¡Ay, Dios mío! ¿Quién lo iba a decir? Resulta que Erwen Masís, el mero mero del BCIE y mano derecha del Presidente Chaves, anduvo tramando reuniones secretas en el Hilton. Y no cualquier reunión, sino una cita con el hermano del testigo estrella en el caso BCIE-Cariñitos. Una movida que parece sacada de novela, ¿eh?
Según los mensajes de WhatsApp que ya están dando vueltas por la Fiscalía, todo empezó el domingo 29 de junio. Masís echa a rodar mensajes con Giovanni Bulgarelli, buscando dónde juntarse. Al final, decidieron el Hilton en La Sabana. No sé ustedes, pero me da escalofríos pensar en qué se estuvieron cocinando esos dos, aprovechando la tranquilidad del hotel.
Pero eso no es todo, mis panas. Parece que antes de la reunión, el mismísimo Presidente Chaves mandó un audio por medio de un familiar de Bulgarelli, pidiendo “la paz”. ¡La paz!, como si fuera un favorcito. Un audio que llegó directamente al testigo, como pa' agilizar la jugada. Con esto, el caso se pone aún más turbio y nos hace preguntarnos, ¿qué tan profundo anda el Presidente en esta vaina?
Y hablando de turbiedad, la Fiscalía no se quedó con los brazos cruzados. Ordenaron decomisar todas las grabaciones de las cámaras de seguridad del Hilton, desde el día de la reunión. Así quieren capturar todos los detalles de lo que pasó ahí dentro. Ya se imaginan el revuelo que causó esto en el hotel, imagino que ahora todo el mundo está comentando qué fue lo que vieron pasar.
Ahora viene lo bueno, la denuncia. Según Christian Bulgarelli, el testigo de la corona, Masís lo amenazó durante la reunión, diciéndole cosas como “nos vamos a volar a Carlo Díaz y el juego va a cambiar” y advirtiéndole que si no cambiaba su versión, le iban a cobrar los $405,000 del contrato BCIE-Cariñitos. ¡Qué barbaridad! Amenazar a un testigo... ¡Esto huele a changüí!
Lo más preocupante es que Masís, al parecer, también sabía detalles íntimos de la vida de Bulgarelli, como problemas con su banco y hasta la situación laboral de su esposa. Un chantaje a todo terreno, señores. Lo peor es que, según la denuncia, Masís se jactó de haber hablado con Luis Carlos Sarmiento, el dueño de BAC, para afectarle económicamente. ¡No dan crédito lo que puede estar pasando detrás de bambalinas!
Bulgarelli asegura que la evidencia es contundente. Dice que incluso Masís pidió que le pagaran la cuenta del desayuno que tuvieron. ¡Imaginen el descaro! Pa’ algunos, una simple cuenta, pa’ otros, una confesión involuntaria. Y lo más loco de todo es que, según el testigo, Masís le reveló que vino un alto funcionario de la compañía donde trabaja su esposa a una cena en el Teatro Nacional. ¡Una red de influencias y amenazas que te deja boquiabierto!
Con todo esto, la polémica está servida y la ciudadanía clama por respuestas. ¿Hasta dónde llegará esta investigación y quiénes serán los próximos en verse envueltos? ¿Cree usted que estas revelaciones pondrán fin al escándalo BCIE-Cariñitos, o estamos apenas viendo la punta del iceberg? Déjenme saber su opinión en los comentarios, ¡quiero escuchar lo que piensa mi gente!
Según los mensajes de WhatsApp que ya están dando vueltas por la Fiscalía, todo empezó el domingo 29 de junio. Masís echa a rodar mensajes con Giovanni Bulgarelli, buscando dónde juntarse. Al final, decidieron el Hilton en La Sabana. No sé ustedes, pero me da escalofríos pensar en qué se estuvieron cocinando esos dos, aprovechando la tranquilidad del hotel.
Pero eso no es todo, mis panas. Parece que antes de la reunión, el mismísimo Presidente Chaves mandó un audio por medio de un familiar de Bulgarelli, pidiendo “la paz”. ¡La paz!, como si fuera un favorcito. Un audio que llegó directamente al testigo, como pa' agilizar la jugada. Con esto, el caso se pone aún más turbio y nos hace preguntarnos, ¿qué tan profundo anda el Presidente en esta vaina?
Y hablando de turbiedad, la Fiscalía no se quedó con los brazos cruzados. Ordenaron decomisar todas las grabaciones de las cámaras de seguridad del Hilton, desde el día de la reunión. Así quieren capturar todos los detalles de lo que pasó ahí dentro. Ya se imaginan el revuelo que causó esto en el hotel, imagino que ahora todo el mundo está comentando qué fue lo que vieron pasar.
Ahora viene lo bueno, la denuncia. Según Christian Bulgarelli, el testigo de la corona, Masís lo amenazó durante la reunión, diciéndole cosas como “nos vamos a volar a Carlo Díaz y el juego va a cambiar” y advirtiéndole que si no cambiaba su versión, le iban a cobrar los $405,000 del contrato BCIE-Cariñitos. ¡Qué barbaridad! Amenazar a un testigo... ¡Esto huele a changüí!
Lo más preocupante es que Masís, al parecer, también sabía detalles íntimos de la vida de Bulgarelli, como problemas con su banco y hasta la situación laboral de su esposa. Un chantaje a todo terreno, señores. Lo peor es que, según la denuncia, Masís se jactó de haber hablado con Luis Carlos Sarmiento, el dueño de BAC, para afectarle económicamente. ¡No dan crédito lo que puede estar pasando detrás de bambalinas!
Bulgarelli asegura que la evidencia es contundente. Dice que incluso Masís pidió que le pagaran la cuenta del desayuno que tuvieron. ¡Imaginen el descaro! Pa’ algunos, una simple cuenta, pa’ otros, una confesión involuntaria. Y lo más loco de todo es que, según el testigo, Masís le reveló que vino un alto funcionario de la compañía donde trabaja su esposa a una cena en el Teatro Nacional. ¡Una red de influencias y amenazas que te deja boquiabierto!
Con todo esto, la polémica está servida y la ciudadanía clama por respuestas. ¿Hasta dónde llegará esta investigación y quiénes serán los próximos en verse envueltos? ¿Cree usted que estas revelaciones pondrán fin al escándalo BCIE-Cariñitos, o estamos apenas viendo la punta del iceberg? Déjenme saber su opinión en los comentarios, ¡quiero escuchar lo que piensa mi gente!