Ay, mi gente, esto sí que está saliendo bronco. Resulta que cruzar el puente sobre el Río Tárcoles ya no es simplemente ir de la capital al Pacífico para disfrutar de un heladito y unas olas. Ahora, parece que te estás ganando un premio de lotería...pero negativo, porque pierdes tiempo valiosísimo atorado en el tráfico. Según el MOPT, la espera puede llegar hasta diez minutitos, ¡y eso si tienes suerte!
La bronca toda viene desde que empezaron los trabajos de reforzamiento en el puente, una estructura que, aparentemente, estaba pidiendo gritos por un buen empujón. El MOPT, con toda la razón del mundo, nos explica que unos estudios del LanammeUCR demostraron que el puente estaba bien desgastado, así que tocó ponerle parche, o sino, ¡boom!, nos quedábamos incomunicados de la costa.
Ahora, entiendo que nadie quiere quedarse sin poder ir a Jacó a surfear o a Manuel Antonio a ver monos, pero tener que esperar diez minutos… ¡diez minutos, mae! En este país donde el tiempo vale oro, eso es una eternidad. Especialmente cuando vas apurado a una reunión o quieres llegar a cenar a tiempo antes de que cierren los restaurantes. El MOPT lo entiende, dicen, y aseguran que los retrasos no son constantes, pero vamos, cualquier rato te topas con un bajón y ahí te quedas, mirando el río pasar.
La verdad, qué carga tienen estos proyectos que siempre traen complicaciones. Entiendo que es necesario mantener la infraestructura en buen estado, claro que sí, pero a veces dan la sensación de que no piensan en el impacto que le causan a la gente. Imagínate el estrés de los taxistas, los camioneros que llevan productos al sur, ¡hasta nosotros, los que simplemente queremos ir a relajarnos en la playa!
Pero bueno, tampoco podemos echarle toda la culpa al MOPT. El puente es vital para el turismo y el comercio. Piensen en cuántas personas dependen de esa ruta para trabajar y vivir. Si el puente se cae, ¡qué va!, sería un verdadero desastre. Así que, supongo que toca armarse de paciencia y aguantar el rollo mientras terminan los trabajos.
Dicen que van avanzados con la obra, pero vaya, siempre es así, ¿verdad? “Pronto estará listo”, te prometen, y sigues esperando. A veces pienso que deberían ponerle más maiceros a los ingenieros para que trabajen más rápido, ¡aunque eso también puede salir mal!. Pero en serio, es importante que supervisen bien el proceso para que los trabajos sean eficientes y no se extiendan indefinidamente.
Y hablando de eficiencia, me pregunto si podrían haber pensado en alternativas para aliviar el tráfico mientras andan haciendo el brete. Quizás alguna desviación temporal, o aumentar los horarios de regulación, yo no sé… Hay mil cosas que se podrían hacer para que la experiencia no sea tan traumática. Total, estamos acostumbrados a los problemas de tráfico en este país, pero esto ya va para otro nivel.
En fin, la pregunta que tengo para ustedes, mis queridos compañeros del Foro: ¿Cuánto están dispuestos a sacrificar en tiempo para asegurar la seguridad y durabilidad de nuestras carreteras? ¿Serían partidarios de pagar un peaje temporal para financiar soluciones rápidas al tráfico en el puente de Tárcoles, o prefieren seguir aguantando la fila pacientemente?
La bronca toda viene desde que empezaron los trabajos de reforzamiento en el puente, una estructura que, aparentemente, estaba pidiendo gritos por un buen empujón. El MOPT, con toda la razón del mundo, nos explica que unos estudios del LanammeUCR demostraron que el puente estaba bien desgastado, así que tocó ponerle parche, o sino, ¡boom!, nos quedábamos incomunicados de la costa.
Ahora, entiendo que nadie quiere quedarse sin poder ir a Jacó a surfear o a Manuel Antonio a ver monos, pero tener que esperar diez minutos… ¡diez minutos, mae! En este país donde el tiempo vale oro, eso es una eternidad. Especialmente cuando vas apurado a una reunión o quieres llegar a cenar a tiempo antes de que cierren los restaurantes. El MOPT lo entiende, dicen, y aseguran que los retrasos no son constantes, pero vamos, cualquier rato te topas con un bajón y ahí te quedas, mirando el río pasar.
La verdad, qué carga tienen estos proyectos que siempre traen complicaciones. Entiendo que es necesario mantener la infraestructura en buen estado, claro que sí, pero a veces dan la sensación de que no piensan en el impacto que le causan a la gente. Imagínate el estrés de los taxistas, los camioneros que llevan productos al sur, ¡hasta nosotros, los que simplemente queremos ir a relajarnos en la playa!
Pero bueno, tampoco podemos echarle toda la culpa al MOPT. El puente es vital para el turismo y el comercio. Piensen en cuántas personas dependen de esa ruta para trabajar y vivir. Si el puente se cae, ¡qué va!, sería un verdadero desastre. Así que, supongo que toca armarse de paciencia y aguantar el rollo mientras terminan los trabajos.
Dicen que van avanzados con la obra, pero vaya, siempre es así, ¿verdad? “Pronto estará listo”, te prometen, y sigues esperando. A veces pienso que deberían ponerle más maiceros a los ingenieros para que trabajen más rápido, ¡aunque eso también puede salir mal!. Pero en serio, es importante que supervisen bien el proceso para que los trabajos sean eficientes y no se extiendan indefinidamente.
Y hablando de eficiencia, me pregunto si podrían haber pensado en alternativas para aliviar el tráfico mientras andan haciendo el brete. Quizás alguna desviación temporal, o aumentar los horarios de regulación, yo no sé… Hay mil cosas que se podrían hacer para que la experiencia no sea tan traumática. Total, estamos acostumbrados a los problemas de tráfico en este país, pero esto ya va para otro nivel.
En fin, la pregunta que tengo para ustedes, mis queridos compañeros del Foro: ¿Cuánto están dispuestos a sacrificar en tiempo para asegurar la seguridad y durabilidad de nuestras carreteras? ¿Serían partidarios de pagar un peaje temporal para financiar soluciones rápidas al tráfico en el puente de Tárcoles, o prefieren seguir aguantando la fila pacientemente?
