¡Ay, Dios mío! Ya estamos casi en Diciembre y eso significa que pronto veremos una lluvia de luces... y también un montón de problemas pa’ nuestra fauna. El uso de pólvora sonora y fuegos artificiales sigue siendo un dolor de cabeza pa’ los animalitos y pa' nuestros ecosistemas, ¡qué torta! Las explosiones y el ruido fuerte les están causando estrés, desorientación y hasta muertes, según expertos.
De acuerdo con estudios científicos, y como nos cuenta la gente de Rescate Wildlife-Zoave, esta polución acústica es más grave de lo que parece. No es solo el susto momentáneo, sino que le pega duro al sistema nervioso de los animales, dejándolos vulnerables a accidentes y enfermedades. Imagínate, los pobres monos y perezosos, ¡andando despistados cayéndose de los árboles!
Isabel Hagnauer, médica veterinaria de Zoave, nos explica que “el ruido repentino e intenso provoca en los animales un episodio de estrés agudo. Huían sin rumbo fijo, aumentando el riesgo de colisiones con vehículos, caídas desde alturas y, tristemente, la pérdida de sus crías”. ¡Qué pena ver cómo los ponemos en peligro solo por unos minutos de diversión pirotécnica!
Pero no solo afecta a los mamíferos. Las aves también sufren bastante, desorientándose en pleno vuelo y chocando contra edificios o cables. Y ni hablar de los bichitos, anfibios, reptiles y peces; los contaminantes que libera la pólvora –metales pesados, partículas finas– están dañando el suelo, el agua y sus hogares, ¡qué sal!
Y ojo, que esto no es cuento. En zonas rurales y donde el bosque se junta con la ciudad, el peligro de incendios aumenta considerablemente. Una chispa perdida y ¡zas!, se prende fuego a todo, poniendo en riesgo la biodiversidad y los servicios que nos da la naturaleza. Desde la conservación advierten que esta situación intensifica la presión sobre las poblaciones silvestres, que ya están luchando contra la pérdida de su hábitat y la expansión urbana. ¡Se la están llevando al traste!
Rescate Wildlife-Zoave ha hecho un llamado urgente a todos nosotros: ciudadanos, autoridades y comerciantes. Necesitamos frenar este desmadre y buscar alternativas más seguras y silenciosas para celebrar. Porque proteger a la fauna silvestre y al medio ambiente es una responsabilidad compartida, diay. No podemos seguir poniendo en riesgo la vida de otros seres vivos solo por unas horas de brillo artificial.
La verdad es que hay opciones más chivas. Podemos hacer fiestas temáticas, organizar actividades recreativas, disfrutar de la compañía de nuestros amigos y familiares… ¡sin tener que recurrir a la pólvora! Hay que educar a la gente, explicarles los daños que causa y mostrarles que podemos divertirnos de manera responsable. Lo importante es cambiar la mentalidad y empezar a valorar más la naturaleza que nos rodea. Un poco de conciencia y se soluciona el brete.
Entonces, ¿qué opinan mis queridos compañeros del Foro? ¿Será posible lograr un cambio cultural en Costa Rica y dejar atrás el uso indiscriminado de la pólvora sonora? ¿Creen que las autoridades deberían tomar medidas más estrictas para proteger a la fauna silvestre durante las festividades? Compartan sus ideas y hagamos juntos una reflexión sobre cómo podemos construir un futuro más sostenible y respetuoso con la vida.
De acuerdo con estudios científicos, y como nos cuenta la gente de Rescate Wildlife-Zoave, esta polución acústica es más grave de lo que parece. No es solo el susto momentáneo, sino que le pega duro al sistema nervioso de los animales, dejándolos vulnerables a accidentes y enfermedades. Imagínate, los pobres monos y perezosos, ¡andando despistados cayéndose de los árboles!
Isabel Hagnauer, médica veterinaria de Zoave, nos explica que “el ruido repentino e intenso provoca en los animales un episodio de estrés agudo. Huían sin rumbo fijo, aumentando el riesgo de colisiones con vehículos, caídas desde alturas y, tristemente, la pérdida de sus crías”. ¡Qué pena ver cómo los ponemos en peligro solo por unos minutos de diversión pirotécnica!
Pero no solo afecta a los mamíferos. Las aves también sufren bastante, desorientándose en pleno vuelo y chocando contra edificios o cables. Y ni hablar de los bichitos, anfibios, reptiles y peces; los contaminantes que libera la pólvora –metales pesados, partículas finas– están dañando el suelo, el agua y sus hogares, ¡qué sal!
Y ojo, que esto no es cuento. En zonas rurales y donde el bosque se junta con la ciudad, el peligro de incendios aumenta considerablemente. Una chispa perdida y ¡zas!, se prende fuego a todo, poniendo en riesgo la biodiversidad y los servicios que nos da la naturaleza. Desde la conservación advierten que esta situación intensifica la presión sobre las poblaciones silvestres, que ya están luchando contra la pérdida de su hábitat y la expansión urbana. ¡Se la están llevando al traste!
Rescate Wildlife-Zoave ha hecho un llamado urgente a todos nosotros: ciudadanos, autoridades y comerciantes. Necesitamos frenar este desmadre y buscar alternativas más seguras y silenciosas para celebrar. Porque proteger a la fauna silvestre y al medio ambiente es una responsabilidad compartida, diay. No podemos seguir poniendo en riesgo la vida de otros seres vivos solo por unas horas de brillo artificial.
La verdad es que hay opciones más chivas. Podemos hacer fiestas temáticas, organizar actividades recreativas, disfrutar de la compañía de nuestros amigos y familiares… ¡sin tener que recurrir a la pólvora! Hay que educar a la gente, explicarles los daños que causa y mostrarles que podemos divertirnos de manera responsable. Lo importante es cambiar la mentalidad y empezar a valorar más la naturaleza que nos rodea. Un poco de conciencia y se soluciona el brete.
Entonces, ¿qué opinan mis queridos compañeros del Foro? ¿Será posible lograr un cambio cultural en Costa Rica y dejar atrás el uso indiscriminado de la pólvora sonora? ¿Creen que las autoridades deberían tomar medidas más estrictas para proteger a la fauna silvestre durante las festividades? Compartan sus ideas y hagamos juntos una reflexión sobre cómo podemos construir un futuro más sostenible y respetuoso con la vida.