dio a entender que, para ellos, las advertencias de la superintendencia no significaban gran cosa. ¡Una actitud peligrosa, más vale decirlo!
Al final, Dixie Campos ganó con cuatro votos a favor y tres en contra. Lobo, como buen tico que sabe defender sus derechos, pidió que se leyera el criterio de minoría para justificar su voto negativo junto con María Magdalena Cano Valle, para evitar cualquier lío futuro. “Se pierde idoneidad”, dijo Lobo, “cuando no cumples con los requisitos y te dan el puesto”. ¡Tiene toda la razón del mundo, pana!
Para rematar, la Asociación Nacional de Educadores (Ande) salió a apoyar a la Caja de Ande, diciendo que el informe de la Sugef no implica ningún riesgo para los accionistas. Pero la verdad es que este caso ha dejado mucho que pensar. Con tanta polémica y señalamientos, ¿cuál será el verdadero impacto de esta situación en la confianza de los socios y en la estabilidad financiera de la Caja de Ande? ¿Usted cree que deberían reconsiderar la elección de la presidenta, aunque cueste romper el machismo de algunos directivos que creen que pueden saltarse las reglas?
