¡Ay, Dios mío! Parece que el caso de Diana Bogantes, nuestra corredora que nos representó con gallardía en Tokio, ha explotado como un volcán. Resulta que la Federación Costarricense de Atletismo (FECOA) está metida en un buen brete, porque el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (ICODER) les abrió una investigación preliminar por posibles fallas en cómo la apoyaron en el mundial.
Todo este revuelo empezó cuando salió a la luz que Diana tuvo que meterle mano a sus propios bolsillos para cubrir gastos básicos como boletos de avión, alojamiento y hasta para personalizar su uniforme con la bandera de nuestro país. Su hermana, Gabriela Bogantes, echó caña al asunto, explicando que la federación no le cumplió con el acompañamiento adecuado ni con el servicio de hidratación que debería haber recibido. ¡Imagínate el estrés de estar corriendo una maratón preocupándote también por dónde conseguir agua!
Según la información que llegó al Foro, parece que el entrenador de Diana tampoco tenía habilitada la acreditación necesaria, lo que significaba que la corredora tuvo que lidiar con eso además de la presión de la competencia. Esto generó un montón de críticas y puso en tela de juicio la capacidad de la FECOA para brindar el respaldo adecuado a nuestros atletas en competencias internacionales. En fin, ¡una verdadera pena!
La sesión ordinaria del Consejo Nacional del Deporte y la Recreación fue donde tomaron la decisión de abrir esta investigación. Le pidieron a la dirección del ICODER, a través de su Unidad de Asesoría Legal, que investigue a fondo qué pasó y presente un informe completo en un mes. Eso significa que tenemos que esperar un poco para saber con certeza cuál es la magnitud del problema y quién tiene la última palabra.
Por supuesto, la FECOA no se quedó callada y emitió un comunicado tratando de restarle importancia al asunto, diciendo que sí habían brindado apoyo de hidratación a Diana. Pero la hermana de la atleta rápidamente desmintió esa versión, afirmando que apenas ella y un representante de la federación estuvieron presentes en tres de los ocho puntos de hidratación establecidos. ¡Un verdadero despiste, vamos! Claramente, hay incongruencias que necesitan ser aclaradas.
Esta situación nos lleva a reflexionar sobre cuánto realmente valoramos a nuestros deportistas y qué tan comprometidos estamos en darles todas las herramientas necesarias para que puedan representar a Costa Rica con orgullo en escenarios internacionales. No es justo que nuestros atletas tengan que recurrir a sus propios recursos para cubrir gastos básicos cuando deberían contar con el apoyo total de la federación y del Estado. Necesitamos dejar de jalarse unas tortas en estos temas.
Muchos analistas deportivos señalan que esta investigación podría sentar un precedente importante para futuras convocatorias, exigiendo a las federaciones deportivas un mayor control y transparencia en el manejo de fondos y en la prestación de servicios a los atletas. Esperemos que esto sirva de ejemplo para que otras instituciones tomen cartas en el asunto y eviten que situaciones similares se repitan en el futuro. Un cambio radical es lo que necesitamos, diay.
En fin, una situación lamentable que pone en evidencia las carencias de nuestro sistema deportivo. Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que esta investigación tendrá consecuencias reales para la FECOA y cambiará la forma en que se manejan los apoyos a los atletas nacionales, o será solo otro episodio más en la larga lista de promesas incumplidas?
Todo este revuelo empezó cuando salió a la luz que Diana tuvo que meterle mano a sus propios bolsillos para cubrir gastos básicos como boletos de avión, alojamiento y hasta para personalizar su uniforme con la bandera de nuestro país. Su hermana, Gabriela Bogantes, echó caña al asunto, explicando que la federación no le cumplió con el acompañamiento adecuado ni con el servicio de hidratación que debería haber recibido. ¡Imagínate el estrés de estar corriendo una maratón preocupándote también por dónde conseguir agua!
Según la información que llegó al Foro, parece que el entrenador de Diana tampoco tenía habilitada la acreditación necesaria, lo que significaba que la corredora tuvo que lidiar con eso además de la presión de la competencia. Esto generó un montón de críticas y puso en tela de juicio la capacidad de la FECOA para brindar el respaldo adecuado a nuestros atletas en competencias internacionales. En fin, ¡una verdadera pena!
La sesión ordinaria del Consejo Nacional del Deporte y la Recreación fue donde tomaron la decisión de abrir esta investigación. Le pidieron a la dirección del ICODER, a través de su Unidad de Asesoría Legal, que investigue a fondo qué pasó y presente un informe completo en un mes. Eso significa que tenemos que esperar un poco para saber con certeza cuál es la magnitud del problema y quién tiene la última palabra.
Por supuesto, la FECOA no se quedó callada y emitió un comunicado tratando de restarle importancia al asunto, diciendo que sí habían brindado apoyo de hidratación a Diana. Pero la hermana de la atleta rápidamente desmintió esa versión, afirmando que apenas ella y un representante de la federación estuvieron presentes en tres de los ocho puntos de hidratación establecidos. ¡Un verdadero despiste, vamos! Claramente, hay incongruencias que necesitan ser aclaradas.
Esta situación nos lleva a reflexionar sobre cuánto realmente valoramos a nuestros deportistas y qué tan comprometidos estamos en darles todas las herramientas necesarias para que puedan representar a Costa Rica con orgullo en escenarios internacionales. No es justo que nuestros atletas tengan que recurrir a sus propios recursos para cubrir gastos básicos cuando deberían contar con el apoyo total de la federación y del Estado. Necesitamos dejar de jalarse unas tortas en estos temas.
Muchos analistas deportivos señalan que esta investigación podría sentar un precedente importante para futuras convocatorias, exigiendo a las federaciones deportivas un mayor control y transparencia en el manejo de fondos y en la prestación de servicios a los atletas. Esperemos que esto sirva de ejemplo para que otras instituciones tomen cartas en el asunto y eviten que situaciones similares se repitan en el futuro. Un cambio radical es lo que necesitamos, diay.
En fin, una situación lamentable que pone en evidencia las carencias de nuestro sistema deportivo. Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que esta investigación tendrá consecuencias reales para la FECOA y cambiará la forma en que se manejan los apoyos a los atletas nacionales, o será solo otro episodio más en la larga lista de promesas incumplidas?
