Imagínate, mae, diciembre y no poder ponerle ni una lucecita al árbol. Suena a película de ciencia ficción, pero resulta que hay rincones del planeta donde celebrar la Navidad es más complicado que conseguir boletas para el partido de Alajuela. La onda es que mientras nosotros acá nos engordamos de tamales y rompemos piñatas, hay gente que anda pegao’ porque quieren adornarle su casa con motivos navideños.
Resulta que la cosa va mucho más allá de una simple tradición. Algunos gobiernos lo ven como una amenaza, una invasión cultural ajena a sus costumbres o creencias. Otros, simplemente, quieren controlar cómo piensa la gente. No es cuento, varios países han ido endureciendo las leyes para limitar o prohibir cualquier atisbo de celebración navideña. ¡Qué torta!
Vamos por partes. En Corea del Norte, por ejemplo, desde el 2016 cualquier referencia pública a la Navidad está terminantemente prohibida. Te puedes imaginar el brete que le toca vivir a la gente ahí. Un árbol de Navidad, un saludo de “Feliz Navidad”… ¡boom!, te meten en problemas. Dicen que es una amenaza ideológica y una influencia extranjera peligrosa. Uno se pregunta, ¿qué tanta cosa tienen con unas posadas?
Brunei, un país musulmán con leyes muy estrictas, también se ha puesto duro con la Navidad. Ahí, ni siquiera los extranjeros pueden darse el lujo de decorar sus casas o saludar a alguien con mensajes navideños. Multas altísimas o encarcelamiento, mae. Mejor aguantarse y esperar que pasen las fiestas, imagínate. ¡Qué sal!
Tayikistán tampoco quiere saber nada de Papá Noel o de árboles brillantes. Desde 2015, le quitaron toda importancia a la Navidad, quitándola del calendario oficial y prohibiendo cualquier tipo de decoración en escuelas y oficinas públicas. Parece que prefieren estar a salvo que arriesgarse a meterse con sus tradiciones. Vamos, que si pones un chunche de bengalas, te andan buscando.
Somalia sigue una línea similar, argumentando que las restricciones a las celebraciones religiosas que no son islámicas son necesarias para garantizar la seguridad nacional y preservar su cultura. Entendido, respeto, pero a muchos les suena a excusa para evitar cualquier cosa que no esté dentro de su propia esfera religiosa. De hecho, aunque los extranjeros pueden celebrar en privado, cualquier muestra pública está totalmente vetada. ¡No manches!
Incluso China, que es un gigante económico, tiene sus propias limitaciones. No es una prohibición total, pero sí selectiva. En ciertas zonas, sobre todo en centros educativos y edificios gubernamentales, restringen las decoraciones y eventos navideños. Quieren proteger sus tradiciones y evitar influencias occidentales. Como diciendo, 'aquí mandamos nosotros', pero a ver quién se mete con el comercio, pues eso sí que lo dejan correr.
La verdad es que esta situación nos hace reflexionar sobre cómo algo tan arraigado en nuestras vidas como la Navidad puede ser visto de manera tan diferente en otras culturas. Claramente, no todo el mundo celebra las fiestas como nosotros. Algunos viven situaciones bien difíciles. ¿Vos qué piensas, compa? ¿Crees que es justo que se restrinja la libertad de celebrar, incluso en fechas señaladas como la Navidad? Déjanos tus comentarios en el foro, ¡y cuéntanos cómo vas a celebrar estas fiestas!
Resulta que la cosa va mucho más allá de una simple tradición. Algunos gobiernos lo ven como una amenaza, una invasión cultural ajena a sus costumbres o creencias. Otros, simplemente, quieren controlar cómo piensa la gente. No es cuento, varios países han ido endureciendo las leyes para limitar o prohibir cualquier atisbo de celebración navideña. ¡Qué torta!
Vamos por partes. En Corea del Norte, por ejemplo, desde el 2016 cualquier referencia pública a la Navidad está terminantemente prohibida. Te puedes imaginar el brete que le toca vivir a la gente ahí. Un árbol de Navidad, un saludo de “Feliz Navidad”… ¡boom!, te meten en problemas. Dicen que es una amenaza ideológica y una influencia extranjera peligrosa. Uno se pregunta, ¿qué tanta cosa tienen con unas posadas?
Brunei, un país musulmán con leyes muy estrictas, también se ha puesto duro con la Navidad. Ahí, ni siquiera los extranjeros pueden darse el lujo de decorar sus casas o saludar a alguien con mensajes navideños. Multas altísimas o encarcelamiento, mae. Mejor aguantarse y esperar que pasen las fiestas, imagínate. ¡Qué sal!
Tayikistán tampoco quiere saber nada de Papá Noel o de árboles brillantes. Desde 2015, le quitaron toda importancia a la Navidad, quitándola del calendario oficial y prohibiendo cualquier tipo de decoración en escuelas y oficinas públicas. Parece que prefieren estar a salvo que arriesgarse a meterse con sus tradiciones. Vamos, que si pones un chunche de bengalas, te andan buscando.
Somalia sigue una línea similar, argumentando que las restricciones a las celebraciones religiosas que no son islámicas son necesarias para garantizar la seguridad nacional y preservar su cultura. Entendido, respeto, pero a muchos les suena a excusa para evitar cualquier cosa que no esté dentro de su propia esfera religiosa. De hecho, aunque los extranjeros pueden celebrar en privado, cualquier muestra pública está totalmente vetada. ¡No manches!
Incluso China, que es un gigante económico, tiene sus propias limitaciones. No es una prohibición total, pero sí selectiva. En ciertas zonas, sobre todo en centros educativos y edificios gubernamentales, restringen las decoraciones y eventos navideños. Quieren proteger sus tradiciones y evitar influencias occidentales. Como diciendo, 'aquí mandamos nosotros', pero a ver quién se mete con el comercio, pues eso sí que lo dejan correr.
La verdad es que esta situación nos hace reflexionar sobre cómo algo tan arraigado en nuestras vidas como la Navidad puede ser visto de manera tan diferente en otras culturas. Claramente, no todo el mundo celebra las fiestas como nosotros. Algunos viven situaciones bien difíciles. ¿Vos qué piensas, compa? ¿Crees que es justo que se restrinja la libertad de celebrar, incluso en fechas señaladas como la Navidad? Déjanos tus comentarios en el foro, ¡y cuéntanos cómo vas a celebrar estas fiestas!