¡Ay, Dios mío! Esto sí que es de película. Resulta que unos listos intentaron meterle droga a la cárcel de Alajuela metiéndola dentro de bolitas de queso. Sí, así como lo leyeron, queso. Parece sacado de una teleserie, pero pasó en carne y hueso, ¿se imaginan?
La jugada salió mal porque los oficiales de policía penitenciaria, esos que siempre andan ojo avizor, se dieron cuenta de que algo raro pasaba con una encomienda que llevaba un señor llamado Fernández Alvarado. Él estaba llevando unas chuches para un preso, y ahí estaban, unas bolitas de queso que olían a chamaco, pero no tanto.
Según nos cuentan los compañeros de NCR Noticias, durante la revisión rutinaria, los guardias notaron que las bolitas tenían unas características... digamos, 'peculiares'. No era el queso normalito que uno compra en el supermercado, había algo que no cuadraba. ¡Y qué razón tenían! Empezaron a investigar más a fondo y abrieron esas bolitas pensando que quizás eran rellenas de alguna salsa picante exótica, pero sorpresa, sorpresa...
Dentro encontraron 3.25 gramos de crack y 1.55 gramos de marihuana, bien escondiditos. Imaginen el esfuerzo que hicieron para meter toda esa sustancia dentro de unas pequeñas bolitas de queso. ¡Una verdadera obra de arte de la ingeniería criminal! Pero bueno, el arte es efímero cuando la ley te alcanza, ¿verdad?
Pues el pobre Fernández Alvarado terminó apresado y ahora deberá enfrentar las consecuencias de sus actos. Lo llevaron pa’ Fiscalía de Alajuela para que le pongan los puntos y ver qué sale de ahí. El Ministerio Público ya está revisando el caso para darle seguimiento y ver si hay más gente involucrada en este plan macabro.
Esto pone de manifiesto, una vez más, la creatividad (por decirlo de alguna forma) de los delincuentes para tratar de burlar a la autoridad. Buscan formas de camuflar la droga en cosas cotidianas, esperando que nadie les dé bola. Pero la Policía Penitenciaria no se anda con juegos y mantiene los controles a tope, pues la seguridad dentro de los centros penales es primordial.
Por supuesto, la institución ha reiterado que van a seguir con los estrictos protocolos de ingreso, revisando cada encomienda y cada persona que entra a la cárcel. Este tipo de operativos son cruciales para evitar que entren drogas y otros objetos peligrosos que puedan poner en riesgo la seguridad de todos. Ya saben, ¡siempre hay que estar alerta!
Ahora bien, ¿ustedes qué opinan? Con tanta creatividad para esconder droga, creen que deberíamos implementar tecnologías más avanzadas en los controles de seguridad de las cárceles, o consideran que el factor humano, la experiencia de los oficiales, seguirá siendo el arma más efectiva contra este tipo de situaciones? ¡Déjenme sus comentarios, quiero saber su punto de vista sobre este tema tan candente!
La jugada salió mal porque los oficiales de policía penitenciaria, esos que siempre andan ojo avizor, se dieron cuenta de que algo raro pasaba con una encomienda que llevaba un señor llamado Fernández Alvarado. Él estaba llevando unas chuches para un preso, y ahí estaban, unas bolitas de queso que olían a chamaco, pero no tanto.
Según nos cuentan los compañeros de NCR Noticias, durante la revisión rutinaria, los guardias notaron que las bolitas tenían unas características... digamos, 'peculiares'. No era el queso normalito que uno compra en el supermercado, había algo que no cuadraba. ¡Y qué razón tenían! Empezaron a investigar más a fondo y abrieron esas bolitas pensando que quizás eran rellenas de alguna salsa picante exótica, pero sorpresa, sorpresa...
Dentro encontraron 3.25 gramos de crack y 1.55 gramos de marihuana, bien escondiditos. Imaginen el esfuerzo que hicieron para meter toda esa sustancia dentro de unas pequeñas bolitas de queso. ¡Una verdadera obra de arte de la ingeniería criminal! Pero bueno, el arte es efímero cuando la ley te alcanza, ¿verdad?
Pues el pobre Fernández Alvarado terminó apresado y ahora deberá enfrentar las consecuencias de sus actos. Lo llevaron pa’ Fiscalía de Alajuela para que le pongan los puntos y ver qué sale de ahí. El Ministerio Público ya está revisando el caso para darle seguimiento y ver si hay más gente involucrada en este plan macabro.
Esto pone de manifiesto, una vez más, la creatividad (por decirlo de alguna forma) de los delincuentes para tratar de burlar a la autoridad. Buscan formas de camuflar la droga en cosas cotidianas, esperando que nadie les dé bola. Pero la Policía Penitenciaria no se anda con juegos y mantiene los controles a tope, pues la seguridad dentro de los centros penales es primordial.
Por supuesto, la institución ha reiterado que van a seguir con los estrictos protocolos de ingreso, revisando cada encomienda y cada persona que entra a la cárcel. Este tipo de operativos son cruciales para evitar que entren drogas y otros objetos peligrosos que puedan poner en riesgo la seguridad de todos. Ya saben, ¡siempre hay que estar alerta!
Ahora bien, ¿ustedes qué opinan? Con tanta creatividad para esconder droga, creen que deberíamos implementar tecnologías más avanzadas en los controles de seguridad de las cárceles, o consideran que el factor humano, la experiencia de los oficiales, seguirá siendo el arma más efectiva contra este tipo de situaciones? ¡Déjenme sus comentarios, quiero saber su punto de vista sobre este tema tan candente!
