¡Ay, Dios mío, qué bronca! Resulta que los diputados, esos mismos que siempre andan buscando cómo gastar nuestra plata, aprobaron este miércoles mover mil quinientos millones de colones del pago de intereses de la deuda pública interna para la Cruz Roja. Un alivio, sí, porque la Cruz Roja siempre anda con el brete arriba, atendiendo emergencias y salvando vidas, pero también huele raro, ¿verdad?
La jugada es parte de las 57 mociones que le han presentado al proyecto de presupuesto para el 2026, que, por cierto, asciende a ¡doce mil ochocientos billones de colones! Imagínate la pila de papeles y la cantidad de reuniones que eso ha dado. Aparentemente, hay pura vara en juego y cada partido quiere meter sus manos en la bolsa.
Pero claro, como en Costa Rica todo tiene su traspié, los diputados del oficialismo – Pilar Cisneros y Alexander Barrantes – se pusieron en plan aguafiestas y votaron en contra. Cisneros soltó una que te puso los pelos de punta: dijo que esto era como “agarrar la plata de los intereses como si fuera una piñata”. ¡Uy, qué bochornoso!
Las palabras de Cisneros prendieron las alarmas y rápidamente recibieron respuesta de Vanessa Castro (PUSC) y Jonathan Acuña (FA). Castro, con toda la actitud, les respondió diciendo que no estaban haciendo una “fiesta”, sino “haciendo de tripas, chorizo”, como decimos nosotros cuando toca apelar a los ahorros para salir adelante. ¡Un buen golpe bajo, mae!
Acuña, aprovechando la oportunidad, defendió a rajatabla la inversión en salud. Dijo que asegurar que la Cruz Roja tenga los recursos para atender a la gente es una cuestión de sentido común, no solo de números. Añadió que “los grandes números macroeconómicos también son asunto de la razón”, lo cual suena bien complicado, pero básicamente significa que cuidar de la salud de la población es importante, aunque cueste una fortuna.
Este debate viene arrastrándose desde el martes, cuando empezaron a discutir y votar todas estas mociones. Parece que van a estar peleándose por la plata hasta Navidad, así que prepárense para ver más caras largas y discusiones acaloradas en la Asamblea. Al final, parece que el presupuesto se va a convertir en el chunche más codiciado del año.
Y hablando de temas más trascendentales, esta decisión podría tener consecuencias a largo plazo. ¿Será que estamos comprometiendo el futuro económico del país para salvar el presente? Algunos economistas ya están sacando cálculos y advirtiendo sobre los riesgos de recortar fondos destinados al pago de la deuda. Otros, más optimistas, señalan que invertir en salud es una apuesta segura para mejorar la calidad de vida de la población y fortalecer la economía a mediano plazo. Que cargaita este tema, diay.
En fin, el debate sigue abierto. Con todo este panorama, queda la gran pregunta: ¿cree usted que fue correcto destinar estos fondos a la Cruz Roja, asumiendo los posibles riesgos económicos, o debería haberse priorizado el pago de la deuda pública? Déjeme saber su opinión en los comentarios, ¡quiero leer sus puntos de vista!
La jugada es parte de las 57 mociones que le han presentado al proyecto de presupuesto para el 2026, que, por cierto, asciende a ¡doce mil ochocientos billones de colones! Imagínate la pila de papeles y la cantidad de reuniones que eso ha dado. Aparentemente, hay pura vara en juego y cada partido quiere meter sus manos en la bolsa.
Pero claro, como en Costa Rica todo tiene su traspié, los diputados del oficialismo – Pilar Cisneros y Alexander Barrantes – se pusieron en plan aguafiestas y votaron en contra. Cisneros soltó una que te puso los pelos de punta: dijo que esto era como “agarrar la plata de los intereses como si fuera una piñata”. ¡Uy, qué bochornoso!
Las palabras de Cisneros prendieron las alarmas y rápidamente recibieron respuesta de Vanessa Castro (PUSC) y Jonathan Acuña (FA). Castro, con toda la actitud, les respondió diciendo que no estaban haciendo una “fiesta”, sino “haciendo de tripas, chorizo”, como decimos nosotros cuando toca apelar a los ahorros para salir adelante. ¡Un buen golpe bajo, mae!
Acuña, aprovechando la oportunidad, defendió a rajatabla la inversión en salud. Dijo que asegurar que la Cruz Roja tenga los recursos para atender a la gente es una cuestión de sentido común, no solo de números. Añadió que “los grandes números macroeconómicos también son asunto de la razón”, lo cual suena bien complicado, pero básicamente significa que cuidar de la salud de la población es importante, aunque cueste una fortuna.
Este debate viene arrastrándose desde el martes, cuando empezaron a discutir y votar todas estas mociones. Parece que van a estar peleándose por la plata hasta Navidad, así que prepárense para ver más caras largas y discusiones acaloradas en la Asamblea. Al final, parece que el presupuesto se va a convertir en el chunche más codiciado del año.
Y hablando de temas más trascendentales, esta decisión podría tener consecuencias a largo plazo. ¿Será que estamos comprometiendo el futuro económico del país para salvar el presente? Algunos economistas ya están sacando cálculos y advirtiendo sobre los riesgos de recortar fondos destinados al pago de la deuda. Otros, más optimistas, señalan que invertir en salud es una apuesta segura para mejorar la calidad de vida de la población y fortalecer la economía a mediano plazo. Que cargaita este tema, diay.
En fin, el debate sigue abierto. Con todo este panorama, queda la gran pregunta: ¿cree usted que fue correcto destinar estos fondos a la Cruz Roja, asumiendo los posibles riesgos económicos, o debería haberse priorizado el pago de la deuda pública? Déjeme saber su opinión en los comentarios, ¡quiero leer sus puntos de vista!