¡Ay, Dios mío! Anoche vivimos un momento de susto tremendo allá en Llano Grande, Cartago. Un carro, pa'trechos, decidió tomarse unos mimos en la alcantarilla, dejando varios personitas lastimadas y a todos con el corazón en la boca. Parece mentira, pero así es la vida, ¿verdad, maes?
Según nos comentan los compañeros de Cruz Roja, el percance ocurrió pasadas las seis de la tarde, cuando aparentemente el conductor perdió el control del vehículo. No sabemos si fue el exceso de velocidad, si se distrajo pensando en qué comer para el almuerzo, o si simplemente le jugó una mala pata, pero ahí quedó el carro, medio sumergido entre el agua y las piedras.
Lo peor de todo es que había cinco personas adentro del carro. Imagínense el miedo y el susto que debieron sentir. Las autoridades y los equipos de rescate llegaron rapidísimo, a toda prisa, para sacarles de ahí. ¡Gracias a Dios que respondieron tan rápido!
De los cinco ocupantes, dos eran niños pequeños y un adulto quedaron con heridas consideradas urgentes. Toca mandarles muchas bendiciones y esperar que se recuperen pronto. Una señora también tuvo que ser trasladada al Hospital Max Peralta en condiciones críticas, ¡qué sal! Esperemos que esté bien y pueda salir adelante con esto.
La Cruz Roja movilizó un montón de ambulancias y personal capacitado: ambulancias de soporte avanzado, otras de soporte básico... ¡Todo el mundo dispuesto a echarle mano! Varios paramédicos estuvieron trabajando contrarreloj para estabilizar a los heridos y llevarlos a lugares seguros. Son unos verdaderos héroes, ¿quién puede negar eso?
Ahora, muchos se preguntan qué pasó realmente. Algunos dicen que la alcantarilla estaba tapada y el agua hizo que el carro perdiera el agarre. Otros creen que hubo un fallo mecánico. Lo cierto es que este tipo de incidentes nos hacen pensar en la seguridad vial y en cómo podemos mejorar las condiciones de nuestras carreteras. Es hora de que las autoridades revisen estos temas con lupa, porque esto no puede seguir pasando.
Este no es el primer incidente de este tipo que vemos por Costa Rica. Hace poco tuvimos aquel otro caso en San José, donde un bus casi se va al cañón… ¡Qué torta! Parece que estamos viviendo en una película de acción. Pero la verdad es que estas situaciones son reales y afectan a familias enteras, a comunidades completas. Hay que ponerle atención y tomar medidas preventivas.
En fin, anoche Llano Grande amaneció con una historia que contar. Con la esperanza de que los afectados se recuperen pronto y con la necesidad de reflexionar sobre nuestra responsabilidad en la seguridad vial. Ahora, díganme, maes: ¿Ustedes creen que las autoridades deberían invertir más en mantenimiento de las calles y alcantarillas, o creen que la culpa recae principalmente en los conductores imprudentes?
Según nos comentan los compañeros de Cruz Roja, el percance ocurrió pasadas las seis de la tarde, cuando aparentemente el conductor perdió el control del vehículo. No sabemos si fue el exceso de velocidad, si se distrajo pensando en qué comer para el almuerzo, o si simplemente le jugó una mala pata, pero ahí quedó el carro, medio sumergido entre el agua y las piedras.
Lo peor de todo es que había cinco personas adentro del carro. Imagínense el miedo y el susto que debieron sentir. Las autoridades y los equipos de rescate llegaron rapidísimo, a toda prisa, para sacarles de ahí. ¡Gracias a Dios que respondieron tan rápido!
De los cinco ocupantes, dos eran niños pequeños y un adulto quedaron con heridas consideradas urgentes. Toca mandarles muchas bendiciones y esperar que se recuperen pronto. Una señora también tuvo que ser trasladada al Hospital Max Peralta en condiciones críticas, ¡qué sal! Esperemos que esté bien y pueda salir adelante con esto.
La Cruz Roja movilizó un montón de ambulancias y personal capacitado: ambulancias de soporte avanzado, otras de soporte básico... ¡Todo el mundo dispuesto a echarle mano! Varios paramédicos estuvieron trabajando contrarreloj para estabilizar a los heridos y llevarlos a lugares seguros. Son unos verdaderos héroes, ¿quién puede negar eso?
Ahora, muchos se preguntan qué pasó realmente. Algunos dicen que la alcantarilla estaba tapada y el agua hizo que el carro perdiera el agarre. Otros creen que hubo un fallo mecánico. Lo cierto es que este tipo de incidentes nos hacen pensar en la seguridad vial y en cómo podemos mejorar las condiciones de nuestras carreteras. Es hora de que las autoridades revisen estos temas con lupa, porque esto no puede seguir pasando.
Este no es el primer incidente de este tipo que vemos por Costa Rica. Hace poco tuvimos aquel otro caso en San José, donde un bus casi se va al cañón… ¡Qué torta! Parece que estamos viviendo en una película de acción. Pero la verdad es que estas situaciones son reales y afectan a familias enteras, a comunidades completas. Hay que ponerle atención y tomar medidas preventivas.
En fin, anoche Llano Grande amaneció con una historia que contar. Con la esperanza de que los afectados se recuperen pronto y con la necesidad de reflexionar sobre nuestra responsabilidad en la seguridad vial. Ahora, díganme, maes: ¿Ustedes creen que las autoridades deberían invertir más en mantenimiento de las calles y alcantarillas, o creen que la culpa recae principalmente en los conductores imprudentes?
