¡Ay, pata! Resulta que nos vamos dando cuenta de que las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), como el Mal de Crohn y la colitis ulcerosa, no son una vaina rara, ni cosa de 'gente de otra manera'. Estas enfermedades crónicas del aparato digestivo le están pegando a más y más gente acá en Costa Rica y en Latinoamérica, y si no se atiende rápido, pueden convertirse en un brete serio.
Según expertos de Johnson & Johnson, estamos hablando de unas 3 personas por cada 100 mil habitantes afectadas, pero la verdad, parece que esas cifras están creciendo a pasos agigantados. Los doctores González y Rojas, trabajando duro en el Hospital Calderón Guardia y el San Juan de Dios, me contaron que casi todas las semanas aparece un caso nuevo por estos lados. Parece que la vaina se está poniendo más seria de lo que pensábamos, diay.
Estos colegas gastroenterólogos estuvieron representando al país en la Semana Europea de Gastroenterología allá en Berlín, Alemania. Imagínate, un montón de doctores del mundo entero platicando sobre los últimos avances en tratamientos y... preocupándose por las fake news médicas que circulan por las redes sociales. ¡Qué torta! Claro, mientras que Instagram y Facebook pueden ayudar a difundir información correcta, también son terrenos fértiles para la desinformación que puede hacerle tremendo daño a la gente, ¡ojo!
Y ojo porque los síntomas de estas EII pueden variar bastante, pero usualmente aparecen entre los 20 y los 40 años –aunque también hay casos en niños y ancianos–. Hablamos de diarreas persistentes, dolor abdominal constante, pérdida de peso, fiebre, sangre en las heces… ¡Una lista larga que nadie quiere tener! En los chamacos, a veces se presenta como problemas de crecimiento o retraso en la pubertad. Lo peor es que muchos la toman a jalar, pensando que es solo ‘intestino irritable’, y se pasan años sufriendo sin buscar ayuda adecuada.
Si uno se descuida, puede terminar con desnutrición, anemia, complicaciones serias como fístulas o obstrucciones intestinales... ¡Hasta aumentando el riesgo de cáncer de colon! Por eso, Fabián Juliao, presidente de la Organización Panamericana de Crohn y Colitis, insiste tanto en que la gente no minimice ningún síntoma y busque atención médica pronto. No vaya a ser que se vayan al traste por pura vagancia.
¿Y qué causa todo esto? Pues resulta que es una combinación de factores: antecedentes familiares (aunque no es seguro que te contagien), problemas en el sistema inmunológico, estrés, malos hábitos alimenticios (comer comida procesada y poca fibra fresca), sedentarismo y hasta fumar. Pero lo más curioso que me dijeron es que la falta de contacto con la naturaleza y los animales podría jugar un papel importante. Parece mentira, pero tener un perro o gato desde pequeño podría ayudarte a prevenir estas enfermedades, ¡qué chiva!
Además, no hay que olvidarse del impacto emocional que estas enfermedades le dan a uno. Ansiedad, depresión, baja autoestima, limitaciones sociales… ¡Es un círculo vicioso! Uno se siente mal físicamente, y eso afecta su ánimo y su calidad de vida. Y a veces, el entorno no entiende bien la situación, lo que lleva a aislarse aún más. ¡Qué carga vivir con todo eso encima!
Así que ya saben, amigos, si sienten que algo no anda bien con su pancita, ¡no lo ignoren! Busquen a un médico especialista y no se confíen con remedios caseros o consejos de internet. Escuchen a su cuerpo y cuídense. Ahora, mi pregunta para ustedes es: ¿creen que deberíamos empezar a promover campañas masivas de concientización sobre las EII en nuestras escuelas y comunidades para que la gente esté más informada y no espante al saber que tiene algo grave?
Según expertos de Johnson & Johnson, estamos hablando de unas 3 personas por cada 100 mil habitantes afectadas, pero la verdad, parece que esas cifras están creciendo a pasos agigantados. Los doctores González y Rojas, trabajando duro en el Hospital Calderón Guardia y el San Juan de Dios, me contaron que casi todas las semanas aparece un caso nuevo por estos lados. Parece que la vaina se está poniendo más seria de lo que pensábamos, diay.
Estos colegas gastroenterólogos estuvieron representando al país en la Semana Europea de Gastroenterología allá en Berlín, Alemania. Imagínate, un montón de doctores del mundo entero platicando sobre los últimos avances en tratamientos y... preocupándose por las fake news médicas que circulan por las redes sociales. ¡Qué torta! Claro, mientras que Instagram y Facebook pueden ayudar a difundir información correcta, también son terrenos fértiles para la desinformación que puede hacerle tremendo daño a la gente, ¡ojo!
Y ojo porque los síntomas de estas EII pueden variar bastante, pero usualmente aparecen entre los 20 y los 40 años –aunque también hay casos en niños y ancianos–. Hablamos de diarreas persistentes, dolor abdominal constante, pérdida de peso, fiebre, sangre en las heces… ¡Una lista larga que nadie quiere tener! En los chamacos, a veces se presenta como problemas de crecimiento o retraso en la pubertad. Lo peor es que muchos la toman a jalar, pensando que es solo ‘intestino irritable’, y se pasan años sufriendo sin buscar ayuda adecuada.
Si uno se descuida, puede terminar con desnutrición, anemia, complicaciones serias como fístulas o obstrucciones intestinales... ¡Hasta aumentando el riesgo de cáncer de colon! Por eso, Fabián Juliao, presidente de la Organización Panamericana de Crohn y Colitis, insiste tanto en que la gente no minimice ningún síntoma y busque atención médica pronto. No vaya a ser que se vayan al traste por pura vagancia.
¿Y qué causa todo esto? Pues resulta que es una combinación de factores: antecedentes familiares (aunque no es seguro que te contagien), problemas en el sistema inmunológico, estrés, malos hábitos alimenticios (comer comida procesada y poca fibra fresca), sedentarismo y hasta fumar. Pero lo más curioso que me dijeron es que la falta de contacto con la naturaleza y los animales podría jugar un papel importante. Parece mentira, pero tener un perro o gato desde pequeño podría ayudarte a prevenir estas enfermedades, ¡qué chiva!
Además, no hay que olvidarse del impacto emocional que estas enfermedades le dan a uno. Ansiedad, depresión, baja autoestima, limitaciones sociales… ¡Es un círculo vicioso! Uno se siente mal físicamente, y eso afecta su ánimo y su calidad de vida. Y a veces, el entorno no entiende bien la situación, lo que lleva a aislarse aún más. ¡Qué carga vivir con todo eso encima!
Así que ya saben, amigos, si sienten que algo no anda bien con su pancita, ¡no lo ignoren! Busquen a un médico especialista y no se confíen con remedios caseros o consejos de internet. Escuchen a su cuerpo y cuídense. Ahora, mi pregunta para ustedes es: ¿creen que deberíamos empezar a promover campañas masivas de concientización sobre las EII en nuestras escuelas y comunidades para que la gente esté más informada y no espante al saber que tiene algo grave?