¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que la Asociación de Estudiantes de Ciencias Políticas de la UCR se metió en un brete tremendo. La Sala Constitucional los mandó a regañadientes a pagar los platos rotos por haber limitado la libertad de expresión en una feria de emprendimientos allá por marzo. Parece mentira, ¿verdad?
La cosa empezó así: varios estudiantes estaban mostrando carteles en contra del aborto, con el letrero bien claro: “Abortar es matar”. Obvio, el tema siempre es candentoso y levanta polvareda. Pero parece que algunos de la asociación no se tragaron el sapo y le pidieron a esos emprendedores que guardaran los materiales. ¡Imagínate la bronca!
Los muchachos que estaban exponiendo, lógicamente, dijeron que ni pensar. Entonces, los de la asociación, como si fueran dueños del mundo, les retiraron la mesa y las sillas. Ahí ya se cruzaron de manos, mae. Unas acciones así te pueden ir directo al traste si no tienes cuidado. Y vaya que se fueron al traste, porque los afectados decidieron presentar un recurso de amparo.
Y aquí viene lo interesante: los magistrados de la Sala Cuarta revisaron el caso a fondo y declararon procedente el amparo. Dijeron textualmente que se había tratado de una “restricción arbitraria a la libertad de expresión”. ¡Pué duro! Nadie puede andar silenciando a los demás, aunque no estemos de acuerdo con sus ideas. Eso es muy importante mantenerlo claro, ¿eh?
Ahora, la Asociación de Estudiantes tendrá que jurarle a la Sala que no volverán a hacer semejantes travesuras. Y encima, tendrán que sacarles piedras a moler para pagar los daños y perjuicios que le hicieron a los estudiantes que estaban en la feria. ¡Vaya susto se agarraron! Espero que aprendan la lección y que respeten el derecho de todos a expresarse, diay.
Este caso, además de lo controversial del tema del aborto, nos pone en evidencia lo delicado que es equilibrar la libertad de expresión con el respeto a los derechos de los demás. No es fácil, ¿eh? Siempre hay gente que quiere imponer su punto de vista y callar a quienes piensan diferente. Y eso, definitivamente, no va con nosotros, ticos somos, acostumbrados al diálogo y al sano debate.
Pero mira, aquí tenemos que ponerle corazón. Costa Rica siempre ha sido un país donde se valora mucho la democracia y el libre pensamiento. Esta sentencia es un recordatorio de que nadie puede hacerse justicia por mano propia y que siempre debemos recurrir a las leyes para resolver nuestras diferencias. Aunque a veces, ¡qué torta!, el sistema judicial se tarda una eternidad en llegar a una conclusión.
En fin, este episodio nos deja pensando… ¿Hasta dónde llega nuestro derecho a expresar nuestras opiniones, especialmente cuando estas pueden resultar ofensivas o incómodas para otros? ¿Deberíamos tener límites claros sobre qué tipo de mensajes podemos difundir en espacios públicos? ¡Dime tú, qué piensas al respecto! Vamos a ver qué sale del debate en el foro, porque este tema da para muchas conversaciones.
La cosa empezó así: varios estudiantes estaban mostrando carteles en contra del aborto, con el letrero bien claro: “Abortar es matar”. Obvio, el tema siempre es candentoso y levanta polvareda. Pero parece que algunos de la asociación no se tragaron el sapo y le pidieron a esos emprendedores que guardaran los materiales. ¡Imagínate la bronca!
Los muchachos que estaban exponiendo, lógicamente, dijeron que ni pensar. Entonces, los de la asociación, como si fueran dueños del mundo, les retiraron la mesa y las sillas. Ahí ya se cruzaron de manos, mae. Unas acciones así te pueden ir directo al traste si no tienes cuidado. Y vaya que se fueron al traste, porque los afectados decidieron presentar un recurso de amparo.
Y aquí viene lo interesante: los magistrados de la Sala Cuarta revisaron el caso a fondo y declararon procedente el amparo. Dijeron textualmente que se había tratado de una “restricción arbitraria a la libertad de expresión”. ¡Pué duro! Nadie puede andar silenciando a los demás, aunque no estemos de acuerdo con sus ideas. Eso es muy importante mantenerlo claro, ¿eh?
Ahora, la Asociación de Estudiantes tendrá que jurarle a la Sala que no volverán a hacer semejantes travesuras. Y encima, tendrán que sacarles piedras a moler para pagar los daños y perjuicios que le hicieron a los estudiantes que estaban en la feria. ¡Vaya susto se agarraron! Espero que aprendan la lección y que respeten el derecho de todos a expresarse, diay.
Este caso, además de lo controversial del tema del aborto, nos pone en evidencia lo delicado que es equilibrar la libertad de expresión con el respeto a los derechos de los demás. No es fácil, ¿eh? Siempre hay gente que quiere imponer su punto de vista y callar a quienes piensan diferente. Y eso, definitivamente, no va con nosotros, ticos somos, acostumbrados al diálogo y al sano debate.
Pero mira, aquí tenemos que ponerle corazón. Costa Rica siempre ha sido un país donde se valora mucho la democracia y el libre pensamiento. Esta sentencia es un recordatorio de que nadie puede hacerse justicia por mano propia y que siempre debemos recurrir a las leyes para resolver nuestras diferencias. Aunque a veces, ¡qué torta!, el sistema judicial se tarda una eternidad en llegar a una conclusión.
En fin, este episodio nos deja pensando… ¿Hasta dónde llega nuestro derecho a expresar nuestras opiniones, especialmente cuando estas pueden resultar ofensivas o incómodas para otros? ¿Deberíamos tener límites claros sobre qué tipo de mensajes podemos difundir en espacios públicos? ¡Dime tú, qué piensas al respecto! Vamos a ver qué sale del debate en el foro, porque este tema da para muchas conversaciones.