¡Ay, Dios mío, qué bronca! Resulta que la prensa en Honduras está pasando por un momento más turbio que río Seco en agosto. Organismos internacionales, esos que siempre andan viendo qué onda, están llegando para echarle ojo a la situación, porque parece que la libertad de expresión anda más perdida que calcetín en lavandería.
Todo empezó a sonar hace poco, cuando la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) soltó la bomba: dicen que periodistas están siendo acosados, insultados y hasta amenazados, ¡y no precisamente por pandillas! No, señor, esto viene desde arriba, con gente que debería estar protegiendo la democracia, no ahogándola. Imagínate la vara….
Entonces, ahí llegó el combo internacional: ARTICLE 19, CPJ, FLIP, Free Press Unlimited, Protection International, Reporters Without Borders – ¡menuda planilla! Además, se unen organizaciones locales como ASOPODEHU y En Alta Voz, echándole ganas para documentar lo que pasa. Se van a juntar con periodistas, activistas y funcionarios para ver cómo está el brete, y si las cosas están tan feas como pintan.
Y sí, señores, los casos son fuertes. Recién salió una nota donde unos militares llamaron “traidor a la patria” al dueño del Canal 10, ¡por defender posturas del vecino del norte! ¿Se imaginan eso? Un medio oficial, calificar a alguien así en redes sociales… ¡Qué nivel de irresponsabilidad! El Colegio de Periodistas y otros medios ya le dieron encima al ejército, exigiendo que paren con ese discurso de odio.
No es la primera vez que vemos esto, eh. Hace algunos meses, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas ya estaba dando lata a varios periodistas, buscando polémicas a todas horas. Parece que les gusta meterse en varas que no les incumben. Esto demuestra que hay una cultura de impunidad que está afectando la libertad de prensa en el país hermano.
Además de investigar amenazas y agresiones físicas, la misión va a analizar cómo están los programas de protección para periodistas y defensores de derechos humanos. Porque, díganlo claro, en Honduras la cosa está difícil. Quieren hacer talleres de autoprotección, ¡imagínense eso! Que tengan que enseñarles a cuidarse de las propias autoridades…
Una de las metas principales de esta misión es elaborar un diagnóstico honesto sobre la situación de la libertad de prensa justo antes de las elecciones de noviembre. Saben cómo es, siempre hay quien quiere manipular las cosas para conseguir poder. Así que quieren tener todo listo para evitar que nadie juegue sucio y asegurarse de que los hondureños puedan elegir a sus gobernantes en paz y libertad. Esperemos que el próximo gobierno ponga empeño en proteger a los periodistas, que son fundamentales para mantenernos informados y vigilantes.
Ahora bien, pensando en todo esto, me pregunto… ¿Cómo creen que estas acciones pueden afectar la calidad de la información que reciben los ciudadanos hondureños, especialmente en tiempos electorales? ¿Debería haber sanciones más severas para aquellos que atacan a la prensa? ¡Dígame diay, qué piensa usted!
Todo empezó a sonar hace poco, cuando la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) soltó la bomba: dicen que periodistas están siendo acosados, insultados y hasta amenazados, ¡y no precisamente por pandillas! No, señor, esto viene desde arriba, con gente que debería estar protegiendo la democracia, no ahogándola. Imagínate la vara….
Entonces, ahí llegó el combo internacional: ARTICLE 19, CPJ, FLIP, Free Press Unlimited, Protection International, Reporters Without Borders – ¡menuda planilla! Además, se unen organizaciones locales como ASOPODEHU y En Alta Voz, echándole ganas para documentar lo que pasa. Se van a juntar con periodistas, activistas y funcionarios para ver cómo está el brete, y si las cosas están tan feas como pintan.
Y sí, señores, los casos son fuertes. Recién salió una nota donde unos militares llamaron “traidor a la patria” al dueño del Canal 10, ¡por defender posturas del vecino del norte! ¿Se imaginan eso? Un medio oficial, calificar a alguien así en redes sociales… ¡Qué nivel de irresponsabilidad! El Colegio de Periodistas y otros medios ya le dieron encima al ejército, exigiendo que paren con ese discurso de odio.
No es la primera vez que vemos esto, eh. Hace algunos meses, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas ya estaba dando lata a varios periodistas, buscando polémicas a todas horas. Parece que les gusta meterse en varas que no les incumben. Esto demuestra que hay una cultura de impunidad que está afectando la libertad de prensa en el país hermano.
Además de investigar amenazas y agresiones físicas, la misión va a analizar cómo están los programas de protección para periodistas y defensores de derechos humanos. Porque, díganlo claro, en Honduras la cosa está difícil. Quieren hacer talleres de autoprotección, ¡imagínense eso! Que tengan que enseñarles a cuidarse de las propias autoridades…
Una de las metas principales de esta misión es elaborar un diagnóstico honesto sobre la situación de la libertad de prensa justo antes de las elecciones de noviembre. Saben cómo es, siempre hay quien quiere manipular las cosas para conseguir poder. Así que quieren tener todo listo para evitar que nadie juegue sucio y asegurarse de que los hondureños puedan elegir a sus gobernantes en paz y libertad. Esperemos que el próximo gobierno ponga empeño en proteger a los periodistas, que son fundamentales para mantenernos informados y vigilantes.
Ahora bien, pensando en todo esto, me pregunto… ¿Cómo creen que estas acciones pueden afectar la calidad de la información que reciben los ciudadanos hondureños, especialmente en tiempos electorales? ¿Debería haber sanciones más severas para aquellos que atacan a la prensa? ¡Dígame diay, qué piensa usted!